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Martes 9 de noviembre de 2010

Admite EU falta de cooperación por armas

Los agentes de la ATF a menudo no comparten datos entre sí ni tampoco con otras importantes oficinas


Los agentes de la ATF a menudo no comparten datos entre sí ni tampoco con otras importantes oficinas

La agencia estadounidense encargada de detectar las armas que cruzan ilegalmente al País no coopera adecuadamente con las autoridades mexicanas, a pesar de que se ha incrementado el número de investigaciones e incautaciones, revela un informe del Departamento de Justicia de Estados Unidos divulgado este martes.

El Buró de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (ATF, por sus siglas en inglés) no comparte sistemática y coherentemente información con las autoridades mexicanas y con algunas de sus agencias asociadas en Estados Unidos, explica el informe interno del Departamento de Justicia sobre el Proyecto Traficante de Armas (Gunrunner en inglés), que inició en 2005.

Entre junio de 2007 y junio de 2010, el programa ha intensificado sus esfuerzos ante la oleada de violencia criminal en México, resalta el estudio.

La ATF, con poco más de 5 mil funcionarios, incrementó, durante este periodo, el número de inspecciones a vendedores de armas en la frontera suroeste en 133 por ciento, y en 37 por ciento el número de detenidos en la región fronteriza de California, Arizona, Nuevo México y Texas.

Además, se menciona que durante cuatro meses un equipo especial de 100 investigadores en Texas desarrolló un operativo que culminó con más de mil inspecciones que condujeron al decomiso de más de 400 armas.

El estudio agrega que los agentes de la ATF a menudo no comparten datos entre sí ni tampoco con otras importantes oficinas de lucha contra el crimen organizado de EU como la Administración Antidrogas (DEA).

"Hallamos que 68 por ciento de los casos abiertos por el Proyecto Gunrunner son casos individuales, y que algunos responsables de la ATF desalientan a los agentes que quieren llevar a cabo las investigaciones de alta complejidad que se requieren contra los miembros de alto nivel de organizaciones de traficantes", refiere el texto.

La ATF incrementó el número de agentes permanentes en México hasta ocho, y ha entrenado a centenares de policías mexicanos.

"(Sin embargo) los intentos de extender el rastreo de armas en México no han sido fructíferos", explica el informe.

El número de peticiones de rastreo de armas que ha hecho México aumentó desde hace cinco años, aunque no todas arrojaron resultados exitosos.

En 2005, la ATF atendió mil 518 peticiones de identificación de armas desde México, y pudo resolver 44 por ciento de ellas.

En 2009, se recibieron 21 mil peticiones, pero solamente 31 por ciento, poco más de 6 mil, concluyeron con un rastreo exitoso.

Las peticiones para que se identifique al vendedor de origen del arma confiscada a un criminal mexicano no suelen prosperar porque llegan demasiado tarde, y también porque los investigadores mexicanos no consideran que sea un método realmente útil, critica el informe.