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Martes 6 de septiembre de 2016

Agua de lluvia, una alternativa para generar riqueza en el mundo

El Colegio de postgraduados de México ha capacitado a más de mil técnicos nacionales, de América Latina y el Caribe en 26 Talleres de Demostración en este tema


El Colegio de postgraduados de México ha capacitado a más de mil técnicos nacionales, de América Latina y el Caribe en 26 Talleres de Demostración en este tema

La captación y aprovechamiento del agua de lluvia representa una opción viable como fuente alterna de abastecimiento de agua potable entubada, de la que actualmente carecen más de 90 millones de personas de América Latina y el Caribe, de las cuales 15 millones corresponden a México, señaló el director del Centro Internacional de Demostración y Capacitación en Aprovechamiento del Agua de Lluvia del Colegio de Postgraduados, (CIDECALLI- COLPOS) Manuel Anaya Garduño.

Frente a las condiciones geográficas y orográficas que caracterizan a toda América Latina, donde la mayor parte del agua de lluvia que se presenta cíclicamente en todo el subcontinente, se pierde en el mar, la FAO está vivamente interesada en capacitar a más técnicos para intensificar en el mundo el estudio de sistemas de captación y proponer a los respectivos gobiernos crear la infraestructura apropiada para resolver esa carencia del vital elemento, señaló investigador Anaya.

El Corredor Seco Mesoamericano sufre los impactos de dos desastres naturales: la sequía y las inundaciones. Esta situación ha empeorado por el aumento de la población, la sobreexplotación de los acuíferos y la equivocada gestión de los recursos hídricos, que ha convertido la escasez de agua potable en un grave problema cuyo futuro se prevé fatídico.

El potencial de agua de lluvia en el territorio mexicano es de un promedio de 714 milímetros anuales, lo cual equivale a 1,500 kilómetros cúbicos, según los técnicos hidráulicos. La mayor parte de este potencial escurre aguas abajo y, a través de ríos y arroyos, se incorpora al mar.

Desde esta perspectiva, dijo Anaya Garduño, es posible captar esa agua para uso y consumo humano, en el supuesto de que se trata de un elemento que física y químicamente es puro, pero lo importante es tenerla y analizarla; después se determinará su uso como agua potable o para fines industriales o agrícolas.

La captación del agua de lluvia es una práctica que promueve la autosuficiencia y el uso racional de este recurso básico para diversos usos. Los sistemas de captación y el aprovechamiento del agua de lluvia han sido, son y serán la base para el desarrollo sostenible de los recursos naturales y el bienestar de la humanidad.
Consideró que es urgente rescatar el conocimiento antiguo generado en las civilizaciones pasadas (Azteca, Maya e Inca) y combinarlo con el conocimiento científico.

Además, es imprescindible dar atención a las prioridades de las comunidades rurales, las cuales se refieren principalmente a la autosuficiencia en agua para consumo humano, producción de alimentos (granos básicos, forraje, hortalizas y frutales) y mejoramiento del entorno ecológico.

El CIDECALLI-CP realiza investigación para diseñar los Sistemas de Captación de Agua de Lluvia (SCALL) de acuerdo con las necesidades de los usuarios; elabora y ejecuta proyectos en zonas rurales marginadas, periurbanas y urbanas; además, promueve la formación de personas certificadas en Gestión de Sistemas de Captación del Agua de Lluvia para integrar la Red Mesoamericana en Sistemas de Captación y Aprovechamiento de Agua de Lluvia.

En cuanto a la formación de recursos humanos, el CIDECALLI-CP ha realizado 26 Diplomados y una acumulación de profesionales en toda América Latina y el Caribe, así como en México, por más de mil capacitadores representantes de 20 países de la región de América Latina y el Caribe, la mayoría comisionados de la FAO y parte de los propios gobiernos de esta región.

Los técnicos que participan en la capacitación, son investigadores del Colegio de Postgraduados, encabezados por el doctor Anaya Garduño. A su vez, los capacitados se han convertido en gestores para la elaboración y ejecución de proyectos específicos en aprovechamiento del agua de lluvia para consumo humano, uso doméstico, producción en traspatio, invernaderos, agricultura de temporal, uso industrial y recarga de acuíferos. Hasta la fecha se han instruido más de mil capacitadores representantes de 20 países de la Región de América Latina y el Caribe.