17.33°C

Cielo Claro

Chihuahua, Chihuahua



Miércoles 3 de junio de 2009

¡Al grito de guerra!


El gobernador Reyes Baeza es y ha sido como gobernante, un hombre que siempre ha apostado por el diálogo y que se ha alejado de la polémica concentrado en cumplir con las promesas de campaña: que Chihuahua progrese. A pesar de que para Reyes, derrotar al tan polémico panista Javier Corral fue fácil, no había una sociedad dividida ni un conflicto postelectoral, Reyes Baeza decidió que su primer año de gobierno sería un proceso de diálogo político permanente, para asegurar la gobernabilidad y una buena relación entre los poderes y los factores de poder.

Sin embargo, la buena voluntad del gobernador, de tener diálogo y de alejarse de posturas dictatoriales, ajenas por completo a los tiempos en que vivimos, hubo quienes quisieron abusar de su buena voluntad. Y en efecto, el color azul sale a flote.

Desde que derrotaron a Martha Laguette en la lucha por la alcaldía en 2004, Juan Blanco y sus huestes se negaron a trabajar de la mano del gobernador. La tolerancia de Reyes, la quisieron usar en su contra y lo retaron, agredieron e insultaron durante toda su administración municipal. Reyes, por el bien de la gobernabilidad, no hizo olas y respetó las posturas antagónicas de quien ocupaba en ese entonces la alcaldía de Chihuahua. Y las provocaciones al gobernador, siguieron y siguieron. Después aparecieron las denuncias por actos de corrupción de Juan Blanco y sus secuaces y esperaba que la justicia, se torciera para ser beneficiado él con unos milloncitos del dinero de todos nosotros. Esperaba que todos se hicieran de la vista gorda para hacer con su relleno sanitario el negocio con el que arreglaría su vida financiera por un tiempo.

La justicia tiene sus tiempos y sus procesos. Blanco la ha querido torcer a su favor para ocultar sus fechorías, mintiendo, pretendiendo que los chihuahuenses nos creamos la falacia de que es un perseguido político del gobernador. Cuando la realidad es que es un perseguido de su propio pasado como consecuencias de sus corruptelas.

Ahora que Juan Blanco fue arrestado y será juzgado por sus hechos de corrupción, los panistas buscan dividir a Chihuahua, atacarla, herirla, sin importarles nada. Antagónica a la postura del gobernador, en vez de diálogo buscan conflicto, diatriba, insulto. Intentaron secuestrar y liarse a golpes con Marco Quezada e intentarán más provocaciones en contra de los priístas y la justicia misma.

Y se entiende que los panistas quieran sangre, quieran guerra. Si el presidente Felipe Calderón, fue quien la inició, quien dio el grito de guerra inicial. Y lo dio con mucho simbolismo: en su natal Michoacán, contra uno de los gobernadores que más ha colaborado con él. Inició una guerra en contra de todos los mexicanos, siguiendo al pie de la letra la estrategia: dividir al país entre buenos y malos: panistas buenos y angelicales y priístas narcos y corruptos. Mientras en el estado de Morelos, el principal estado con problemas de corrupción y narco, desde los tiempos del exgobernador Estrada Cajigal y hoy con el Marco Adame, tiene trato preferencial y se hacen de la vista gorda de sus tratos y contubernio con el crimen organizado porque son panistas. Calderón está haciendo lo que tanto criticó: ser autoritario. Incendiario, guerrillero. Repitiendo el patrón del 2006: con el uso del poder federal acusar de narco al entonces candidato del PRI al gobierno de Jalisco durante la elección y desdecirse al termino del proceso electoral. Calderón con esto manda un mensaje a los gobernadores: o se alinean o habrá más alcaldes priístas y perrdistas acusados e incluso gobernadores; es la guerra de Calderón contra todos los que no pensamos como él, contra los que no somos panistas.

Juan Blanco, Roberto Lara y sus huestes, radicales como son, están replicando este modelo al pie de la letra y buscan confrontar a los chihuahuenses, asustar al gobernador y orillar al estado de derecho a su extinción, por su interminable sed de poder.

Pero el gobernador no está solo. Ni lo está al que los panistas qusieron secuestrar, a Marco Quezada. Habemos muchos chihuahuenses dispuestos a defender al gobernador de la calumnia, defender a Reyes Baeza es defender a Chihuahua. Habemos muchos priístas que no nos vamos a quedar con los brazos cruzados, estemos en Chihuahua o en alguna otra parte del país. Tampoco vamos a dejar solo a Marco Quezada, quien no es mi amigo, pero no vamos a permitir que lo lastimen los panistas. Los priístas defenderemos a Chihuahua, defenderemos a Reyes de la sinrazón. No nos vamos a dejar, el grito de guerra está dado y defender a Chihuahua es defender a su gobernador, quien es víctima de ataques de aquellos que buscan torcer la justicia y mentirle a Chihuahua.

Estar con Reyes Baeza es estar con Chihuahua. El grito de guerra está dado y lo dio el presidente Calderón. Y a puñaladas iguales, llorar es cobardía.

ULTIMALETRA

La mayoría de la población mexicana es gobernada por partidos diferentes al PAN, somos más, no se les olvide. Y no trabajo en la burocracia del estado, ni del PRI, ni de ningún municipio. Solo soy un chihuahuense preocupado y listo para defender su tierra, esa tierra que me vio nacer.