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Lunes 29 de agosto de 2011

Asesinan a su patrón a tubasos

Tres jornaleros asesinaron a su patrón a tubasos porque este no les pagó el día


Tres jornaleros asesinaron a su patrón a tubasos porque este no les pagó el día

Tres hombres dieron muerte a un agricultor porque no les pagó sus jornales, debido a que el camión en que trasladaba la cebolla que ellos cargaron en un rancho de Ascensión, se descompuso y la mercancía no pudo llegar a su destino y por tanto, no obtuvo dinero.

Los tres presuntos homicidas que fueron detenidos por elementos de la Fiscalía General del Estado en términos de la flagrancia, son Jesús Alfredo Moreno Zapata, de 28 años; Jesús Pérez Hernández, de 26, y Ruperto Zamarrón Ochoa, de 42 años.

Según lo señala la FGE en un comunicado, los tres hombres privaron de la vida a Rubén Prieto Portillo, de 38 años de edad, en un camino de terracería que conduce a un campo menonita de nombre Buenavista, en el municipio de Ascensión, Chihuahua.

Los hechos ocurrieron el sábado pasado. En el lugar mencionado fue donde se quedó tirado el camión en que el ahora occiso trasladaba una tonelada de cebolla para llevarla a vender a la ciudad, cosa que no pudo hacer por el desperfecto de la unidad.

Al final del día los tres hombres pidieron el pago de sus servicios pero Prieto Portillo les dijo que no tenía dinero puesto que no había vendido su producto, a lo que los jornaleros respondieron propinándole pedradas. Luego se fueron.

Sin embargo, más tarde regresaron al lugar a bordo de un automóvil Nissan de color blanco pero ya traían el rostro cubierto y malas intenciones, puesto que al arribar se apoderaron de algunas herramientas y con ellas golpearon al infortunado hombre hasta privarlo de la vida.

Afortunadamente para la justicia, un hombre que ayudaba a Prieto Portillo a reparar su camión estaba debajo del vehículo y pudo reconocer plenamente a los agresores ante las autoridades ministeriales.

Peritos de la FGE recogieron de la escena del crimen un trozo de cadena, una cruceta para tuercas de llanta y un tubo de un metro de largo que mostraban restos de sangre de la víctima y presumiblemente las huellas de sus agresores.