Aumenta conciencia para relazarse el papanicolau

La mujer hoy en día tiene más conciencia sobre su salud y se practica el papanicolau, esto debido principalmente a la difusión de campañas sobre la importancia de realizarse este examen periódicamente a fin de detectar el Cáncer Cérvico Uterino (CACU) en etapas tempranas.

Así lo señaló el coordinador de Salud Reproductiva del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Gustavo Rivera Vázquez, quien explicó que en las Unidades de Medicina Familiar donde se realiza este examen constituye la principal prueba de escrutinio o de tamizaje para determinar si la mujer tiene lesiones cérvico-vaginales.

Esta prueba, dijo, consiste en obtener con un instrumento que se llama espátula de aire, una pequeña muestra de la parte externa del cuello de la matriz, para analizarla.

Si los resultados del papanicolau salen positivos, se realiza una colposcopía, método de diagnóstico que permite identificar lesiones malignas y tomar una pequeña muestra para hacer una “biopsia” y determinar si se trata de cáncer.

El papanicolau se debe practicar a partir de que la mujer inicia su vida sexual y en las mayores de 18 años. Este estudio se realiza de forma anual por dos años consecutivos, si el resultado es negativo, será el médico quien decidirá la periodicidad con que deberá hacerse.

Explicó que los factores de riesgo como el tener parejas múltiples sexuales, así como iniciar la vida sexual a temprana edad, incrementan hasta en tres veces el riesgo de presentar este tipo de cáncer.

El doctor Rivera Vázquez dijo que CACU se relaciona con el Virus del Papiloma Humano, además es una enfermedad asintomática y pueden pasar hasta 10 años sin dar molestias, por lo que cuando la mujer acude al médico es porque tiene sangrados a través de la vagina, y ya invadió otros órganos o tejidos.

Afortunadamente, dijo, cada vez son menos los casos de cáncer cérvico uterino invasor, gracias a la información y oportunidad con que se practican el examen.

Es importante, concluyó, que el papanicolau se haga con mayor periodicidad en aquellas mujeres que padecen alguna enfermedad inmunológica, como por ejemplo, lupus eritomatoso y anemias, o que hayan recibido un trasplante renal.