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Viernes 18 de diciembre de 2009

Cae calidad de vida por economía débil

El poder de compra de los mexicanos se ha deteriorado conforme las oportunidades de empleo se reducen


El poder de compra de los mexicanos se ha deteriorado conforme las oportunidades de empleo se reducen

Distrito Federal— En la presente década, el poder de compra de los mexicanos se ha deteriorado notablemente conforme las oportunidades de empleo en el país se reducen, los salarios reales permanecen estáticos, y los precios y la pobreza aumentan.

El ciclo vicioso generado por la débil actividad productiva, la escasa capacidad para crear empleos bien remunerados y el frágil mercado interno, frenan la generación de condiciones que ayuden a la población a salir de la marginación.

En los últimos 10 años el empleo formal creció a una tasa de 12%; sin embargo, el desempleo, subempleo e informalidad repuntaron a tasas mayores, al alcanzar 162%, 120% y 21%, respectivamente, con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

Si se compara a México con otras naciones del mundo, el país reporta uno de los mayores repuntes en la tasa de desempleo durante la presente década.

A la falta de oportunidades de empleo se suma una reducción en la capacidad de compra de la población en la presente década. El promedio real de los salarios contractuales cayó 2.7% en los últimos 10 años en el país, lo que implica que una persona que ganaba 5 mil pesos mensuales hace 10 años, vio deteriorado su poder de compra en 136 pesos, de acuerdo con cálculos hechos con información revelada por la Secretaría del Trabajo.

“La calidad de vida en el país se ha deteriorado en lo que va de esta década, lo que indica que no se desarrolló el mercado interno y que hay una incapacidad de consumo e inversión que limita las capacidades de negocio en el país, condenando a la sociedad a un círculo vicioso de pobreza del que no se ha podido salir”, señaló José Luis De la Cruz, investigador del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM).

Perder 10 años de bienestar social genera una trampa de pobreza y eso condiciona negativamente a la economía, agregó.

Con el crecimiento moderado previsto para el año que está iniciando, se prevé que aumente la desigualdad y la inequidad en la distribución del ingreso; y que la precarización del empleo empeore. “Es decir, que haya más plazas temporales, sin contrato, jornadas laborales más intensas, flexibles, empleos por horas, free-lanceo, etcétera”, previó Eduardo Loría, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

En el país, actualmente hay 13.87 millones de trabajadores asegurados al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), según cifras de la Secretaría del Trabajo al tercer trimestre de 2009. A principios de 2000, los ocupados inscritos al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) sumaron 12.3 millones de personas.

La crisis, que inició en octubre de 2008, erosionó el magro avance logrado a finales de 2006, cuando se registraron crecimientos anuales de 5%, y al tercer trimestre de este año el número de asegurados al IMSS retrocedió a los niveles de 2007.

La debilidad estructural del empleo en el país se refleja en la lentitud con la que se crean los empleos formales en el país, lo que contrasta con el crecimiento significativo del empleo informal.

En el tercer trimestre de 2009 el sector informal de la economía agrupó a 12.37 millones de personas, desde los 10.25 millones de trabajadores que laboraron en la informalidad a principios de 2000.

En los últimos 10 años, el empleo en el sector formal creció a una tasa de 17% y la ocupación en el informal lo hizo 21%.

La actual crisis se puede definir como una de las más agresivas del presente siglo en términos de destrucción de la riqueza y el empleo en todo el mundo. En México, desató cierre de empresas y una ola de despidos, que llevó al desempleo a una magnitud no vista desde la crisis de 1995.

Entre octubre de 2008 y el mismo mes de 2009, el número de empresas o patrones inscritos al IMSS cayó en 10 mil 736; como consecuencia, al segundo y tercer trimestres de este año la desocupación creció 50% y 53%, a tasas anuales.

La desocupación se triplicó al pasar de 999 mil personas a inicio de 2000, a casi 3 millones de personas al tercer trimestre de 2009, y el subempleo creció de 1.74 millones de 3.83 millones de trabajadores en el mismo periodo.

Para el año entrante, se estima que continuará el desempleo en niveles elevados. La Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) pronosticó en septiembre que el desempleo en México alcanzará una tasa de 6.9%, al agrupar a 3.3 millones de personas, superior a la tasa prevista para 2009, debido al rezago que hay entre la reactivación de la economía y el empleo, pues las recontrataciones por parte de las empresas ocurren posterior a la recuperación económica.

El deteriorado entorno laboral se refleja también en las remuneraciones, pues en el último año los trabajadores con ingresos inferiores a un salario mínimo aumentaron en 749 mil personas en un año, de acuerdo con cifras al tercer trimestre de 2009 del INEGI.

En el mismo lapso, creció en un millón el número de personas que percibió de uno a dos salarios mínimos mensuales, de tal forma que 9.76 millones de mexicanos percibieron este rango de ingreso. Según la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), estas personas están en alguna línea de pobreza que hay en el campo y la ciudad.

El problema de la calidad del empleo en México no sólo se refleja en los ingresos, sino también en la falta de acceso a las instituciones de salud y otras prestaciones.

En el país, actualmente hay 12.9 millones de trabajadores que no tienen acceso a ningún sistema de salud. Además, cada vez hay más trabajos sin prestaciones ni contrato escrito. La presente década está cerrando con un saldo de cerca de 13.2 millones de personas que laboran sin contrato de trabajo escrito, y 11.2 millones trabajan sin tener ninguna prestación.

Este año que concluye, los salarios reales en México reportaron su segunda caída más significativa de las últimas dos décadas; sólo en 1995, cayeron más que en 2009, debido a elevadas tasas de inflación superiores a 50% existentes durante aquella crisis. Para el presente año, se pronostica que los salarios medios reales caerán 3.43%, y que en 2010 y 2011 retrocederán 2.6% y 2.3%, respectivamente.

El deterioro en los precios registrado desde 2006, sobre todo en rubros como alimentos y combustibles impulsó al alza el índice de precios.
Aunque a partir de abril de 2000 se logró que la inflación cayera por debajo de 10%, en 2008 la inflación de la canasta básica repuntó a tal grado que los precios regresaron a los niveles de 2001.

El repunte del desempleo y el surgimiento consecuente de empleos de mala calidad y bajos ingresos, en un entorno de debilidad en el ritmo de creación de empleos formales y repunte de precios, ha traído consigo el repunte de la pobreza en el país.

Durante 2008, la pobreza tuvo un retroceso importante como consecuencia del repunte en los precios de los alimentos. El número de personas en pobreza alimentaria ascendió a 18.2 millones de personas el año pasado, superando los niveles de 2004, cuando los pobres extremos fueron 17.4 millones de personas.

José Luis De la Cruz, investigador del ITESM, dijo que las cifras de pobreza a 2008 publicadas este año, evidencian que lo que se había ganado entre 2002 y 2006, se perdió antes de la crisis.

“En 2009, con la magnitud de la crisis, se están incorporando más personas a la pobreza. Esto significa que durante estos últimos 10 años, no pudo resolverse el problema de la pobreza en el país”, expuso.

Este año se registró un fuerte descenso de las variables relacionadas con el mercado interno, como el consumo privado total por menores ventas y el repunte del desempleo, en niveles superiores a las caídas registradas en la crisis de 1995.

La presente crisis, junto con el estancamiento económico registrado entre 2001 y 2003, aunado al pobre dinamismo económico que hubo entre 2003 y 2009, ha implicado una merma en la calidad de vida de la población, la imposibilidad de sacar a la gente de la pobreza, y en general, todo esto contribuye con el deterioro de la clase media mexicana, indicó De la Cruz.

De acuerdo con la Comisión Económica para América latina (Cepal), la actual crisis financiera que afecta al mundo provocará que este año 9 millones de personas caigan en situación de pobreza en Latinoamérica, y México será uno de los países más afectados. En el estudio Panorama Social de América Latina 2009, el organismo reportó una caída en el número de pobres en el área, entre 2006 y 2008, excepto en México.

En su reporte Panorama Social de América Latina 2009, mencionó que en 2008 la pobreza alcanzó a 34.8% de la población, unos 37 millones de mexicanos, superior al 31.7% de connacionales en situación de pobreza registrado en 2006.

Según el estudio las diferentes dinámicas de la pobreza y la indigencia se derivan del incremento en precios de los alimentos, pero aunque se elimine ese factor, la pobreza repuntó más en México que en otro país de América Latina.

En 2006 se logró reducir los niveles de pobreza en el país, al agrupar a 13.8 millones de personas en pobreza extrema, a 20.7 millones de personas abajo de la línea de capacidades y a aproximadamente 42.6 millones de personas dentro de la línea de pobreza de patrimonio.

Sin embargo, el repunte de los precios de alimentos, combustibles y otras materias primas a partir de 2006, y la pérdida de empleos producto de la actual crisis, contribuyó a incrementar los niveles de pobreza en el país.

Cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) indican que a 2008, antes de los efectos más fuertes de la presente recesión, el número de personas en pobreza extrema en México ascendió a más de 18.2 millones, las personas en pobreza de capacidades de capacidades a 25.1 millones de personas, y los pobres de patrimonio llegó a 47.4 millones.

Para 2009 se prevé que la pobreza en el país aumente considerablemente, debido a la debilidad del mercado de trabajo. “Más de 3 millones de mexicanos se sumarán a la pobreza dada la escasa creación de empleos y el repunte del desempleo y la informalidad”, estimó José Luis de la Cruz Gallegos, investigador del ITESM.

Hay un déficit importante de empleos y para reducir la pobreza, es fundamental generar empleos, agregó.

Estimaciones del Centro de Modelística y Pronósticos Económicos (CEMPE), de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) apuntan a que la tasa de desempleo crecerá a 6.15% de la fuerza laboral en 2010, y que serán los salarios reales sobre todo los que absorban el deterioro de la economía, con caídas de 2.57% previstas para el año entrante.