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Lunes 22 de marzo de 2010

Calderón, El Presidente de la esperanza

Los mexicanos tenemos la esperanza de que nuestro gobierno de la República aprovechará las mejores condiciones


Los mexicanos tenemos la esperanza de que nuestro gobierno de la República aprovechará las mejores condiciones

Después de haber vivido en México un 2009 de crisis económica, que aunque se presentan estos fenómenos como cíclicos en la vida de los pueblos, esta caída del año pasado fue una de las más profundas en razón a que por primera vez, nuestro vecino y principal socio comercial, los Estados Unidos, la primera potencia del mundo y la locomotora de la economía mundial cayó en una crisis financiera derivada de tener una de la deudas pública y privada más grandes a nivel universal. El pueblo y el gobierno de los Estados Unidos son de los más endeudados hoy en día, y al disminuir drásticamente su nivel de consumo, para cubrir su deuda e intereses, nos han arrastrado a su crisis, porque somos de los principales productores de mercancías para nuestros vecinos.

A pesar de que durante los gobiernos de Zedillo, de Fox y de Calderón las finanzas públicas se mantuvieron sanas y de que las reservas internacionales para respaldar las importaciones de insumos para la producción nacional y el sostenimiento confiable del peso fueron suficientes para detener cualquier vaivén normal de la economía internacional, ante el tamaño de la caída norteamericana, que arrastró a casi todos los países del mundo, pobres y ricos, México también cayó en ese tobogán y ni modo, cuando a los Estados Unidos les va bien, pues a nosotros también nos va bien y viceversa.

El peso no se derrumbó como en las crisis de 1995, 1987, 1981 y 1976, porque la administración del presidente Calderón contaba con reservas internacionales iguales al 8% del producto interno bruto, suficientes para cubrir a tiempo los abonos e intereses de la deuda externa y poder comprar hasta 3 meses de mercancías y maquinaria en el exterior y así mantener el trabajo de la planta productiva nacional, evitando al máximo la caída total del empleo y con estas acciones también se eliminó la amenaza de que el pánico y la desconfianza de la inversión nacional y extranjera cayeran sobre México y que la crisis se hubiera convertido en catástrofe.

Gracias al liderazgo presidencial en este primer trimestre de 2010 iniciamos el camino de la recuperación económica de México. El empleo se empieza a reactivar y de acuerdo a informaciones de la Secretaría de Hacienda y del Instituto Mexicano del Seguro Social en el periodo enero-marzo, se ha generado 234,000 empleos y si se sigue esa tendencia es posible que en todo 2010, se creen el millón de empleos, cifra mágica que cada año requiere nuestro país para que la fuerza laboral que se incorpora cada doce meses tenga el empleo requerido. En 2009 se perdieron 200,000 empleos y en el primer trimestre de este año, se recuperaron y caminamos firmes para reducir la tasa de desempleo de tiempos de crisis cuyo número fue del 6% al 3% que teníamos antes del entallamiento de la crisis en octubre de 2008.

La crisis de seguridad que enfrenta el presidente Calderón también es atacada con toda la fuerza de que dispone el Estado Mexicano. Los números de detenciones de personas que violentan la ley dentro del marco de la delincuencia organizada, la incautación de droga, de recursos materiales y financieros han sido cuantiosos, pero la tarea sigue, porque se estima que hay unos 500,000 mexicanos dedicados a estas actividades delictivas y que ponen en riesgo la paz y la tranquilidad de la nación y por ello es que el gobierno de la República no tiene más remedio que hacer uso de la fuerza pública extrema con la que cuenta, como lo son el ejército y la armada mexicanos.

Los ciudadanos México somos de los que pagamos menos impuestos. Son tantos lo regimenes especiales del sistema tributario que en contrapartida los ciudadanos de México que pagamos impuestos somos de los que más impuestos pagamos. Pocos pagan mucho y muchos no pagan nada. Para que el presidente Calderón cumpla su promesa de que los mexicanos paguen menos impuestos es necesario llevar cabo una profunda reforma fiscal, que hasta ahora no ha sido posible concretarla porque la oposición del PRI y del PRD no tienen ningún interés en participar en la aprobación de una reforma estructural al sistema impositivo del país, porque prefieren que las cosas no cambien en beneficio de los ciudadanos y que estos inconformes voten por ellos en la elección presidencial de 2012, único objetivo que tienen para sus intereses de grupo y de partido. La solución a los problemas de la gente no les preocupa, al PRI le preocupa y le ocupa su interés de partido y ello se resume en volver al poder presidencial lo más pronto posible.

A pesar de todo, 2010 pinta para ser un buen año para el presidente Calderón y su partido. Volver al crecimiento económico y la recuperación del empleo serán bonos buenos para el gobierno federal panista visto desde la óptica del ciudadano común, porque recordemos que los bonos malos de 2009 fueron cargados a la cuenta del gobierno del Presidente Calderón. Los ciudadanos tenemos fresco el recuerdo de que los gobiernos estatales y municipales se lavaron las manos y descargaron la responsabilidad total de la crisis del año pasado en el liderazgo del presidente.

Hoy los mexicanos tenemos la esperanza de que nuestro gobierno de la República aprovechará las mejores condiciones de la economía internacional para encontrar el camino del crecimiento y el empleo, caminando con especial cuidado, porque si bien las finanzas públicas mexicanas y sus reservas internacionales son sanas, no podemos decir lo mismo de la situación en que se encuentran las principales naciones desarrolladas, que hoy tienen problemas con sus finanzas públicas y sus deudas tanto públicas como privadas y ello se convierte en un riesgo para sus inversiones y consumo, ambos tan necesarios para nuestra economía.