Claman justicia indígenas de la barranca

Cuauhtémoc.- Está por inaugurarse el teleférico en la barranca del cobre, pero los tarahumaras aún no tienen certidumbre sobre sus tierras y ni siquiera la oportunidad de vender sus artesanías en la zona. Los pueblos indígenas denuncian que no solo se está dando prioridad a los artesanos de otros estados, sino que extranjeros que venderán piezas chinas ya tienen reservado su lugar, pero no lo tienen los indígenas que han crecido en esta tierra y la han visto prosperar sin ser parte de ese progreso.

Tomás Ruiz Mendoza, derecho humanista indígena asegura que además de padecer a causa de los procesos que se realizan en las minas del estado, ahora los rarámuri se enfrentan al problema de no poder vender sus artesanía y de no ocupar espacios en la zona donde estará el teleférico, obra millonaria que ha sido anunciada como uno de los máximos logros de la administración estatal actual, pero en la cual no están incluidos los habitantes de las comunidades.

Por si fuera poco, ni siquiera se ha dado a los indígenas certidumbre sobre sus tierras; lo cual se percibe en la misma ciudad de Cuauhtémoc, donde los tarahumaras no saben si las casas de la colonia Rayénari les pertenecen. Esto se debe a la falta de voluntad de los funcionarios y los gobiernos, que solo se han preocupado por acaparar terrenos, pero no cumplen con la misión de beneficiar a los indígenas.

Mientras tanto, Mogótamo, San Luis, Bacajípare y los habitantes del divisadero están excluidos de las ventas de artesanías en la zona del teleférico, lo cual, veían al principio como una posibilidad de éxito y proyección para sus productos, pero ahora se ha desvanecido ante la falta de apoyos. Chiapas y Oaxaca estarán exhibiendo sus artesanías, pero no tendrán la misma oportunidad los nativos de la zona serrana.

Ruiz comentó que la intención de las indígenas no es reñir con los gobernantes ya que esto no es parte de la cultura del indígena, quien se caracteriza por su carácter tranquilo y amistoso, sin embargo, la cantidad de abusos cometidos en contra de los rarámuri los ha obligado a decir que las administraciones van y vienen y los indígenas solo usados para campañas políticas y eventos masivos, pero no tienen acceso a la salud, a la educación y ni siquiera a una vivienda propia.