¿Cómo recuperar lo perdido?

Nada suele ir despacio en estos días. Chihuahua, ha sido escenario de los más inimaginables acontecimientos en los últimos meses y más, en las últimas horas. Pareciera que fue ayer... si recordamos aquella tromba que sacudió la capital del estado en 1990. Fue un sábado del mes de septiembre cuando la lluvia cayó de manera torrencial. De aquella noche recuerdo que no pude regresar a casa hasta la mañana siguiente debido a que los caminos estaban totalmente obstruidos; tras el desvelo, el nuevo día comenzó y resultó impresionante ver algunos vehículos atorados en los árboles; gente que lloraba desconsolada por el trágico suceso y otros que corrían a brindar ayuda. Lo ocurrido en esa fecha, se resume en un cúmulo de acontecimientos lamentables, el patrimonio de cientos de familias en segundos simplemente desapareció, pero, de todo lo vivido aquella noche, lo que realmente tocó fondo en nuestros corazones, fue la pérdida de vidas. Aquellos tiempos, se sintieron difíciles; mas sin embargo, la solidaridad de muchos cobijó la angustia y desesperación de los más desprotegidos, de aquellos que vivieron en carne propia una tragedia aquel 22 de septiembre. Pero, la ayuda llegó, como era de esperarse, las almas generosas brindaron su apoyo y Chihuahua poco a poco, sanó sus heridas.

Hoy, nos toca corresponder, es un compromiso del corazón el mostrar nuestra solidaridad para con quienes en este momento enfrentan un periodo de adversidad; debemos rescatar la esperanza de nuestro pueblo, cobijando las carencias de aquellos que cayeron en desgracia, de nuestros hermanos de Hidalgo del Parral y de todos los poblados que se reportan incomunicados –son muchas las necesidades, pero, afortunadamente son mas las almas generosas que en la medida de sus posibilidades se sienten dispuestas a colaborar-.

Podemos comprender por lo que están pasando, no solo porque ya lo vivimos, sino porque nuestros corazones son bondadosos y la generosidad existe en Chihuahua. Para muestra basta un botón, el pasado viernes, se ofreció una función de circo a beneficio de los parralenses, el costo de la entrada fueron víveres, medicinas y ropa que al día siguiente se envió a Parral como muestra de nuestro apoyo. La función en realidad fue solo el pretexto para que los chihuahuenses acudiéramos a retribuir un poco de lo mucho que recibimos en el pasado y solidarizarnos ante esta situación de emergencia. Las carpas se llenaron por completo, el circo no tuvo capacidad para albergar a tanta gente y aún así, la fila no dejó de crecer durante algunos minutos y a pesar de saber que definitivamente ya no entrarían a disfrutar de la función, todos –niños y adultos- continuaron donando… El resultado fue exitoso, se logró reunir una cantidad impresionante de artículos entre los que se pudieron contar botellas de agua purificada, cobijas, latas, pañales desechables y todo aquello que, sabemos, sirve mucho en situaciones como las que se viven en nuestro estado.

Muchos padres de familia, tuvieron que explicarle a sus hijos, que esa tarde, no verían al malabarista ni reirían con las ocurrencias del payaso de circo pero que si podrían sentirse felices porque estaban contribuyendo a que otros niños sintieran alegría al saber que no están solos en su desgracia.

Por Chihuahua, encendamos una luz y oremos por las víctimas de la tragedia. Recemos también, con fe y devoción, para que pronto regrese la paz a todos los corazones afligidos.