Con traje de torero

Vaya faena del presidente Peña Nieto. Parte plaza y se lleva rabo y orejas. Victorioso se trepa al TP-01 de la fuerza aérea mexicana para viajar a Chile, no al chile, y codearse con los mandatarios sudamericanos.

Los que se entretienen desparramando viralmente por las redes sociales los constantes traspiés del jefe del ejecutivo federal, seguramente ni la vieron pasar. No se dieron cuenta de que los revolcó de ida y vuelta, con pases dobles, con capotazo Portagallola y verónicas.

Abusando una analogía de la fiesta brava, don Enrique los hizo ver todo tipo de suertes con la capa. Los lanceó, los capoteó, les cargó la suerte, los desplantó, y remató con unan estocada de antología, que el astado si al caso miró de reojo después del refollo.

Ni de chiste pretendo hacer una apología de la impunidad que se vive en México. Para nada. Sí, con la libertad de escribir lo que pienso, porque son de las libertades que todavía puedo presumir; reconozco la destreza de Peña para sortear obstáculos. Al menos desde que fue gobernador de Edomex.

En una semana, que digo una semana, en media semana EPN recibe el beneplácito de la aprobación de la reforma constitucional en materia educativa. Las entidades federativas ya la votaron a favor.

En dos días, es decir, martes y miércoles de la cuarta semana del año, el IFE sube el asunto de los gastos de campaña de la coalición: “Compromiso por México”, que impulsó la candidatura del priísta. Ilusoriamente se pensó que las inconformidades interpuestas por el PAN y la izquierda prosperarían, pero no fue así. El Consejo General del IFE resolvió que los quejosos no aportaron las pruebas suficientes para determinar que se rebasó el tope de campaña.

Sobre el caso Monex, el neo-priismo se anotó una victoria, pírrica, pero al cabo victoria. Sergio García Ramírez, exsecretario del Trabajo con José López Portillo; exprocurador general de la república con Miguel de la Madrid y exsecretario general del PRI, desempató el marcador con su voto, para sepultar legalmente la penúltima esperanza de cuestionamiento del arribo a la presidencia del mexiquense.

La tarde del miércoles no podía ser menos asombrosa, con el toro más bravo, Peña Nieto dejó clavados en sus asientos a sus más avezados detractores. La resolución de los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación por la que concedieron el amparo definitivo a la ciudadana francesa acusada de secuestro, Florence Cassez, por violación a sus garantías individuales, permitió la liberación inmediata de quien exacerbó los ánimos y generó el distanciamiento entre México y la república gala en los tiempos de Calderón.

Los horarios fueron estudiados milimétricamente, desde que Cassez salió del reclusorio femenil de Tepepan al caer la tarde en el D. F. le alcanzó para llegar al aeropuerto internacional Benito Juárez, de la ciudad de México, y abordar el vuelo nocturno de Air France, que la llevó de regreso a su país de origen. Mejor imposible.

Sin más aspavientos, el presidente de la república twiteó ser respetuoso de la decisión de la SCJN, ni modo que no. Por la noche, los comunicados de comunicación social de la presidencia adelantaron la primera gira internacional de Peña Nieto a Santiago de Chile, donde participará en la cumbre de la Celac, y en Uruguay en la cumbre de la Alianza del Pacífico.

Indiscutiblemente la Casa jugó magistral, y de paso le dejo “ensartada” la espada a Genaro García Luna, entiéndase FCH. El exsecretario de la SSPF estará ahorra en el refuego por ser quien orquestó, con la complicidad de Televisa, la presunta fabricación de pruebas en contra de Florence Cassez.

Vienen días y semanas duras para el exfuncionario protegido en el sexenio calderonista, a lo más mediáticamente, porque ese fue uno de los pactos secretos entre el presidente anterior y el actual. Esa es la forma de zanjar diferencias y marcar distancias a ese nivel.

P.D. Tardía y muy confusa postura de la nomenclatura albiazul en torno a la madriza que les están acomodando desde los Pinos. Sólo ellos ignoran su origen.