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Martes 20 de mayo de 2008

Continúan las amenazas a policías y soldados

"Súmense a nosotros o morirán": cárteles a policías y soldados de todo México


"Súmense a nosotros o morirán": cárteles a policías y soldados de todo México

Los carteles de la droga están enviando un brutal mensaje a policías y soldados en ciudades en todo México: Súmense a nosotros o morirán.

La amenaza aparece en carteles colgados junto a carreteras y en listas de amenazados de muerte dadas a conocer públicamente.

Los policías también reciben advertencias a través de sus radios. Al menos cuatro altos oficiales policiales han sido asesinados este mes, incluyendo el jefe interino de la policía federal.

Aunque México ha batallado durante años para tratar de limpiar sus fuerzas de seguridad y ganar el respeto público, los mexicanos generalmente asumen que la policía e incluso los soldados son corruptos, a menos que se pruebe lo contrario, y los honestos carecen de recursos, entrenamiento y la confianza de que sus colegas les respalden. Aquí, el tabú típico de matar a policías parece no existir.

Aquellos policías que se enfrentan con los carteles de la droga se sienten aislados y vulnerables cuando se vuelven blancos de ataque, como sucedió con 22 comandantes de la ciudad fronteriza de Ciudad Juárez, cuando narcotraficantes los colocaron en una lista de amenazados de muerte dejada este año en el Monumento al Policía Caído. La lista estaba dirigida a “aquellos que aún no creen”.

De los 22, siete han sido asesinados y tres heridos en atentados. Once de los 12 restantes han renunciado, y funcionarios municipales dijeron que el único que sigue en funciones no desea ser entrevistado.

Además, en días pasados trascendió que tres jefes policíacos de comunidades fronterizas han dejados sus cargos y pedido asilo en Estados Unidos, ante la escalada de violencia en el país.

“Son ataques dirigidos a los principales comandantes de la policía de la ciudad, que eso no está sucediendo solamente en Ciudad Juárez”, dijo el alcalde de Juárez, José Reyes Ferriz, en el funeral del comandante policial Juan Antonio Román García. “Está sucediendo en Nuevo Laredo, en Tijuana. En toda esta zona están atacando a los altos mandos para desestabilizar a la policía”.

Y parece que lo siguen logrando: el director de la policía de Ciudad Juárez, Guillermo Prieto, presentó su dimisión, tras una serie de asesinatos que incluyeron a algunos comandantes bajo su cargo.

El vocero de la ciudad Sergio Belmonte dijo que el director de Seguridad Pública será reemplazado por un funcionario militar con licencia de las fuerzas armadas, pero rechazó revelar el nombre del nuevo director policial.

“Es casi como una batalla militar”, opinó Jayson Ahern, subcomisionado de la Agencia de Aduanas y Fronteras de Estados Unidos. “No pienso que en general el público tenga alguna idea del nivel de violencia que existe en la frontera”.

En Ciudad Juárez, la policía ha recibido fusiles automáticos —usualmente llevaban pistolas— pero han recibido además órdenes de no patrullar las calles solos. Más de 100 de los 1,700 policías de la ciudad han renunciado o se han retirado desde enero.

Los carteles mexicanos se han vuelto tan intrépidos que, en la vecina Guatemala, han transmitido anuncios radiales con los que buscan reclutar a ex soldados para trabajar como pistoleros.

“Ellos conocen las calles y el terreno, y se pueden meter a cualquiera de estas casas y no los podemos seguir, no podemos hacer nada”, afirmó ayer un capitán del Ejército que encabezó una redada en una colonia juarense.

Y los frutos de su operación respaldan sus palabras: sólo se hallaron tiradas algunas bolsitas de droga, pero ningún detenido...