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Miércoles 2 de junio de 2010

Crímenes de odio

¿ Qué esperamos nosotros los mexicanos del asesinato de Anastasio Hernández ?


¿ Qué esperamos nosotros los mexicanos del asesinato de Anastasio Hernández ?

Por: Manuel Narváez Narváez
manuelnarvaezpa@gmail.com

La semana pasada dos hermanos de origen mexicano trataron de ingresar ilegalmente a los Estados Unidos por la mesa de Otay, en Tijuana, los dos fueron detenidos por la migra norteamericana y vapuleados hasta provocarle muerte cerebral a uno de ellos. Este lunes falleció Anastasio Hernández, como consecuencia de la brutal golpiza que le propinaron 20 agentes de la patrulla fronteriza.

El asunto viene a sobrecalentar las tensionadas relaciones entre el gobierno mexicano y la administración de Barak Hussein Obama, después que el mandatario azteca les fuera a restregar en la cara a los congresistas norteamericanos su indolencia ante el tráfico ilegal de armas a nuestro país y la implementación de una Ley racista en el estado de Arizona.

Según testigos que presenciaron los hechos en las puertas del cruce fronterizo donde sería deportado el infortunado migrante, dijeron que fue una veintena de agentes de migración los que golpearon con saña al connacional, a quien le provocaron en ese momento muerte cerebral, y dos días más tarde, perdería la vida como consecuencia de la salvaje golpiza, en un nosocomio cercano a Los Ángeles.

Anastasio, como millones de mexicanos que han cruzado de manera ilegal la línea divisoria con la ilusión de vivir el sueño americano, durante 21 años radicó en la zona de San Diego, pero jamás regularizó su estatus migratorio. Ahora está muerto victima de los abusos de la patrulla fronteriza, dejando en la orfandad a 4 hijos, todos nacidos en aquél país.

No está a discusión el que los norteamericanos resguarden celosamente sus fronteras y apliquen sus leyes con rigor, pero lo que si es tema de repudio es el exceso en el uso de la fuerza. Cualquier persona, independientemente de no contar con derechos ciudadanos en ese país, sí tiene derechos universales tutelados por la Asamblea General de las Naciones Unidas, cuya sede se encuentra en la ciudad de Nueva York, en Estados Unidos.

Seguramente el asesinato de Anastasio no es primero ni será el último, por desgracia; sin embargo, ya es tiempo de que el gobierno de México, por conducto de la cancillería mexicana y la embajada en Washington, exija con el mismo rigor que repudió la Ley Arizona y con las misma determinación que el presidente de la República habló en el capitolio, el castigo incondicional de los asesinos responsables.

No pretendo por ningún motivo ser catastrofista, menos cuando sabemos que no todos los agentes de la patrulla fronteriza y aduanales de migración son de la calaña como los que mataron a Anastasio, más existen precedentes muy lamentables que alteraron las paz de la ciudad de los Angeles, California en los años 80s, cuando otro grupo de cobardes policías de un condado aledaño a la metrópoli californiana, agredieron brutalmente a Rodney King, un ciudadano norteamericano de color que había cometido una infracción menor. Videos y fotografías de la golpiza corrieron como pólvora lo que a la postre provocó disturbios por varios días, en diversas ciudades de ese país, y oblígó a las autoridades a reparar el daño indemnizando a la victima que logró sobrevivir, pero el castigo a los responsables sólo quedó en sanciones administrativas.

El asunto no es menor porque se presenta en el marco de las protestas contra la aplicación de la Ley Arizona que criminaliza a los inmigrantes y por la molestía provocada por el discurso del presidente mexicano, entre los legisladores republicanos. Este cerillito puede detonar acciones más enérgicas de grupos hispanos defensores de los derechos civiles y humanos contra la ofensiva de los supremacistas norteamericanos que están desafiando el liderazgo del primer presidente proveniente de una minoría.

Toca el turno a las autoridades mexicanas elevar la voz de protesta y agotar todos los canales institucionales para que se haga justicia, aunque no esperamos que la administración de Obama responda satisfactoriamente, al menos que se note la solidaridad del gobierno mexicano con la familia del compatriota asesinado.

P.D. Fuerzas de élite Judias atacaron este lunes a barcos que transportaban a 750 personas que llevaban ayuda humanitaria a la franja de Gaza, en Palestina, ciudad asedida por el ejército Israelí desde hace tres años; en el asalto asesinaron a por lo menos 10 voluntarios. Los gobiernos democráticos del mundo y la ONU condenaron la agresión, el departamento de Estado norteamericano sólo se mostró preocupado por el "incidente". ¿ Qué esperamos nosotros los mexicanos del asesinato de Anastasio Hernández ?