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Viernes 8 de febrero de 2008

Cristianismo y Panismo

El poder es bueno para transformar a la sociedad; para construir un reino de justicia y amor


El poder es bueno para transformar a la sociedad; para construir un reino de justicia y amor

Un ensayo, como pretende ser éste, no es para los acelerados que tienen poco tiempo de dedicar unos minutos a una lectura serena y reflexiva. Si estás dispuesto a recorrer un camino que junta el destino trascendente del hombre y la alta dignidad de la vocación política, te invito, con humildad, a recordar lo que otros ya han dicho.

Muchos saben como nació el PAN. Quizá algunos olvidan que la gran lucha que precedió a la fundación de tan noble institución, que sigue siendo hoy por hoy, el mejor instrumento para el desarrollo integral de México y para transitar a una democracia madura y sólida, fue sin duda el Vasconcelismo. Hay que haber leído El Ulises Criollo, La Tormenta, El Proconsulado, La Raza Cósmica, La Flama, Breve Historia de México y tantos otros mas del Lic José Vasconcelos, para entender que las ideas cristianas inspiraron esa época y Gómez Morín recibió gran parte de esta herencia, que no fue la única, por cierto.

Muchos católicos, que nacimos en el seno de familias que creemos en la Iglesia Católica y rezamos el credo cada domingo o entre semana, sabemos, porque lo hemos leído en alguna ocasión, que la Iglesia ordena a los seglares contribuir con todo su esfuerzo a ordenar la política y los bienes temporales para Dios. Es decir, estamos llamados a construir sociedades justas y de notorio bien común. La sociedad que construyamos tiene que ser digna de aquel que algún día vendrá con gloria y majestad a tomar posesión de su reino. ¿Estamos trabajando para ello o hacemos lo que los judíos cuando salieron de Egipto, que ante la desesperación empezaron a inventar idolatrías, otros reyes, otros intereses egoístas, otro destino?

Por lo tanto, aclaremos una primera cuestión fundamental: La política es una actividad de seres humanos, y en un sencillo texto del PAN, titulado Etica y Valores en la práctica política, del autor Luis González Morfín, se explica QUE EL BIEN COMÚN es un ambiente social de bienes materiales y espirituales que ayudan a crecer al hombre y permiten que éste haga crecer a otros. El mismo texto nos remite a la congruencia de vida y nos invita a tener la valentía de aquel, que se dió un trancazo terrible, en palabras del autor, POR VIVIR COMO PENSABA. LE COSTÓ LA VIDA PERO GUARDÓ FIDELIDAD A SU COMPROMISO.

El mismo autor dice:¿Cuántos viven dándole por su lado a otros? Amanecen, dice, con Santa Teresa de Jesús, comen con Irma Serrano...¿Dónde la autoridad moral?

¿Alguna vez ha escuchado a esos comunicólogos o expertos del marketing político que le dicen a los operadores políticos NO TE PELEES CON NADIE, NO TE COMPROMETAS CON NADA QUE AFECTE TU IMAGEN PÚBLICA.

Y por ello la política se vuelve una red de complicidades, una actividad de relaciones públicas donde destaca aquel que usa mejor los eufemismos, que esconde la verdad, que no da la batalla en los grandes temas, donde se corre riesgo. Mucho menos arriesgará el pellejo si el sabor del dinero, de la fama, del glamour, es parte de su vida.

Esos políticos no están llamados a transformar nuestro país, desde la profundidad de la congruencia ética, si acaso contribuirán siendo eficaces diputados, alcaldes, gobernadores, servidores públicos, que aportarán bienes materiales y hasta culturales, pero dejarán cucho el amplio concepto del bien común. Por ende, tampoco serán los operadores profundos del reino temporal de Jesucristo. Quien por cierto, en una frase que parece paradójica dice que SU REINO NO ES DE ESTE MUNDO, pero ello no quiere decir que se desentiende de la temporalidad. Y de alguna manera San Alfonso María de Ligorio, Doctor de la Iglesia, explica un poco: Frente a un número de creyentes que creen firmemente, hay muchos que creen a medias Carecen de vida sobrenatural y viven ligados al ambiente en que viven, no tienen fé. El decía, si consigo ganar un rey, habré hecho mas por la causa de Dios que centenares y millones de misiones.

Lo mismo ocurre en la vida política. Si logramos que un Gobernador, que un político, un legislador, sean operadores congruentes, honrados y decentes, de fiar, de palabra, de lealtad, con valor para sostener su dicho y no temer a la afrenta pública, tendremos a un ser humano, a un líder, que podrá tener las cualidades de cualquiera de aquellos que Cristo escogió para realizar su misión.

Buenos políticos no son, ni operadores del reino tampoco, aquellos que se alían o coaligan con hombres que no son justos o que hay dudas razonables para suponerlo.

Apoyar a alguien razonablemente justo es ser congruentes con aquellas palabras de Amos en las escrituras:Que fluya sí, el juicio como agua y la justicia como un torrente inagotable.

Cristo escogió ciertamente pecadores, los apóstoles, para edificar su reino, pero los convirtió primero al cristianismo. ¿Acaso hubiera construído su obra con pecadores que estuvieran dando mal ejemplo siempre?

¿Cómo se hubiera visto Cristo ofreciendo regalías, fortuna, fama, puestos, QUE NO LOS TENÍA POR CIERTO, para seducir a los apóstoles a que cooperaran con él?

La congruencia salva aunque nada se gane en lo temporal. Veámos aquel maravilloso ejemplo en la cruz, cuando Dimas, desde su dolor y sus pecados, arrepentido, le dice: Señor, acuérdate de mi cuando estés en el paraíso. Y Gestas, desde su maldad, lo retaba a salvarse. Una sencilla lección de esto, quizá la mas modesta, es que el hombre justo salva a otro justo, el que no actúa con justicia pues no se salva ni a si mismo.

La elección de los cristianos es clarísima.

El alejamiento de estas verdades expuestas, en un tiempo contemporáneo en donde estudiamos a Huntington, a Juan Linz, Pipitone, Robert Greene, Norberto Bobbio y muchos otros autores que invaden nuestra biblioteca privada, nos enfoca en un estudio relativamente laico de la política. Y llegamos a pensar que la política solo es la búsqueda del poder. Y el poder el garante de nuestras metas políticas y ambiciones personales.

El poder es algo bueno para transformar a la sociedad. Es mas, el político debe buscar el poder, pero para construir un reino de justicia y de amor, cuando menos el político cristiano, y el político panista también, según la filosofía y los textos de los fundadores. Líderes ejerciendo ese poder los necesita la sociedad.

Hay que entender que cuando hablamos de congruencia en un político no necesariamente decimos que el incongruente es un fracasado o alguien que no le ha aportado nada bueno a la sociedad en que vive. En la realidad siempre hay buenas obras empujadas y operadas por hombres que han sido incongruentes en su ética política. ¿Acaso no hubo políticos oscuros y perversos que inventaron y dieron brillo a instituciones ejemplares? ¿No ha habido parlamentarios que dieron lujo a algunas leyes y su congruencia siempre estuvo en duda? Aquí mismo en Chihuahua se recuerda a un Ex Gobernador, que dicen que desaparecía personas, pero que en su gobierno la seguridad pública imperó. Entendamos pues que de momento la incongruencia no nos sepultará, porque tendremos muchas obras de que presumir. No obstante, la incongruencia nos hará políticos que paulatinamente aceptemos errores leves, después graves, después justificaremos que nuestra moral, ética, doctrina, sea tolerante o un poco mas laxa. Poco a poco endosaremos lo que nos queda de congruencia al pragmatismo, que al cabo es mas fácil, mas sabroso, mas satisfactorio para nuestra vida personal y profesional, mas lucidor ante la sociedad.

Hacer cosas prácticas que me den resultados rápidos y sujetándome solo al derecho y no a la ética, me hará parecer a cualquier hombre sin principios. Eso en nuestro partido político significa que nos iremos poco a poco, paulatinamente, pareciendo al pri

Recuerdo aquella frase de Vasconcelos, no recuerdo en cual de sus libros, que decía: El Regimen es un nido de ladrones y asesinos. Es decir, primero fue la decadencia moral, ética. Después esa decadencia llevó al climax de los apetitos por el poder, que hicieron explosión en el 88 y que con tanta atingencia describía González Graff en uno de sus libros. Sobrevino la crisis política y en el 2000 la derrota definitiva del pri. Y desde su derrota y sus esfuerzos por volver a gobernar México la incongruencia de esta institución es lo que está mas claro en la mente de los mexicanos. Volver al PRI para muchos sería volver a la época de los ladrones y asesinos.

En un momento histórico como el que estamos viviendo, tratando de consolidar los frutos del anterior sexenio en el gobierno federal, en un momento en que el PAN se enfrenta a adversarios poderosos, que quieren demostrar que no hay manos limpias en los panistas, que se pueden dividir y ser mezquinos, que también pueden dar mal ejemplo como otros partidos, en un momento como éste, no se necesitan gobiernos eficaces, legisladores inteligentes, líderes estrategas, jóvenes dinámicos. Lo que se necesitan son hombres congruentes y de bien, PORQUE ESE ES EL SELLO DE LA CASA. Podremos ser, unos mas que otros, mezquinos, imprudentes, impulsivos, iracundos, defectuosos en nuestro carácter, sin templanza, con poca virtud en muchas áreas de nuestra vida, etc. Podremos ser pecadores pasaditos de lo standard, pero si no abandonamos, en la medida de nuestras fuerzas, la congruencia, estaremos del otro lado del río. Seremos piezas, defectuosas quizás, pero útiles en la construcción del futuro. Y si hemos de hablar como cristianos, diría que nuestra pecadora constitución estará tocada por el espíritu santo para construir el reino de Dios, que algún día vendrá con gloria y majestad.

Recordemos a Hernán Cortéz y a sus soldados o a cualquiera de los soldados de la reconquista española. Eran hombres de carne y hueso, con graves debilidades, pero amaban la verdad que fue el contenido de su evangelización.

Efraín González Luna dijo en su Humanismo Político: SIN UN VERDADERO RENACIMIENTO CRISTIANO SERÁN INÚTILES CUANTAS DILIGENCIAS EXTERIORES APUNTALEN EL EDIFICIO EN RUINAS. PERSONAS, COSTUMBRES, COMUNIDADES, INSTITUCIONES, ESTÁN EN GRAN PARTE VACÍOS DE AUTÉNTICO CONTENIDO CRISTIANO.

Y ese renacimiento, a mi modo de ver se conseguirá pensando como un Político estadista, porque como dice James Freman: Un político piensa en las próximas elecciones, un estadista en la próxima generación.

El ansia de poder no tiene sus raices en la fuerza sino en la debilidad, Erich Fromm.

Por ello, cuando pensemos en Acción Nacional, pensemos que su autoridad moral es, guardadas las proporciones, como la autoridad moral de Cristo Sin esa autoridad moral y sin la autoridad moral de sus apóstoles no hubiera ofrecido un legado por el que muchos hombres hoy en día estariamos dispuestos a dar la vida. Lo mismo, Acción Nacional y sus líderes y militantes tienen que poseer una autoridad moral para que los mexicanos sigan creyendo y se ilusionen cada elección y cada día con ésta institución, fundada por Manuel Gómez Morín.

Si la misión es de ese tamaño, es claro pues saber que cualquier medio a nuestro alcance, cualquier opción, cualquier decisión, acción, negociación, debe corresponderse a ese ideal.

Cristianismo y Panismo son pan de una misma masa.

Finalmente, termino este pequeño ensayo, exhortando a los panistas, dueños de una vocación política, a ejercerla sin perderse en el pragmatismo, la superficialidad, y los intereses particulares.

Como decía Efraín González Luna: LA POLÍTICA NOS SIGUE, NOS COGE, NOS APLASTA, SI NOSOTROS NO LA AFRONTAMOS, NO LA ASUMIMOS Y NO LA DIRIGIMOS, SEREMOS JUGUETES Y VÍCTIMAS DE QUIENES LA HAGAN.

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