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Viernes 14 de enero de 2011

De presagios y designios

Algunos comprendemos las implicaciones y aceptamos los costos de la transición hacia la madurez política


Algunos comprendemos las implicaciones y aceptamos los costos de la transición hacia la madurez política

Se antoja difícil el panorama para quienes quisiéramos hacerle al profeta y fervientemente deseamos que se cumplan nuestros vaticinios de un Feliz Año para nuestros congéneres, pues no se ve muy probable la realización de nuestras buenas intenciones. Porque así como unos deseamos el bien común en forma de auténtico progreso para nuestra patria, en cambio hay otros que están empeñados en hacernos la vida difícil a los demás al fincar su particular felicidad en hacernos regresar a los malos tiempos en los que “democracia” se barruntaba sólo como un irrealizable anhelo.

Mal acostumbrado al trato sobreprotector de gobiernos paternalistas y enajenado por los vicios del sistema, hoy es claro que cuando nuestro pueblo, que hace apenas una década renegaba del mal gobierno Priísta clamando por justicia y libertad, obviamente no calculaba que debía pagar el alto costo de su legítimo anhelo y apenas ahora lo percibe de la misma forma como un adolescente que lucha por sacudirse la dependencia de sus padres creyendo que la libertad es puro gozo, pero luego al ejercer su derecho a ser independiente, así nuestra gente se encuentra con que al obtener libertad tiene que asumir el reto de solventar sus propias responsabilidades. Más no todos los individuos enfrentamos ese reto con la misma actitud, como dice el dicho, “en la viña del Señor hay de todo”.

Algunos comprendemos las implicaciones y aceptamos los costos de la transición hacia la madurez política sabiendo que luego dará frutos de bienestar material para todos.

Otros, inmaduros y atenidos que todo lo quieren fácilmente dado sin importar de donde venga y sobre quien recaiga el costo de sus exigencias, como es el caso de los monstruosos y aberrantes sindicatos fundados por el PRI que por ser tan inoperantes y corruptos como nos consta, crecen como el cáncer parasitando a costillas de pueblo siendo el principal lastre que impide el avance del desarrollo del resto de los mexicanos.

Y por último están los que añoran febrilmente su regreso al poder para cobrarse con creces la desconocida que les dimos los mexicanos cuando nos fue evidente que el que le fuera siempre bien al PRI no significaba que nos estuviera yendo bien a los demás mexicanos.

Es por eso que se torna tan interesante el panorama de las próximas elecciones en el Estado de México, mismo que a juicio de todos los interesados, es un laboratorio de pruebas donde habrán de definirse las tendencias electorales rumbo a las elecciones federales del 2012 en nuestro desconcertado país.

El PRI desprecia la disminuida presencia del PRD que si bien antes lo desplazó a un incómodo tercer lugar, hoy le hace el juego conveniente a sus oponentes merced a la ya manifiesta demencia de su ex candidato tabasqueño cuya vigencia se ha desplomado a niveles irrecuperables.

En cambio el tricolor tiene bien identificado a su verdadero oponente y apuesta a capitalizar el desgaste del PAN que a pesar de saber el costo político de la valiente cruzada en contra de la delincuencia iniciada por el gobierno federal actual y se sostiene en su propósito de mermar el poder de la delincuencia organizada, porque esa lucha no la inició por capricho sino para dar cumplimiento a una de las dos principales demandas del pueblo que respondió a las encuestas manifestando exigencia por Seguridad y Empleo en el momento en el que Felipe Calderón presentara su candidatura. Hoy pretenden convencernos de cometer la cobardía de olvidar; que por eso y para eso los mexicanos votamos mayoritariamente, para que nuestro presidente, ejerciendo bien el poder, nos librara de las garras de los hampones con los que el PRI no sólo fue excesivamente tolerante, hasta se asoció con ellos para también de esa forma esquilmar a la población bajo sus corruptos regimenes.

Más allá de los resultados que se puedan obtener en la cercana y en la subsecuente contienda, una cosa si arrojará en claro esta que se avizora como encarnizada batalla. Al día siguiente sabremos a ciencia cierta, el nivel de madurez política de la nación mexicana, comprobaremos si como pueblo ya tenemos clara conciencia del necesario sacrificio que debe hacer nuestra generación para librarnos una vez más de la perniciosa influencia de quienes por años nos han oprimido o pecaremos gravemente de cobardía e ignorancia culpable al entregar nuestro destino a nuestros tradicionales abusadores.

Ahora que ya sabemos perfectamente que el hecho de que le vaya bien al PRI, no significa que le vaya bien a México, porque por mucho que se hayan adjudicado y envuelto en los colores patrios para cometer sus patentes abusos. El PRI no es todo México y México no es sólo el PRI, quiera Dios que ahora que se sienten tan confiados, la mayoría de los que de verdad amamos a México les podamos enseñar la provechosa lección de que: “Del plato a la boca, a veces se cae la sopa” y que en UNA VERDADERA DEMOCRACIA el poder no es sólo para poder, puesto que la única justificación del poder es que sea PRINCPALMENTE… PARA SERVIR.