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Martes 1ro de marzo de 2011

De vocero municipal a cruel secuestrador

Rodolfo Aboytes López "EL Grande", aceptó haber participado en por lo menos 60 ejecuciones


Rodolfo Aboytes López "EL Grande", aceptó haber participado en por lo menos 60 ejecuciones

Rodolfo Aboytes López se desempeñaba como director de Comunicación Social durante la gestión del alcalde de Tlalmanalco, Raúl Sánchez Reyes. Nadie podía suponer que su actividad fuera otra: la de secuestrador y asesino confeso, que contaba con la protección de mandos policiacos del estado de México.

Aboytes, a quien se le conoce como "EL Grande", aceptó haber participado en por lo menos 60 ejecuciones y de liderar una peligrosa banda se plagiarios que asesinaba a sus víctimas, a las que enterraban en los terrenos de una residencia ubicada en el Club Campestre de Santa María, donde encontraron cuatro cadáveres el pasado domingo.

El mismo Aboytes dijo a policías que lo detuvieron en días pasados que en el lugar podría haber otros diez cuerpos más.

La historia de esta banda de secuestradores apenas descubre el horror con la que actuaban. Pedían cifras millonarias por sus víctimas y aún con el pago del rescate, los asesinaban a sangre fría, de acuerdo con las primeras investigaciones.

Pero eso no era todo. Todo apunta a que el propio ex alcalde perredista de Tlalmanalco, Raúl Sánchez Reyes, quien administró el ayuntamiento de 2006 a2009, está vinculado con la banda de secuestradores que apenas el sábado pasado se enfrentó con miembros de la Agencia de Seguridad Estatal (ASE).

Sánchez Reyes fue detenido el lunes en su casa ubicada en la comunidad de San Rafael, estado de México. Casi de inmediato se comenzaron a conocer los detalles sobre la forma de operar de esta banda, que ya se dice, podría ser la más violenta y cruel en la historia del país.

El ex munícipe sería el contacto para rentar la casa en el Club Campestre de Santa María, donde se localizaron los primeros cuatro cuerpos, se presume, de secuestrados.

La Policía Ministerial interrogó a los hermanos Raúl Armando y Ernesto Gerardo Gómez Velázquez, de 37 y 32 años, quienes estaban en la casa donde encontraron los cadáveres.

Fue el sábado pasado cuando detuvieron a siete personas, entre quienes se encontraba Rodolfo Aboytes López, alias El Grande, presumiblemente el líder de la banda, que operaba en el suroriente del estado.

En sus declaraciones El Grande afirmó que pagaban protección a jefes policiacos de Tlalmanalco, Amecameca y Ozumba, así como a mandos de la ASE para que actuaran con impunidad.

Aboytes confesó haber participado en cerca de 60 ejecuciones y dijo que en el terreno del Club Campestre podría haber otros diez cuerpos más.

El procurador del Estado de México, Alfredo Castillo, informó que tienen nueve averiguaciones previas que podrían estar conectadas con esta banda, debido a que dejaban mensajes o firmas sobre sus víctimas.

El sábado también fue detenido Víctor Manuel Ortiales, subdirector de la Policía Municipal de Tlalmanalco, y Arturo Galicia Aguirre, jefe de turno de la ASE en la región de los volcanes.

Los alcaldes de Amecameca y Tlalmanalco, Juan Demetrio Sánchez Granados y Mario Zúñiga Zúñiga, respectivamente, indicaron que colaborarán con las autoridades ministeriales para investigar la forma en que operaba la banda de plagiarios. El presidente municipal de Amecameca denunció el incremento de plagios en el municipio.