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Lunes 24 de octubre de 2011

Dedocracia panista

La decisión del CEN del PAN de designar candidatos a diputados federales y senadores, asemeja un divorcio con la democracia


La decisión del CEN del PAN de designar candidatos a diputados federales y senadores, asemeja un divorcio con la democracia

Por: Manuel Narváez Narváez
Mnarvaez2008@hotmail.com

El panismo oficialista que encabeza Gustavo Madero manda una clara señal de control absoluto sobre el partido que alguna vez se distinguiera por elegir a sus candidatos a diversos cargos de elección popular por la vía del sufragio de su base militante, inclusive, las invitaciones que extendía a verdaderos líderes sociales eran respaldadas sin chistar.

Lejos, muy lejos han quedado esas “fiestas democráticas” de las que se pavoneaban y alardeaban las dirigencias locales o nacionales. La rabia democrática de la que se jactaban, ahora no es más que material biográfico para quienes se tomen el tiempo de escribir las memorias de Acción Nacional.

Con el tiempo encima para encarar el proceso electoral más complicado de su historia, la dirigencia maderista ha preferido echar mano de las poco utilizadas pero impopulares alternativas conferidas en sus normas internas.

Con este precedente, ya no habrá congruencia para reclamarle al rival priísta la falta de democracia a la hora de nombrar a sus candidatos, al contrario, los panistas corren el riesgo de ser demandados por el plagio del método del “dedazo” creado por el tricolor.

Antes de continuar con este análisis, considero oportuno hacer unas precisiones. La designación de candidaturas en el PAN no es nueva, en 2009 más de un centenar de candidatos a diputados federales fueron impuestos en igual número de distritos del país. En el estado de Chihuahua el distrito 9 con cabecera en Parral fue destinado a una mujer.

La medida ha sido utilizada principalmente en las regiones donde el Partido Acción Nacional no es competitivo, lo cual resulta comprensible hasta cierto punto, como también existen territorios en los que son preferibles las alianzas o candidaturas comunes, sin dejar de reconocer que hay lugares donde el crimen organizado dificulta la participación partidista o ciudadana.

Sin embargo, en esta ocasión el número de designaciones abarca casi la mitad de los 300 distritos del país, por si fuera poco, incluye la imposición de candidaturas al senado en 24 de las 32 entidades.

Para atenuar el impacto, de los 147 distritos en los que habrá “dedazo”, 57 se reservan para las mujeres. Por qué a las mujeres?, acaso dan por descontado que las razones de género solo perjudican a las mujeres y por eso hay “protegerlas”; y si mejor reservan 57 esos lugares a los varones y el resto se destina exclusivamente a ellas?.

No obstante que prácticamente todas las dirigencias estatales y regionales guardaron cómplice silencio, en Puebla el gobernador del estado exigió a la dirigencia panista reconsiderar la medida. Lo malo no es que Moreno Valle haya hecho valer su desacuerdo, sino que no lo haya hecho el presidente estatal del PAN, lo que valida la teoría que a los cacicazgos gubernamentales los dirigentes partidistas se subyugan.

En el caso de Chihuahua resulta controvertida la decisión de incluirla entre las entidades donde habrán de designarse los candidatos al senado y a 8 de los 9 candidatos a diputados federales, pues muchos la interpretan como un acto de autoritarismo por parte del Chihuahuense Madero, quien estaría castigando a la militancia por la fuerte disputa entre los grupos antagónicos cuyas cabezas han llevado al partido a los peores lugares de representación popular.

Otra interpretación que despunta es que la poca o nula disponibilidad que tuvo la dirigencia estatal de Mario Vázquez para conformar un comité plural, sugerencia que ignoró aun cuando provenía de su coterráneo, por lo que Madero Muñoz se dejó caer con todo el peso del CEN. Vázquez Robles ha sostenido que no hizo otra cosa que emular lo hecho por su par nacional, quien le negó participación a su contrincante Roberto Gil en el consejo político.

Aunado a las múltiples interpretaciones, la medida tomada por el CEN panista tiene indignada a la base militante, que busca como combatir lo que consideran arbitraria y antidemocrática decisión. Mientras eso toma su propio rumbo, hay quienes encuentran en estas designaciones la oportunidad de sacudirse a Cruz Pérez, Carlos Borruel y Javier Corral, señalados como los responsables de las disputas y divisiones que llevaron al partido al barranco en que se encuentra.

Otra corriente de opinión está preocupada porque Gustavo Madero aproveche para colocar en las candidaturas a gente allegada a él, tales como: Olivia Franco, Guadalupe González, Carlos Olson, Liliana Rojero, Luis Fernando Mesta y Jorge Villalobos, quienes han encontrado serias dificultades para acceder a cargos de elección popular, por lo que en algunos de los casos han guardado reposo en puestos públicos y partidistas.

Sea como fuere, el panismo de Chihuahua se siente ofendido e indignado por el método de designación de sus candidatos al senado y las diputaciones federales, aunque se percibe un ambiente agridulce, porque por un lado se sacuden lastres, pero por otro abre la rendija para pago de facturas.