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Chihuahua, Chihuahua



Viernes 3 de septiembre de 2010

Demagogia colorada

“No hay mala administración que dure siete años, sin que le llegue su tiempo” bueno al menos esa es la idea


“No hay mala administración que dure siete años, sin que le llegue su tiempo” bueno al menos esa es la idea

El uso abusivo de la palabra produce un efecto desgastante en el significado de los términos, tanto se manosea la terminología en su discurrir cotidiano que acaba por impregnarse de las ignorancias y yerros de quienes las usan y en muchos casos, se les fuerza a tener un significado que nada tiene que ver con su contenido original.

Cuando los malos resultados se convierten en testimonio irrefutable de las ocultas intenciones de una persona, bien pueda esta elaborar mil discursos y esgrimir todos los argumentos disponibles para tratar de convencernos de que el círculo es cuadrado, mismos que no lograrán cambiarnos la percepción de lo que ante nuestros ojos y nuestra poca o mucha inteligencia se percibe.

Perdone mi único y despistado lector que lo atosigue con mi insistencia sobre el tema de los insatisfactorios desempeños de los personajes que habiendo terminado – que no cumplido – su ciclo dentro de la administración estatal, hoy se empeñan en ensalzarse mediáticamente para tranquilizar su conciencia culpable con las mismas excusas y pretextos que matizaron su mediocridad a lo largo del sexenio en el que malversaron los recursos y el poder que el pueblo les depositó en custodia para que pudieran servir con eficacia, honestidad y transparencia a la ciudadanía.

Ahí tenemos el patético ejemplo de esa “Dama de triste figura” quien a fuerza de declaraciones y alegatos en su propia defensa, adoptando una quijotesca pose de heroína luchando contra molinos de viento, quiere convencernos de que fue una ferviente defensora de la justicia en nuestro estado.

Se le olvida a la Sra. casi ex-procuradora de justicia que a su palabra, por no tener el sólido sustento de una – mínimo – aceptable actuación, a estas alturas ya le sucede lo mismo que a la que pueda proferir este anónimo escritor... Pues lo que ambos digamos, mi no muy estimada procuradora, HACE RATO QUE YA NO LE INTERESA A NADIE, (al menos desde que fue evidente que para contestar a cada cuestionamiento y a cada exigencia, usted tenía listos o una excusa o un pretexto con el que de todos modos nada se resolvía).

Puede entonces ahorrarse el ridículo que hace caer sobre si misma, atreviéndose a cuestionar y a descalificar los datos venidos de otras fuentes y que hablan tan evidentemente de su incompetencia. Cuando menos ya de salida deje de defender causas y casos perdidos como el suyo, dénos tregua y descanso al dejar de oír sus incongruencias, porque no la pusieron ahí para defender ni a su persona ni a la administración que la cobija, usted no puede juzgarse a si misma ¿o ni siquiera eso sabe de instrucción judicial?, le habrían asignado – cuando menos en teoría – la noble tarea de defender la seguridad de la población de nuestro estado y aunque en su paranoia institucional tenga otra gravemente distorsionada percepción, los que si somos sus jueces, le notificamos la inapelable sentencia popular de que ante nuestros derechohabientes ojos usted está... vergonzosamente reprobada.

Con todo y todo, no nos sorprende su “Ponciopilatezca” actitud, porque en algo si le vemos congruencia, pues muy disciplinadamente usted alinea su “modus operandi” a la del resto de las dependencias del gobierno estatal, que a través de su equipo de comunicación social, nos receta los abundantes y melosos spots, infomerciales con los que casi, casi nos convencen de que merecen que se les levante un monumento por méritos en batalla, lástima que no podamos olvidar que lo que vimos durante seis insufribles años no fue todo ese edén chihuahuense con que nos quieren sugestionar, sino tan sólo su irresponsable y distintiva actitud de escurrir el bulto y sacarle la vuelta a los problemas, repartiendo culpas a diestra y siniestra.

Si tuvieran vergüenza – que ya nos han convencido de que no la tienen – antes que seguir pretextando, deberían de hacer un acto de expiación pública pidiendo PERDÓN por la forma tan patentemente irresponsable e innegablemente indolente en la que LOS VIMOS manejar los asuntos públicos, esa sería la única actitud congruente y éticamente aceptable que debieran adoptar todos aquellos sobre los que se depositó la responsabilidad de la administración saliente... sabemos que no se dará, porque no se le pueden pedir peras al olmo. Que nos consuele sin embargo el cumplimento inexorable de la sentencia popular que nos revive la esperanza; “No hay mala administración que dure siete años, sin que le llegue su tiempo” bueno al menos esa es la idea, dijo un Chapulín (también colorado y también demagógico por cierto).