Desigualdad en golpes a cárteles

La estrategia del gobierno mexicano contra el crimen organizado ha golpeado a casi todos las organizaciones dedicadas al tráfico de drogas, excepto al cártel de Sinaloa, y tampoco ha logrado reducir la violencia, que en 2009 alcanzó niveles sin precedente, advierte un estudio del Instituto Transfronterizo (TBI) de la Universidad de San Diego.

La investigación Drug Violence in Mexico de David A. Shirk, director del TBI, ha contabilizado 20 mil muertes vinculadas al tráfico de drogas entre los años 2001 y 2009, y destaca que más de la mitad de los crímenes (14 mil) ocurrieron en los últimos tres años, escalada que el gobierno federal debe contener “si pretende alcanzar los objetivos planteados, el gobierno deberá mostrar avances sostenidos en el desmantelamiento de las principales organizaciones de tráfico de drogas, en particular a la organización Guzmán-Zambada.

“Es cierto que ha habido conflictos, rupturas, en las estructuras de mando de casi todas las grandes organizaciones de tráfico de drogas, excepto en la organización Guzmán-Zambada”, agrega el estudio, fechado en enero de este año.

Reporteros, blanco del narco

El reporte alerta además sobre la extensión de la violencia a casi todo el territorio nacional; su acelerado crecimiento y el que grupos ajenos al narcotráfico, como los periodistas se hayan convertido en blanco del narco.

“Reporteros se han convertido en blanco de violencia, haciendo de México uno de los países más peligrosos para los periodistas”, menciona.

“Los periodistas, considerados por las organizaciones criminales como una amenaza, son acosados e incluso asesinados, a menudo con mensajes abiertos como advertencia a otros reporteros”. El estudio destaca la cifra de 60 comunicadores ejecutados en el país, de los cuales al menos 17 han sido asesinados en represalias por su trabajo.

Sobre la expansión de la violencia, indica que al arrancar la administración de Felipe Calderón el fenómeno estaba concentrado en tres entidades del Pacífico: Michoacán, Sinaloa y Guerrero.

Para 2008, Chihuahua, Sinaloa y Baja California experimentaron incrementos considerables en sus tasas de violencia, superiores a los de años anteriores, concentrando entre los tres, más de la mitad de los asesinatos relacionados con las drogas que se registraron ese año.

En 2009, la violencia por drogas se incrementó significativamente a una escala nacional, en parte por el crecimiento del fenómeno en Chihuahua, que registró 2 mil 82 asesinatos y la dispersión a otros estados, como Durango, las entidades cercanas al llamado “triángulo dorado” y las del centro, entre ellas Jalisco, Guerrero y Michoacán.

Destaca que de 2001 a 2007, la tasa de homicidios relacionados con las drogas se mantuvo en el rango de 1 a 2.2 por cada 100 mil habitantes por año, pero que se incrementó de manera dramática en los últimos años de la década.

La tasa se duplicó en 2008; 4.8 homicidios relacionados con tráfico de drogas por cada 100 mil habitantes, y a casi 20% en 2009, con una tasa de 6.1 muertes por cada 100 mil habitantes, dice.

“Los asesinatos relacionados con drogas representaron quizá entre 10 y 20% del total nacional durante casi toda la década. Sin embargo, el dramático incremento registrado en 2008 y 2009 sugiere que actualmente son una proporción mayor en las muertes intencionales y ha elevado significativamente la tasa de homicidios en México”, afirma.

En este escenario, el autor de la investigación considera difícil establecer si el gobierno está logrando los objetivos que se planteó en la lucha contra el narcotráfico. Los altos niveles de violencia relacionada con drogas no son un indicador útil: “Cuando la violencia se incrementa, el gobierno asegura que ha tenido éxito en desestabilizar a las organizaciones criminales; cuando disminuye, sostiene que se logrado el control”, menciona.