Detienen a 200 ebrios por semana

Semanalmente, cerca de 200 conductores ebrios son sancionados por la dirección de Vialidad, lo que da un reflejo del problema que representa el consumo de alcohol entre los usuarios de vehículos y el riesgo que conlleva para la población.

Gustavo Zabre, director de Vialidad y Protección Civil, mencionó que se han emprendido acciones contundentes para inhibir el consumo de alcohol entre los conductores, pero a pesar de los avances, siguen las calles plagadas de los mismos.

Con las reformas a la Ley de Tránsito, un conductor que es detectado en estado de ebriedad, debe ir de manera obligatoria a al menos 10 sesiones de Alcohólicos Anónimos y en el caso de que sea reincidente, deberá acudir por lo menos a 20 sesiones. “Hay que entender que estas acciones son para inhibir los excesos, el alcoholismo es un problema de salud”.

Explicó que antes no se podía tener un control sobre los conductores con la efectividad que permiten los sistemas informáticos, “un agente podía detener a un conductor ebrio y luego si lo volvía a detener el mismo agente, a ver si se acordaba, ahora todo queda registrado en una base de datos”.

El 15% de los conductores ebrios ha perdido su licencia para conducir, luego de que se les detectara una conducta que pudiera poner en riesgo la integridad de terceros.

Zabre apeló a la responsabilidad que deben demostrar las empresas cerveceras, licoreras y otras dedicadas al ramo de la venta de alcohol, “no basta que hagan el programa de conductor designado, se trata de que hagan acciones que trasciendan y también debe haber responsabilidad de la persona que bebe, sus amigos y su familia”.

En el 2007, se presentó un problema grave de accidentes que derivó en la muerte de varias personas, entre ellos, muchos menores de edad. A raíz de esto, se implementaron medidas que derivaron en una disminución de un 35% en la tasa de accidentes asociados con el alcohol.

Los accidentes, causan una pérdida del 1.2% del Producto Interno Bruto (PIB), ya que generan pérdidas, no sólo por los daños en los vehículos, áreas públicas y patrimonio privado, sino también por las incapacidades laborales, la atención médica y los decesos.

”Doscientos son los que detenemos cada semana, imagínense los que no detenemos, el problema es grave y tenemos que seguir avanzando” finalizó.