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Chihuahua, Chihuahua



Lunes 4 de febrero de 2008

Diversidad democrática

En Chihuahua tenemos dos grandes mayorías políticas y algunas minorías con pírrica representación


La construcción de un sistema democrático va más allá de los avances en el sistema electoral y la regulación de los partidos, tiene que ver con la relación directa que hay entre los ideales políticos y las necesidades ciudadanas, y los proyectos que surjan como consecuencia de ello.

En nuestro país hay representantes de todas las posturas ideológicas, con mayor o menor relevancia en la toma de decisiones, todos han ido forjando a través largas luchas políticas sus espacios de acción, y han logrado con ello, tener un lugar en las preferencias políticas de los ciudadanos.

Sin embargo, las posturas de las fuerzas políticas existentes se han separado abismalmente de la realidad básica, de lo cotidiano que construye la dinámica de un país. Tenemos representantes elegidos por un sistema democrático –electoral pero ello no implica que verdaderamente representen nuestras necesidades e intereses.

Nuestro país es cada día más complejo, la relevancia que tienen para la vida pública grupos sociales que antes se consideraban prácticamente fuera de las consideraciones políticas, como las propias mujeres hace poco más de cinco décadas sin derecho al voto, los jóvenes y niños, los ancianos, los indígenas y los migrantes irrumpen en el espacio público con necesidades apremiantes.

Pero las fuerzas políticas parecen no haber podido avanzar al ritmo de la sociedad. En Chihuahua tenemos dos grandes mayorías políticas y algunas minorías con pírrica representación. PRI y PAN tiene muy definidos sus núcleos de acción, sus tradiciones y apegos ideológicos, el primero más al centro, el segundo en la derecha.

La izquierda en nuestro estado está formalmente representada, pero no de manera suficiente. La sana democracia requiere un equilibrio en las representaciones, que permitan la protección de la diversidad a través de la visibilidad de todos los grupos, de tal manera que la relevancia de éstos corresponda a la realidad social.

La ineficacia política de la izquierda no ha hecho viable esa diversidad democrática, los grupos que la representan no han establecido esa correspondencia real entre las necesidades sociales y las propuestas y, por lo tanto, han dejado fuera de las decisiones políticas a todos aquellos que se encuentran en su ámbito de acción.

La disposición a la izquierda en nuestro estado es real, hace año y medio 15% de nuestro electorado votó por un candidato de izquierda; el año pasado, de manera local, la votación se desplomó por casi 10 puntos porcentuales. La izquierda local institucionalizada no supo mantener esa tendencia favorable. Sin embargo, la posibilidad existe.

Es necesario engrandecer a la izquierda, la diversidad democrática no se puede dar en un estado de desigualdad entre la representación y las necesidades ciudadanas, existen en Chihuahua muchos ciudadanos esperando una izquierda real, propositiva y dinámica, se les debe una respuesta.

La calidad de la democracia no nace de manera espontánea, tiene que construirse en la cotidianidad, irse forjando al interior de los partidos para que pueda reflejarse al exterior en los gobiernos, pues no se trata sólo de practicar las reglas electorales y gratificarse en los triunfos, sino de contribuir al pensamiento democrático, a la cultura de la imparcialidad y la transparencia.

La semana pasada he tomado la decisión de renunciar al instituto político al que pertenecí los últimos trece años. Más allá de una decisión personal por hechos diversos, es una postura frente a la forma de hacer política, una protesta contra los esquemas por los que se sujetan las decisiones de este partido, y la firme convicción de no validar acciones que atentan contra los ideales de la democracia.

Sin embargo, esta decisión no anula nuestro pensamiento de izquierda y nuestra vocación democrática; por el contrario, las fortalece al demostrarnos que es necesario abrir opciones, trabajar por dar a los chihuahuenses una verdadera representación de la diversidad que engrandece nuestro estado.

La izquierda es necesaria a la democracia, es impensable un sistema que la anule, aunque éste provenga de su propio centro, pues en las necesidades ciudadanas no desaparece, existe con claridad la pobreza, la desigualdad, los grupos marginales, los rezagos educativos, en suma, todas aquellas problemáticas y rezagos que requieren una política con rostro humano.

Soy Edna Lorena Fuerte de Cd. Juárez, Chihuahua y mi correo es ednafuerte@gmail.com para sus comentarios. Gracias.