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Martes 1ro de mayo de 2012

El Valiente

El país en general y Chihuahua en general viven tiempos ominosos.


El país en general y Chihuahua en general viven tiempos ominosos.

El país en general y Chihuahua en general viven tiempos ominosos. Conforme se acerca el 1 de julio parece irreversible el regreso del PRI a Los Pinos y con esto los tiempos del autoritarismo y la corrupción.

Los doce años de gobierno panista no fueron suficientes para transitar definitivamente hacia la consolidación democrática, y en gran parte esto ocurrió porque tanto en los gobiernos de Fox como de Calderón quedaron intactos los monstruos corporativos, no hablo solamente del SNTE, también de los monopolios mediáticos televisivos. Por otra parte, y paradójicamente, el fin del viejo presidencialismo auspició en buena medida la consolidación de verdaderos virreinatos estatales en los gobernadores priistas.

Lamentablemente por el espectro de la izquierda el PRD no se supieron consolidar dos crestas de crecimiento político como las de 1988 con Cuauhtémoc Cárdenas y en el 2006 con Andrés Manuel López Obrador. Pudieron más las pugnas internas y el sectarismo. El electorado no perdona aún la intransigencia del “presidente legítimo” y no es suficiente el proselitismo “amoroso” para revertir una tendencia hacia el tercer lugar.

EN el caso del PAN son cada vez más evidentes los errores en la campaña de Josefina Vàzquez Mota. Posicionada originalmente por no haber sido la candidata de Calderón, en cambio pareciera que ahora es precisamente el gobierno federal el que se deslinda y ya sea por conveniencia o resignación parece màs bien encaminado a tender puentes hacia la investidura de Peña Nieto. Lo más lamentable es que la candidata no ha presentado una propuesta o un discurso convincente, creo que a ni a ella misma.

Todo poder corrompe y el poder absoluto más, diría el adagio popular. Y en el caso de Acción Nacional esto se hizo más evidente en las candidaturas internas para senadores y diputados. Curiosamente las llamadas de atención para que dejara de actuar como partido de oposición y se supiera comportar como partido en el poder terminaron en un vergonzante espectáculo de rebatingas locales que deberían estar removiendo en su tumba al propio Manuel Gómez Morín.

A ello hay que aunar una imagen con saldos negativos en la estrategia del presidente Calderón por su guerra contra el narco, aún con lo decidida y valiente que pudiera ser, al margen del amplio debate sobre especialistas en la materia, el hecho es que en el imaginario colectivo prevalece más la idea de que debe establecerse una estrategia para que la población civil tenga la certeza de mayor seguridad y tranquilidad en su vida.

Veamos Chihuahua. Tenemos que después del sexenio de Francisco Barrio el estado entró en un estado de involución total y hoy la entidad parece soterrada, o en el miedo de los pobladores por el clima de inseguridad o por la mediocridad de su clase política, de sus gobernantes.

Javier Corral Jurado es la única carta para tener por lo menos garantizado que en el Senado de la República exista una figura pública vigente en el medio político e intelectual del país, con el potencial suficiente para generar los cambios de fondo que hoy siguen postergados o de revertir la involución que se padece.

Su arribo a la legislatura tiene múltiples implicaciones, pues no se trata solo de otro Senador que vaya a dormir el sueño de los justos a la Cámara, sino un tribuno experimentado, vehemente, intransigente incluso con su propio partido y crítico con los Presidentes de la República –Fox y Calderón- pero además con amplio reconocimiento y puentes que ha venido construyendo con intelectuales y opositores de otros partidos, tanto del PRI, pero sobre todo de la izquierda. Y si me apuran un poco diría que esto abriría la posibilidad de recuperar la Presidencia para un gran coalición democrática en el 2018.

Javier Corral, el más izquierdista de los panistas –dijo Guadalupe Acosta Naranjo- representará la única voz chihuahuense en un concierto mayoritariamente doblegado ante el peñanietismo-salinismo, pero también la posibilidad de que las fuerzas progresistas del país reasuman el intento de una verdadera Reforma del Estado que ponga otra vez a México en el camino hacia la consolidación de su democracia, traicionada en mucho por sus propios compañeros de partido como se vio en Chihuahua, pero con un pueblo aún esperanzado y ansioso de un líder comprometido y auténtico.

Hoy saco del cajón, entre mis recuerdos, nostalgias y escritos, la entrañable lotería. Aquí están el loro que repite sin comprender lo que habla, el diablo que engatusa, el ladrón que hurta a los de su propia familia, el payaso que nunca falta…y finalmente aquí está, y esta es mi apuesta, -y seguro estoy que la de muchos ustedes, queridos amigos y paisanos-: mi carta de El Valiente.