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Miércoles 7 de noviembre de 2007

El péndulo de la hegemonía

El PAN tiene tantos detractores que sería verdaderamente ingenuo sumarse a esa ola de ofuscación, de incomprensión


El PAN tiene tantos detractores que sería verdaderamente ingenuo sumarse a esa ola de ofuscación, de incomprensión, envidia, deliberado perredismo tras bambalinas que emerge entre los humos trasnochados de pseudoperiodistas de izquierda, alertas como centinelas a ver como hacen daño.

También lo atacan no solo los extraños sino hasta propios, quienes deberían guardar lealtad a una institución que ha sido y sigue siendo la mas eficaz para proveerle a México las ideas y la praxis, junto a la participación ciudadana, que han acabado con un viejo régimen que detenía a nuestra sociedad para asomarse al mundo, cual si fuera un monigote al que le pisan el cuello.

No nos montemos pues en la inercia y tengamos consideración al partido que en estos momentos respetan mas los mexicanos y por quien votarían mas ciudadanos en este momento. Con esa quitada de sombrero hay que iniciar cualquier crítica porque lo que ha ocurrido en nuestro país los últimos años es el fruto de la lucha política de hace muchas décadas y el PAN fue el instrumento por donde se canalizó toda esa fuerza ciudadana.

Vicente Fox y Felipe Calderón son dos grandes líderes y actores primordiales en esta transformación, aunque siempre haya agentes de la mentira y de la ficción dispuestos a vender con mucha inteligencia otras supuestas verdades. Pero este preámbulo no es para callar a nadie, al contrario, es para situar la crítica entre la inteligencia y la gratitud. Y desde este epicentro yo inicio estos razonamientos.

Desde hace ya tiempo el PAN ha entrado en una serie de desajustes, que de ninguna manera es una grave crisis, que amenaza con no detenerse. Figuras respetadas en el ámbito nacional y en la localidad reconocen esa problemática, pero de ninguna manera se percatan, y aquí lo hilarante o doloroso de la situación, de que ellos muchas veces son propiciadores de ese desenfoque panista de las ideas valiosas para la transición política que vienen de la doctrina, de su tradición ética, de su costumbrismo, de la advertencia de sus fundadores en ilustres discursos.

Muchos de estos actores, aunque tengan estudios universitarios de maestrías y hasta doctorados en carreras técnicas, son líderes que no leen, prácticos y desprovistos de herramientas humanísticas, que llevan al panismo al electorerismo, a la búsqueda de metas de corto plazo, al poder por el poder mismo, a la aniquilación del grupo interno contrario, al chambismo entre cercanos, etc. Se les ve bien cambiados, boleaditos, con su compu y sus estadísticas y planeaciones estratégicas, pero con la formación humanista al nivel de cualquier extraño y palurdo ciudadano.

O sea, reconocen estos genios de la operación política superflua que el PAN se está convirtiendo en una especie de pri, pero justifican sus acciones, cuando en realidad son disuasivas de lo fundamental, e incluso llegan a decir que lo que ellos están haciendo es lo que necesita la institución para salir adelante, ¡ Válgame Dios!

Bueno, tan cómico es el asunto, que un respetado Senador, que antes había sido priísta y ahora es un tribuno genial, llegó a decir a propósito de lo que ocurre en el PAN: ESTOY VOLVIENDO A MI VIEJO PARTIDO.

Pero entremos en materia viendo lo que ocurre a nivel nacional con el proceso para elegir nuevo Presidente del CEN del PAN y luego echemos un vistazo a la realidad de las localidades. Y encontremos algún común denominador.

Los que vivimos en la provincia, los panistas y ciudadanos que queremos y aceptamos bien a nuestro Presidente de la República Felipe Calderón, sabemos que mediaticamente se ha venido exponiendo que existe un conflicto entre Manuel Espino, Dirigente Nacional del PAN y Felipe Calderón, Presidente de la República, problema que viene desde que Carlos Medina perdió la dirigencia nacional.

Si Felipe Calderón no fuera Presidente de México no me parecería anormal que como actor político estuviera molesto con Espino, como tampoco sería ilógico que un grupo actuará para recuperar el espacio político perdido, lo que verdaderamente es un punto crítico es que en estos momentos haya un candidato a suceder a Manuel Espino, Germán Martínez, con un apoyo verdaderamente abrumador, de jefes estatales y políticos importantes, que han inhibido a los mas valientes aliados del actual jefe nacional.

¿Eso será realmente lo que ocurre? Cuando menos esa es la idea que se percibe desde provincia.

Se percibe que este movimiento para recuperar la dirigencia nacional del PAN es una candidatura de la Presidencia de la República, dígase lo que se diga, y volvemos de alguna manera a replicar al priísmo de otrora, al viejo presidencialismo, al poder del Presidente a quien le valía un sorbete lo que opinaran los militantes priístas, quienes tenían que ser abyectos, porque moverse era no salir en la foto, como decía el viejo Fidel Velázquez.

Error del Presidente Calderón. me parece, y lo digo con el respeto y la admiración que le tengo, meterse en este proceso, error no controlar ese apetito de su naturaleza impulsiva, que todo mundo conoce. Manuel Espino no es una perita en dulce pero no ha sido desleal a la esencia de la lucha panista y objetivamente tampoco es un actor que haya dado problemas a la Presidencia de la República en las reformas fiscal, electoral o la de justicia, que está por venir. Al contrario ha sido un punto de apoyo. Lo que ocurre es que parece que el poder presidencial, eso se percibe también, ha decidido echar en la alforja las viejas pasiones y orgullos dolidos de muchos y está actuando como ariete en una lucha ---ya lo venció la tentación--- por recuperar el poder en el PAN.

Me parece que algo mas inteligente hubiera sido concertar una sucesión en el PAN con los grupos y los líderes mas responsables que hubieran quizá propuesto un perfil de dirigente que fuera un cierto factor de unidad, sin tener necesidad de presentar los hechos como una especie de péndulo en la geografía política interna del PAN, que deja una hegemonía, sin que me conste que así haya sido, para conseguir otra hegemonía diferente, donde cabe la sospecha fundada de que esta metido el Presidente Calderón. Urge una reunión de los inteligentes e institucionales para convocar al panismo a que no cometa este error de consecuencias inimaginables.

Su posición de hombre fuerte, de hombre de Estado se había conseguido con las reformas y su valiente postura frente al problema del narcotráfico y otras acciones del Gobierno, pero ese afán de ir mas allá en el poder lo harán retroceder. Si tiene todo el poder , ¿Que necesidad darle a la opinión pública internacional, a la nacional, este mango tan dulce?

Objetivamente yo no tengo la información al detalle para defender a Manuel Espino. Lo que si me indigna y me lo grita la intuición es que el procedimiento para elegir jefe nacional del PAN se parezca a una cargada como las que fomentaba el pri para apoyar al ungido y en muchas ocasiones para elegir al propio líder de su partido. El PAN no va por ahí. No es su naturaleza.

Me llama también la atención el énfasis de Germán Martínez, como aspirante a jefe nacional, en la preocupación que ha externado porque este año el PAN ha perdido muchas elecciones en el país. ¿El PAN tendrá ahora sí las respuestas, para ganar elecciones, con el cambio de dirigencia nacional?

En los escenarios locales el poder también obnubila. Por ejemplo, los conflictos internos o grupales, donde siempre hay un ganador y un perdedor, presentan una ficción sobre el poder y la política. Los ganadores dicen: somos la mejor opción para los panistas, somos los exitosos, somos los del poder, el PAN avanza. Y en esa visión del cielo terrenal se prohija el próximo proyecto, porque si somos la élite, porque no seguir adelante. Y mientras tanto los perdedores catalizan con su dolor y su envidia el regreso a sus huestes. Y en esa lógica se genera la autodestrucción. He sido testigo, no aquí en Chihuahua, sino en otra parte, donde un militante panista dijo después de ganar una alcaldía: No me importa si los funcionarios panistas anteriores son muy calificados, se van para afuera porque tienen que estar nuestras gentes.

Y en ese ejercicio del poder y la política grupal práctica, nace el chambismo porque hay que proteger a los que dieron la batalla, o para verse plurales, hay que invitar a otros que sean lejanos al grupo perdedor. Y junto con el chambismo viene el populismo porque para mantener al clientelismo no es popular ejercer una política de desarrollo social de fondo sino regalar despensas, ofrecer comidas, regalar cosas, dar apapacho interesado.

Para fortalecer a la familia resulta muy cerebral idear estrategias y acciones y es mas fácil un buen día de las madres con regalitos y todo, traer a un buen grupo musical, etc. Y tampoco resulta útil involucrar a organismos de la sociedad civil o a los cuerpos intermedios porque romperían los procesos fáciles que se pueden idear con personas que tienen los mismos intereses cortoplacistas. Y por ahí sigue el deterioro de la política y en vez de generar bienes públicos generamos bienes privados pero convencidos de que estamos dando calidad a la gestión pública y a la política.

Estas realidades grillas de muchas localidades son de la misma "filiación" perversa que el fenómeno de sucesión en el PAN nacional que está ocurriendo. Es decir, son producto del egoísmo y el desenfreno. Y en estos asuntos la próxima dirigencia panista tiene que enfocarse, cualquiera que ésta sea. Primero es arreglar la congruencia de la praxis panista con sus ideas originales y después las estrategias electorales.

No hay virtud en quien piensa la política solo con motivaciones grupales. En todo caso, hay apetitos personales, revestidos de cierta generosidad, buena intención, cierta visión, camaradería y hasta simpatía popular puede haber, porque la gente nunca protestará si le dan espectáculos o le regalan cosas, o la involucran en programas que parecen de fondo pero son populistas. Pero lo cierto es que los verdaderos políticos ponen el énfasis en otras ideas y en acciones de largo plazo que dan calidad a las instituciones, a la política, a la comunidad, a la familia, a la cultura, que no solo al entretenimiento, etc etc.

Creo yo pues que en el PAN debe trabajarse en la política, que siempre será el camino estrecho y la grilla es un camino ancho donde caben muchos gorrones como el populismo, el corto placismo, el electorerismo, el grupismo, el egoísmo, el protagonismo, el maniqueísmo, el chambismo, el amiguismo...

Estos son defectos que el PRI fue adquiriendo a lo largo del tiempo y a medida que se divorciaba de la sociedad civil. El PAN está iniciando y ya consolidando frutos de un buen gobierno. Evitemos pues errores graves como los mencionados. No a la lógica del péndulo hegemónico sí a la constante lucha por trabajar con las mejores ideas, que es una forma diferente incluso de enriquecer la reforma del Estado, ¿No le parece apreciable lector?

Si hemos de pensar pues en crítica política, no olvidemos movernos en el péndulo de la inteligencia y la gratitud.