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Lunes 19 de noviembre de 2007

El teatro de operaciones

No es posible sacar de su espacio de operación al crimen organizado, sin que esté de por medio una lucha frontal


Dice un refrán bien conocido que no deben hacerse cosas buenas que parezcan malas, diríamos entonces que tampoco hay que hacer cosas buenas, mal, esto significa que una buena idea mal aplicada, es decir, que no cuenta con la operación efectiva y los consensos necesarios puede tornarse incluso negativa.

El "Plan México", o "Iniciativa Mérida" se plantea como un proyecto de cooperación entre México y Estados Unidos en el combate al narcotráfico. Desde su surgimiento, este proyecto ha despertado la incredulidad y zozobra de propios y extraños, pues no queda el papel de cada Nación en este acuerdo, ni las formas de acción de un proyecto de esta naturaleza. El problema del narcotráfico ha sido, desde el inicio de este gobierno federal, el eje central de su estrategia de seguridad nacional.

Anunciado como una lucha difícil, de altos costos para la Nación, el plan de Felipe Calderón se basa en atacar, estado por estado, las células del narcotráfico enquistadas en la dinámica social de cada zona, y en los mismos sistemas de gobierno. En reunión en la capital yucateca, Felipe Calderón compartió con su homólogo estadounidense esta visión del combate al narcotráfico y nació así la posibilidad de hacer un trabajo conjunto, en donde ambas naciones pondrían esfuerzo humanos y materiales para abatir la presencia del negocio ilícito de las drogas en sus respectivos territorios.

Hasta aquí el proyecto parece un avance de civilidad y visión democrática de coadyuvancia regional; pero falta mucha claridad para que podamos pensar eso. Por ejemplo, no se han detallado los alcances del proyecto, sus formas de acción, sus implicaciones para la soberanía y, sobre todo, no ha quedado claro cuál será el teatro de operaciones de esta batalla, pero tememos deducir que será nuestro propio territorio.

Evidentemente no es posible sacar de su espacio de operación al crimen organizado, sin que esté de por medio una lucha frontal entre este y las fuerzas del estado, imposible sacar al cártel de Tijuana de esta ciudad, o al de Juárez de la nuestra; entonces es evidente que los gobiernos de ambos países están concientes de que la batalla se realizará aquí mismo y que seguramente están pensando en el impacto social que esto traerá.

No se puede iniciar una guerra sin cuartel en medio de las ciudades, entre la población civil, sin que se prevea un fuerte impacto en la seguridad pública. Sobre todo si se conoce al enemigo que se enfrenta; pensemos solamente en el comando armado de 50 delincuentes que entraron a la Semefo de Ensenada, Baja California, para rescatar los cuerpos sin vida de dos de sus miembros que habían muerto en un accidente al caerse un helicóptero. La capacidad de ataque del crimen organizado es mucha y están dispuestos a sacarla a la calle en defensa de sus intereses.

El estado, o los estados en este contexto de la "Iniciativa Mérida", parecen estar en el mismo tono de ataque; y en medio del fuego cruzado quedamos los ciudadanos comunes que salimos a la calle a realizar nuestras actividades diarias y no sospechamos hasta qué punto pueden quedar suprimidas nuestras garantías.

En la zona de la frontera esto presenta un peculiar matiz de gravedad, pues las células más visibles de la operación del narco están en esta franja, recordemos que el flujo de la droga va de sur a norte, de productores a consumidores y es Estados Unidos el principal consumidor. Entonces en Tijuana, Ciudad Juárez, Mexicali, Laredo se encuentran centros de operación claramente identificados.

¿Seremos entonces las poblaciones de frontera el primer teatro de operaciones de esta guerra?, y si es así ¿qué garantías ofrece el Estado a los ciudadanos?. En una guerra se suprimen las garantías individuales de facto y por mandato, como una forma de proteger a los civiles, ¿qué pasará en este caso?. En la frontera tenemos muchos motivos para preocuparnos, habría que esperar que nuestros gobiernos locales pongan el dedo sobre el renglón y no se olviden del pacto federalista a la hora de encarar los proyectos del Gobierno Federal que puedan poner en riesgo la zona.

Retratos del Sureste : Campeche, Tabasco, Chiapas….¡Tan lejos pero tan cerca de la frontera norte de México! No cabe duda que el mosaico cultural que es nuestro país se unifica ante los desastres naturales, las negligencias ocultas y la falta de oportunidad en la respuesta.

En los últimos días hemos visto y escuchado llamados de Felipe Calderón en torno a la solidaridad y el auxilio al pueblo de Tabasco y Chiapas que al bajar las aguas denotan la magnitud de la tragedia., sin embargo, lo que esta ocurriendo en las costas de Campeche donde la contaminación esta cada vez peor debido al digamos incidente en la plataforma de PEMEX, se ha dejado de lado y solo sirve de relleno a las notas de los responsables tanto de la Paraestatal como de la Secretaria que es cabeza de sector.

Lucrar con el dolor de una comunidad es para algunos y desgraciadamente no pocos, la razón de su presencia en la zona., no es solamente la distribución selectiva de los apoyos lo que debe estar a discusión sino las tertulias políticas que se han dado en torno al tema dejando de lado el fondo real del problema, dejando a los tabasqueños a merced del mejor publicista y en el caso de Campeche minimizando un evento de magnitudes económicas y ecológicas sin precedentes, y por supuesto, las responsabilidades del mismo.

El sureste demuestra hoy, un mucho y desgraciadamente, lo que a la clase política con intereses meramente nacionales ve en el país, esto es, el posicionamiento mediático para lo que sigue… por encima de la obligación institucional y mas que nada humana. Se olvidan, sin embargo, que la memoria colectiva cada vez esta más afinada.