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Viernes 8 de octubre de 2010

Expectativas

El antídoto natural contra la frustración es la esperanza


El antídoto natural contra la frustración es la esperanza

Los tiempos se cumplen inexorablemente y ahora estamos “parados sobre la muralla que divide lo que fue de lo que será” - como lo expresa una rola ochentera - , desde este punto de inflexión podemos contemplar nuestro cercano pasado y al contrastarlo con un presente amargo y difícil de asimilar, sin embargo nos es más aceptable, porque como la medicina con la que nos purgaban de chavitos, viene endulzado con el prometedor sabor de la esperanza.

Hemos demostrado ser fuertes, pues resistimos seis años de pésima administración de alguien que solo deja buenos (convenientes al menos) recuerdos entre aquellos a los que privilegió con jugosos negocios, esos - El sr. ex-gobernador - puede estar seguro que le durarán agradecidos cuando menos el tiempo que tarden en conseguir los favores de otros que estén mejor posicionados de lo que el queda hoy, porque de sobra sabido es que esos manejan sus lealtades en equitativa proporción al monto de las concesiones que reciben .

Da pena ajena el desperdicio de oportunidad que hizo alguien que tuvo la ocasión de convertirse en un ser humano ejemplar, amado y admirado por toda su generación, más que por falta de empatía con la necesidad de sus gobernados, con una visión absolutamente miope acerca de las verdaderas necesidades de su pueblo y con un desempeño tan torpe como el mostrado, sólo haya visto la oportunidad de negocio y se haya conformado con el mezquino premio de la riqueza personal y la momentánea aceptación de un grupo convenenciero para quienes hoy deja de estar vigente.

Alguno de ellos, más por defender su postura personal que por convicción de los supuestos méritos del otro, todavía defendía y alegaba que el ex mandatario siempre hizo gala de buena educación en su trato, lástima que el pueblo no lo nombró para la función de edecán y para que fuera amable inclusive con los delincuentes, sino para ser un enérgico defensor de la ley, cosa que a ojos vistas no hizo, de cualquier forma las buenas maneras se presuponen en cualquier persona con cargo público y hasta los defraudadores las exhiben, pues no se ha conocido a ningún estafador que no enrede a sus víctimas con zalamerías
.
Pero dejemos al juicio de la historia a esos que ahora afortunadamente pasan al fin a ser un mal recuerdo y presupongamos que los que vienen a reemplazarlos, además de las buenas formas, hagan gala de carácter e inteligencia para el adecuado manejo de la delicada situación que les heredan los salientes.

Les insistimos en que tienen frente a sí, la irrepetible oportunidad de convertirse por mérito propio en la figura de liderazgo auténtico, honesto y capaz que reclama esta porción de la nación que sólo espera la señal adecuada para transformar la adversidad en oportunidad y la oportunidad en logro.

La extensión misma del territorio de nuestra entidad nos reta a llenarlo de progreso y a ser el más grande de nuestra patria no sólo por kilómetros cuadrados sino por la forma que encontremos para que cada uno de los que aquí habitamos realice su vocación de chihuahuense. El enorme potencial de esta indomable raza pugna por romper el cascarón donde hemos venido incubando nuestra verdadera grandeza y por ello clamamos nuestras expectativas pues esperamos ver satisfecha nuestra inaplazable ansia de ser conducidos por un buen gobierno que sepa ir más allá del limitado escenario de una visión partidista o de la visión más limitada aún de un grupo de poder que sólo promueva sus intereses.

Esperamos que sean poseedores de un proyecto totalmente novedoso para encarar la necesidad galopante que nos agobia pues ya hemos tenido suficientes intentos fallidos de “Combate a la Pobreza” con todas las connotaciones paternalistas y sub – desarrollantes que ello implica, ¿por qué no ensayar ahora el “Fomento a la Riqueza”? como un enfoque totalmente original para reactivar la esperanza de una ciudadanía ávida de la concretización de todos los ideales revolucionarios que hasta hoy han sido sólo el demagógico y ya agotado slogan de campaña de todos los candidatos de todos los partidos.

Habremos llegado al punto toral de nuestra reflexión si tanto ellos como nosotros entendemos eso; que las promesas son materia justificada en campaña, pero una vez investidos de la autoridad que les otorga la ciudadanía y convertidos en funcionarios, no dejen que los árboles les impidan ver el bosque, pues el reto más grande que deben enfrentar no lo es la inseguridad que prevalece en nuestro estado por que ésta a pesar de su desmesurado avance es sólo síntoma de la grave descomposición social que padecemos como producto de la desesperanza.

El auténtico desafío que enfrentan, la verdadera enfermedad que nos agobia es la pobreza ideológica que luego vemos expresada como pobreza material, entiendan de una buena vez que SOMOS POBRES DE ALCANCES PORQUE POBRES DE LO MISMO HAN SIDO QUIENES HASTA HOY NOS HAN CONDUCIDO, ¡nos urgen ejemplos de verdadera inteligencia pues ya hemos visto a donde conduce la “poquitera” astucia con la que se manejaron quienes debieron ser nuestros dirigentes y nos dejaron abandonados a nuestra ignorancia y a la violencia de nuestra desesperanza.

El antídoto natural contra la frustración es la esperanza y ningún discurso obrará lo que no pregonen los hechos, sabemos que pueden, sería injustificable que no lo hicieran, como injustificable lo ha sido para los que los antecedieron, sabemos que en el camino se presentarán innumerables tentaciones para desviar el propósito que les haya dictado su buena crianza. El resultado se hará innegable dentro de tres años en un caso y de seis en el otro, pero en el transcurso irá siendo evidente el rumbo que vayamos tomando conducidos por ellos.
Por eso hacemos votos y lo reforzamos con nuestras más fervientes oraciones para que ¡al fin! nos den la grata sorpresa de ver ese buen gobierno que por tanto tiempo hemos esperado.