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Martes 8 de marzo de 2016

Explican detalladamente aspectos de remodelación de Catedral

Con el visto bueno de los implicados en este proceso, el arzobispo de Chihuahua, D. Constancio Miranda Weckman, confirmó la propuesta.


Con el visto bueno de los implicados en este proceso, el arzobispo de Chihuahua, D. Constancio Miranda Weckman, confirmó la propuesta.

I. En el periodo 2008-2009, con ocasión de la preparación y celebración del 50 Aniversario de la Arquidiócesis de Chihuahua, el Consejo Presbiteral planteó al Sr. Obispo D. José Fernádez Arteaga la posibilidad de la rehabilitación del presbiterio de la Catedral de Chihuahua, de acuerdo con las orientaciones del Concilio Vaticano II, así como remozamiento de exteriores.

Hasta los años indicados, las únicas adecuaciones que se habían hecho, en cuanto al altar, al ambón y la sede, eran de carácter transitorio, como se puede comprobar con los distintos mobiliarios de madera que la Catedral ostentó después de 1965, año en que finalizó el Concilio Vaticano II.

Desde el año 2009 comenzamos con los trabajos de exteriores, coordinados por el Arquitecto Gastón Fourzan Fierro, persona ampliamente capacitada y reconocida por sus trabajos en el área del patrimonio monumental, trabajos que fueron siempre supervisados por el Instituto Nacional de Antropología e Historia.

Respecto a la rehabilitación del presbiterio de la Catedral, se volvió a contactar a Fray Gabriel Chávez de la Mora O. S. B, a quien en tiempos del P. José Luis de Haro Treviño (1987-1994), en ese entonces párroco de la Parroquia del Sagrario Catedral Metropolitana, se le había propuesto intervenir en esta obra, y en parte se hizo, pero no completamente.

El arquitecto Fray Gabriel Chávez de la Mora, O. S. B. es reconocido mundialmente por su trayectoria en el área de la arquitectura litúrgica, siendo uno de los personajes que se adelantaron a las orientaciones del Concilio Vaticano II en esta materia. Una de sus obras más reconocidas es la Catedral de Cuernavaca.

En el año 2012 el arquitecto Gastón Fourzan y un servidor, realizamos un Tallercurso-retiro, en el Centro de Espiritualidad de los Carmelitas Descalzos en Valle de Bravo: Maranathá. Dicho taller fue coordinado por Fray Gabriel y el jesuita historiador del arte y de la Iglesia, Dr. Heinrich Pfeiffer, excatedrático de la Pontificia Univeridad Gregoriana en Roma, y en un tiempo, titular de la Licenciatura de Bienes Eclesiásticos en dicha universidad. El objetivo de ese encuentro fue trabajar en la rehabilitación del presbiterio de la Catedral de Chihuahua.

Los trabajos realizados en dicha experiencia dieron como resultado diferentes propuestas del emplazamiento litúrgico, mismas que, en sesión ordinaria del Consejo Presbiteral, se presentaron para determinar cuál alternativa ejecutar en la Catedral.

En el Consejo participó de manera extraordinaria el Pbro. Juan Martín Morales Juárez, licenciado en liturgia, por el Pontificio Instituto Litúrgico de San Anselmo, en Roma, universidad especializada en estudios de este tipo.

2 Dadas las condiciones, se planteó quién podía intervenir, como artista contemporáneo, en la elaboración del altar y otras piezas. Se tomaron diversos pareceres, entre ellos el de la Doctora Clara Bargellini Cioni, máxima especialista en la Catedral de Chihuahua, quien realiza su trabajo en el Instituto de Investigaciones Estéticas de la Universidad Autónoma de México, y quien fuera una de las personas involucradas en la renovación de la Catedral de Zacatecas (la cual podríamos llamarla hermana de la Catedral de Chihuahua).

Nos planteamos entonces la posibilidad de invitar al escultor Javier Marín y a los arquitectos Claudio y Chrisitan Gantous, quienes fueron los ganadores del concurso hecho en Zacatecas. Un concurso sirve precisamente para demostrar las habilidades en alguna materia o campo de trabajo. Con el visto bueno de los implicados en este proceso, el arzobispo de Chihuahua, D. Constancio Miranda Weckman, confirmó la propuesta.

Desde ese momento, se han elaborado diversas propuestas para el diseño de las piezas, mismas que han pedido una serie de trabajos técnicos de alta especialidad, para la rehabilitación de la Catedral de Chihuahua, coordinados por el arquitecto Fourzan, en estrecha colaboración con el Centro INAH-Chihuahua, cuyos lineamientos serán respetados, simplemente por ser la autoridad en la materia. Y cualquier acción que se lleve a cabo será porque cuenta con la anuencia de dicha institución.

II. La polémica levantada a partir de la presentación del proyecto de la Catedral, en septiembre de 2015, por los Arquitectos Gantous, en el Teatro de la Ciudad, se basó en el falso presupuesto de que el proyecto presentado en esa fecha era el definitivo, ya que los trabajos presentados en esa ocasión ya habían sido desechados por la Dimensión Diocesana de Bienes Culturales y Arte Sacro.

Sirva de descargo de los arquitectos, que éstos no habían podido actualizar la propuesta, debido al accidente que sufrió el escultor Javier Marín, que lo sacó de circulación por dos meses y medio. Ante el compromiso que ya se tenía de mostrar un avance a la Sociedad chihuahuense, tanto de la Catedral, como del Museo de Arte Sacro, el evento se llevó a cabo. El Museo de Arte Sacro siguió su rumbo sin problemas, de la mano del arquitecto Alberto Kalach. La proyectación de la rehabilitación del espacio litúrgico de la Catedral siguió su curso en busca de su adecuación y cumplimiento.

III. ¿Qué es la adecuación del espacio litúrgico de la Catedral? Es disponer el espacio litúrgico con las nuevas exigencias que emanan de la vivencia de la teología de los sacramentos y sus ritos. Dicha teología fue ampliamente renovada con la vuelta a las fuentes propiciada por el Conicilio Vaticano II.

"Toda celebración litúrgica, por ser obra de Cristo sacerdote y de su Cuerpo, que es la Iglesia, es acción sagrada por excelencia" (SC 7). La liturgia es algo vivo, que siempre nos pone en contacto con Jesucristo y su salvación, y su 3 celebración y espacios, sí, sufren modificaciones con el pasar del tiempo, pero siempre para propiciar ese encuentro con las Personas Divinas, respetando el elemento inmutable de la Tradición que nos remite a Cristo y a los Apóstoles.

La búsqueda de este contacto hace que los espacios, especialmente los más importantes, deban ser replanteados para que ayuden a una celebración más significativa. Esta adecuación de los espacios sagrados se ha venido llevando a cabo en todas latitudes y a través de décadas, después de la finalización del Concilio Vaticano II.

Sirva este espacio para decir que las catedrales y grandes templos levantados a lo largo de la historia, muchos de ellos se han llevado a cabo a través de generaciones, y han pasado incluso siglos, para completarse. Por esta razón reciben diferentes estilos a lo largo de su vida. Por ejemplo, una iglesia que se construyó en el apogeo del estilo románico, luego tuvo las influencias del gótico, del renacimiento y el barroco, y así sucesivamente, según el espíritu de cada tiempo. No se puede frenar el flujo de los llamados estilos artísticos, a riesgo de estancar el espíritu humano. Cada estilo tiene una sola vida, que pasado el tiempo agota sus posibilidades de expresión en una línea (PLAZAOLA, Arte Sacro Actual, p.15).

Tratar de detenernos en un estilo, y peor aún, querer imitar estilos de otros tiempos, es no comprender la tarea que tiene cada generación de creyentes en la realización y embellecimiento de su fe. Quienes apuestan por un "inmovilismo" no caminan con la Iglesia, peregrina en el mundo.

Para algunas personas, es difícil romper con la psicología de la inercia, y más, "ponerse al día" en el campo del arte, creen que lo nuevo ha de parecerse a "lo viejo" conocido (PLAZAOLA, p. 16). Pedro el Venerable, abad de Cluny, decía: "Lo nuevo irrita a los espíritus habituados a otras costumbres, y difícilmente le agrada a uno lo que no está acostumbrado a ver" (PL 189, 405).

La Iglesia por mucho tiempo fue mecenas de los artistas, liderazgo que perdió en los tiempos modernos. Sin embargo, ella se renueva y rejuvenece constantemente, y por ello vuelve a entablar el diálogo con los artistas, como mediadores incomparables para expresar la fe que ella vive y proclama. La Iglesia cree en la capacidad de los artistas para ser colaboradores en la construcción y embellecimiento de sus obras.

Todavía más, el arte tiene una ministerialidad dentro de la Iglesia, contribuyendo con su función simbólica a trasparecer las realidades místicas que alberga (BOROBIO, La celebración en la Iglesia, p. 224). La Catedral es más que un mero patrimonio estático, es la Iglesia viva, construida, mantenida y renovada por la fe de los creyentes. Toca a su Obispo, ilustrado y aconsejado por peritos, laicos y clérigos, determinar lo que es bueno para la vivencia de la fe y los sacramentos, en su Iglesia.

La Catedral de Chihuahua la defendemos como patrimonio histórico y artístico de la fe en México, pero no sólo eso, también la amamos y enriquecemos como Iglesia viva, comunidad de fe, que peregrina en el tiempo, atenta a los signos de los tiempos.

IV Las propuestas que se proponen se refieren a las adecuaciones que requiere el presbiterio para cumplir con la mayor eficiencia y dignidad posibles, los actos litúrgicos que implica el rito católico romano.

A continuación damos unas definiciones que ayudarán a comprender la razón de las propuestas. 4

Presbiterio: espacio donde se ubica el sacerdote durante la celebración. El altar será el punto focal primario del presbiterio y por tanto de la iglesia-edificio. El presbiterio contiene además el ambón, la sede y debe tener la grada sacramental, que es como un espacio adicional del presbiterio donde se imparten sacramentos como el matrimonio, la ordenación sacerdotal, el bautismo y en actos como funerales o en celebraciones, por ejemplo las quinceañeras. Tiene unos tres peldaños para subir de forma que eso le dé la visibilidad necesaria. Más escalones resultan poco funcionales.

Altar: Lugar para la celebración del sacrificio de la Eucaristía. Dimensiones apropiadas para que sea visible. Es un elemento fijo, sólido y revestido de un carisma suficiente para promover la devoción y el sentimiento de lo sacratísimo. Debe tener en torno espacio suficiente para circular a manera de procesión en su derredor. Su significado como lugar del sacrificio y por tanto presencia de la redención es de un impacto en la emocionalidad de la celebración y de conmover hacia la certidumbre indiscutible de la presencia misma de Cristo. Conviene que en cada iglesia haya un altar fijo, que más clara y permanentemente significa a Jesucristo, la Piedra viva (1 Pe 2,4; Ef 2,20). Un altar se llama fijo cuando es construido sobre el pavimento, de tal manera que no se pueda mover (IGMR 298).

Ambón: Lugar para la proclamación de la Palabra. Debe ser muy visible y de presencia notable, pues es el segundo elemento en importancia después del altar. Es un elemento fijo destinado a la Sagrada Escritura.

Cátedra: Es el sitio en la Catedral, donde tiene su sede o cátedra el Obispo, siendo así la iglesia principal de cada diócesis. La Cátedra episcopal es el lugar desde donde cada obispo preside la comunidad cristiana, enseñando la vida de fe y la doctrina de la Iglesia de la manera magistral que corresponde a su investidura. Es un asiento fijo, de material muy sólido que sea emblemático de la mayor autoridad moral de quien recibe el sacramento del orden sacerdotal en su máximo grado, pues viene a ser el pastor encargado del gobierno de la diócesis, y que en virtud de la colegialidad, comparte con el Papa y con los demás Obispos, la responsabilidad sobre la Iglesia entera.

Sede: Asiento para el Presbítero. Es una silla discreta. Es elemento móvil.

Sagrario: Sagrario es el elemento donde se guarda la sagrada forma y su fuerza atrae los corazones de quienes aman a Jesús. El Santísimo Sacramento deberá conservarse en un sagrario colocado en un sitio de la iglesia que sea muy digno, importante, visible, debidamente ornamentado y apto para la oración. El sagrario sea ordinariamente uno solo, fijo, confeccionado con material sólido, inviolable y no transparente, cerrado, de tal manera que se evite al máximo el peligro de cualquier profanación (IGMR 314). El Sagrario, se muestra envuelto de la presencia Sacramental de Cristo, está señalando que ahí está el Señor, es como un lucero y en conjunto con los otros templos son como constelaciones de luz, visibles sólo a los ángeles y a los creyentes.

5 Dicho lo anterior, se podrá comprender el cuidado y la entrega con que deben trabajarse estas piezas principalísimas, con el concurso de certero de la espiritualidad, de la poética del arte y del cuidado trascendental del signo.

Pbro. Lic. Paulo Eduardo Medina Muñoz, Coordinador

Arquitecto Gastón Fourzan Fierro, Colaborador