19.56°C

Nubes

Chihuahua, Chihuahua



Lunes 8 de febrero de 2010

Infiltran cárteles en clínicas

Los poderosos cárteles de la droga de México han regentado centros de rehabilitación


Los poderosos cárteles de la droga de México han regentado centros de rehabilitación

Los poderosos cárteles de la droga de México han regentado centros de rehabilitación y han transformado algunos de ellos en mataderos, además de obligar a los drogadictos recuperados a traficar o ejercer las funciones de sicarios.

Por lo menos dos de los seis cárteles principales del País han utilizado las clínicas de rehabilitación para beneficio propio, revelaron las autoridades mexicanas en entrevistas exclusivas.

Un grupo abrió incluso sus propios centros, donde lavaban el cerebro a los adictos durante la rehabilitación, dándoles un ultimátum en cuanto se desprendían del hábito: O trabajaban para ellos o los asesinarían.

En esta ciudad, al otro lado de la frontera de la población texana de El Paso, 41 personas han sido asesinadas en matanzas en centros de rehabilitación en el último año y medio, matanzas ocasionadas no sólo por el reclutamiento en esos centros, sino por razones más comunes como no pagar por las drogas o traicionar a un distribuidor.

“Los centros de rehabilitación son una extensión del campo de batalla”, dijo Edgardo Buscaglia, un especialista mexicano en el mundo de la droga. “No son ya refugios”.

El fenómeno resalta el fracaso gubernamental de encarar los males sociales consecuencia del narcotráfico en México, agregó.

En Ciudad Juárez, con 1.3 millones de personas y unos 100 mil drogadictos, muchas de las clínicas carecen de licencia, y son regentadas por antiguos drogadictos en viviendas dilapidadas, lo que facilita la infiltración de los traficantes.

Al menos un cártel
Víctor Valencia, ex secretario de Seguridad Pública del Estado de Chihuahua, que recién dimitió y podría postularse a la Alcaldía de Ciudad Juárez, atribuye los ataques al Cártel de Sinaloa.

Indicó que los miembros del cártel se inscribían en las clínicas sin licencia como pacientes.

A la postre se hacían del control del centro captando o ahuyentando a los empleados, a los que amenazaban con matarlos.

Los miembros del Cártel de Sinaloa buscados por la Policía o por la banda rival de Juárez se refugiaban en las clínicas para esconderse, dijo Valencia.

El cártel utilizó además esos centros para atraer a los adictos, donde les conminaba a trabajar como narcotraficantes o de lo contrario serían asesinados.

Los adictos recuperados, incluso los procedentes de clínicas que gozaban de licencia, con frecuencia venden golosinas, cigarrillos y goma de mascar en la calles de Juárez para recaudar dinero para los centros de rehabilitación.

Los cárteles han aprovechado esa oportunidad y usan a los drogadictos para vender narcóticos.