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Jueves 12 de marzo de 2009

La amnesia de los 80 años

A 80 años, prefieren divertirse en el campo de golf a luchar por el disminuido campo mexicano


A 80 años, prefieren divertirse en el campo de golf a luchar por el disminuido campo mexicano

Durante la mayor parte del siglo XX, México definió su futuro, después de una larga Revolución que, al término, logró convertirse en institución garante de la paz social, es decir, terminó con las luchas fraticidas por el poder que propiciaban los mismos triunfadores de la Revolución y que desestabilizaban a un país que aún estaba en el impacto por toda la sangre derramada y el permanente olor a pólvora que dejaba a nuestra nación muy herida y urgida de una reconstrucción. Fue entonces que Plutarco Elías Calles, en su último informe de gobierno en 1928, expresó que “México comenzará a transitar por la etapa de las instituciones”, es decir institucionalizar las causas revolucionarias, pero para ello faltaba organización de todos los partidos regionales y grupos revolucionarios. Así el 4 de marzo de 1929, Calles funda el Partido Nacional Revolucionario en el Teatro de la República de Querétaro, estado que hoy en día, irónicamente es gobernado por un sector duro del Partido Acción Nacional.

El PNR nace ligado a las causas sociales de un México que buscaba refundarse a sí mismo y materializar las causas y promesas de la Revolución Mexicana, que básicamente se resumía en una sola proclama: justicia social. Posteriormente el PNR se transformó en el Partido de la Revolución Mexicana allá por 1938 donde busca adoptar las causas obreras sumadas a las campesinas que sustentaron las acciones principales del PNR. En 1946 el PRM se transforma en lo que hoy lo conocemos: Partido Revolucionario Institucional, sumando la esencia que le dio origen en el nuevo nombre. Esta etapa era resultado de ese “el cambio generacional obligado por el envejecimiento de los militantes formados en la lucha revolucionaria, para abrir el paso al poder a civiles con educación universitaria”. Desde entonces el PRI ha vivido sus etapas ligadas a las causas populares, buscando la justicia social.

Desde 1929 el PRI gobernó México y sentó las bases para tener un país de instituciones, de progreso y con paz social. En el año 2000 el PRI pierde la presidencia por primera vez, una derrota quizás necesaria para el partido tricolor y para el país. Esa derrota le sirvió al priísmo para revalorar y redirigir su rumbo, a su vez le sirvió para cohesionarse más. Sin embargo esa democracia que el PRI comenzó a experimentar a finales de los 90 con sus procesos internos, al celebrar sus 80 años, no le deja buenos dividendos al otrora partido invencible. Esa democracia imperfecta ha dividido más al PRI. “Se ha perdido la disciplina” dicen los experimentados priístas. Afirman también que, “el PRI se ha olvidado de la ideología y ha adoptado el pragmatismo puro”. Aunado al reclamo de que el PRI improvisa cuadros y candidatos, “lo que antes no sucedía” y viene a la memoria un carismático candidato en el 2000, de nombre Vicente Fox, quien fue un excelente candidato, pero por ser un improvisado, gobernó fatal.

El PRI ha perdido terreno porque tiene amnesia. Ha olvidado a las mujeres, porque a pesar de todo lo que han crecido en el PRI, siguen siendo discriminadas; en especial los jóvenes priístas porque cada día se hacen viejos esperando relevar a los viejos que se aferran y se niegan a darle paso a las nuevas generaciones; pero sobre todo, olvidó a los pobres, a los trabajadores, a los maestros y a los campesinos. El PRI se preocupó tanto por penetrar en las clases altas que descuidó a las menos favorecidas y olvidó sus causas históricas con ellos. Prefirió el cómodo escritorio al trabajo de campo, auspiciar a eternos dinosaurios sindicales en vez de oxigenar sus bases; a los viejos que a las nuevas generaciones y sobre todo, contrario a lo que hace 80 años fue premisa fundamental de su nacimiento: prefieren divertirse en el campo de golf a luchar por el disminuido campo mexicano.


ULTIMALETRA

A 80 años de fundado, el PRI tiene que recordar, su esencia original, por que el olvido de su génesis, ha causado luchas que fomentan la división, que hoy en día en la tricentenaria capital del estado, lo mantienen hundido en un escenario electoral nada favorable.

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