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Domingo 27 de julio de 2008

La tierra de las sonrisas

Es muy impresionante ver un país tan lindo y tan abandonado por las autoridades


Es muy impresionante ver un país tan lindo y tan abandonado por las autoridades

Cuando llegué a Cambodia lo primero que leí fue un letrero que decía: “Welcome to the land of smiles”. No hubo nadie que no cumpliera la regla.

Cambodia con una historia trágica del genocidio de los 80´s, aún está en recuperación. Me impactó todo. Es muy impresionante ver un país tan lindo tan abandonado por las autoridades.

Parecerá que mis palabras están perdidas y sin conexión pero empezaré por explicar a que me refiero con esta situación de desamparo y felicidad que parece incongruente dentro de la gente de Cambodia.

Hace menos de 30 años comenzaría un periodo de 6 años terribles para el pueblo de Cambodia: la lucha por la supervivencia. Alrededor del año 1975 en todo Cambodia comenzó un movimiento antimonárquico. Hubo cambios de gobierno y entonces se forma un ejército: el Khmer Rouge.

Resulta que con la idea de implementar el comunismo extremista se inicia esta ola de acciones para volver a las raíces del Cambodia antiguo donde la gente trabajaría su tierra y comería de su trabajo evitando la explotación de los imperialistas.

Según los datos, las medidas iniciales fueron extremas: de entrada toda la gente con estudios superiores o con relación al antiguo gobierno, fue exterminada. Los testimonios dicen que si portabas espejuelos eras blanco de ser exterminado porque se supondría que tendrías algún conocimiento o eras alguien estudiado.

Maestros, doctores, científicos, investigadores, extranjeros o locales fueron perseguidos, aprisionados, interrogados y posteriormente eliminados. El miedo era que esta gente informada se rebelara al régimen y formara una revuelta. Así poco a poco, se fueron eliminando grupos y militares y familias completas.

Un buen día entra el régimen a la capital Phnom Penh y empieza a evacuar casa por casa toda una gran ciudad como esta con la premisa de que los estadounidenses bombardearían la ciudad.

Quien se opuso a evacuar su hogar, fue eliminado en ese momento junto con toda su familia, niños, mujeres, recién nacidos, enfermos en los hospitales. Toda la población camino días y días sin parar hacia donde les tocaba trabajar la tierra.

Muchas personas murieron en este proceso ya que se convirtieron en grupos de esclavos para la producción de arroz en Cambodia que pagaría las armas otorgadas por China para el movimiento comunista.

Ningún Cambodiano pudo disfrutar el fruto de su trabajo y familias enteras murieron de inanición, desnutrición e infecciones, otros, murieron bajo el sadismo de ejercito Khmer.

Tuve la oportunidad de visitar los campos de exterminio y el museo que fungió como prisión para los interrogatorios. Es impresionante la cantidad de personas en esas fotografías, mujeres embarazadas, niños, monjes.

Lo extremo de todo este asunto es que en la parte del exterminio, el KHMER ROUGE no podía darse el lujo de gastar balas en esta “gente inservible”, “traidores” como ellos les llamaban.

La gran parte de la población Cambodiana actual, no sobrepasa los 40 años. Muchos son los sobrevivientes a estos acontecimientos y la vergüenza de recordarlos, lastima aun el corazón de muchos de ellos.

Gente que vive con alrededor de 35 dólares al mes, trabajando en un mercado local, vendiendo libros en las calles o comida, en ningún momento del día te niegan esa sonrisa que te prometen las oficinas de migración.

Una sonrisa, ganas de platicas o de jugar (en el caso de los niños) son solo algunas cosas que impactan de lo duro que ha sido superar esta etapa de su historia y seguir adelante, atraer al turismo y quererlo por lo que representa para su país.

Estando en Cambodia me di cuenta que este conflicto sostenía también el conflicto con los Vietnamitas. Ambos lados de la frontera, llenaron a Cambodia de minas de tierra en cantidades impresionantes.

Esa es la explicación de ver a tantas personas no implicadas sin extremidades o mutiladas por las minas de tierra, muchas de las cuales aún son imposibles de localizar.

Me dio vergüenza cuando tuve tanta información darme cuenta que no tenía ni la más remota idea de estos acontecimientos, de haber escuchado tantas veces de un Cambodia perdido allá por Asia y estar en lo que están aislados del problema.