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Domingo 2 de diciembre de 2007

Los daños del 2007

No es grande aquel que nunca falla, sino el que nunca se da por vencido


Cuando encontré esta frase simplemente ¡me enamoró! ¿Cuantas veces admiramos los éxitos ajenos creyendo que nacieron perfectos? Las cosas que valen la pena cuestan mucho ¡siempre!; “definitivamente no es grande aquel que solo presume triunfos sin haber saboreado los fracasos”.

Sin duda, todos cometemos errores, algunos simples, otros no tanto. A veces el miedo a lo desconocido aunque se profetice maravilloso te impulsa a huir y te lleva a cometer un sin fin de errores. Vencer el miedo cuesta trabajo, pero la lucha debe ser constante; día a día, minuto a minuto.

Aquel que es grande porque ha vencido muchos obstáculos, porque se ha levantado una y otra vez… es el verdadero conquistador de la vida.

Estamos próximos a finalizar este año y empezar uno nuevo, es tiempo de meditar y reflexionar sobre nuestros éxitos y fracasos, es tiempo de pedir perdón por los errores y daños cometidos, ¡son fechas de reconciliación!

Es tiempo de abrazar a los amigos, de planear nuevos proyectos e inventar nuevas formas de reír. Y sin duda, es tiempo también, de nuevas oportunidades, de poner en la balanza lo bueno y lo malo y continuar solo con aquello que vale la pena conservar.

Es tiempo de escribir en la arena, todos los tristes momentos vividos este año, para que algo tan simple como el viento ¡pueda borrarlos!

Es tiempo de rescatar nuestros sueños y hacerlos realidad, porque los sueños nunca desaparecen… siempre que las personas no los abandonan.

Nada es casualidad, todo lo vivido este año ha tenido un ¿Por qué? Y definitivamente un ¿para qué?, ¡hasta los daños causados!, a veces hace falta un pequeño tropezón para aprender a caminar y reforzar nuestros pasos en el camino que muchos creemos “marcado por el destino”.

Muy pronto un año más quedará en el pasado pero ¡los pasados no se borran! -me lo dijo un día un gran amigo- “no se borran o se tiran a la basura como si fuera un papel ya inservible. Creo que el pasado se debe de tener presente, pero sin atormentar. Se le debe de sacar todo lo bueno, se le debe de aprender. Es como los éxitos, masticarlos, saborearlos y después escupirlos para que no nos vayan a marear. Las cosas malas, no podemos hacer como que no ocurrieron. Pero tampoco podemos vivir lamentándonos del por qué hicimos esto o aquello simplemente no ganamos nada con torturarnos”.

Lo bueno y maravilloso que encontramos este año… ¡merece la pena conservarse! Y si hubo daños, estos deben repararse.

Quien te tome de la mano, pero además toque tu corazón, te brindara siempre, una amistad verdadera y un gran amigo, es alguien capaz de tocar tu corazón. ¡Desde el otro lado del mundo!