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Miércoles 16 de junio de 2010

No votar es pecado de omisión: Obispos

"No votar es una falta grave de responsabilidad y constituye un pecado de omisión" Obispos de Chihuahua


"No votar es una falta grave de responsabilidad y constituye un pecado de omisión" Obispos de Chihuahua

No votar es una falta grave de responsabilidad y constituye un pecado de omisión", así lo expresaron los Obispos de la Diócesis de Chihuahua, quienes exhortaron a vivir los valores de la democracia en un ambiente de participación ciudadana, de tranquilidad, tolerancia y reconciliación. Todo ello orientado a la edificación del bien de la sociedad.

Lo anterior luego de que el próximo 4 de Julio se lleve a cabo la jornada cívica de las elecciones para elegir Gobernador del estado, presidentes municipales, síndicos y diputados locales.

Los obispos de Parral, José Andrés Corral Arredondo; de la Tarahumara, Rafael Sandoval Sandoval; de Cuauhtémoc—Madera, Juan Guillermo López Soto; de Casas Grandes, Gerardo de J. Rojas López; de Chihuahua Constancio Miranda Weckman y de Juárez, Renato Ascencio León, manifiestan a través de un escrito que nuestro país optó por la democracia no sólo como forma de gobierno, sino como estilo de vida.

Esto nos compromete a todos a participar en los procesos electorales, emitiendo y defendiendo nuestro voto, tomando parte en las decisiones de interés común y ejerciendo los cargos de gobierno que la ciudadanía nos encomiende.

Sin embargo, el ambiente convulsionado por las múltiples amenazas, que como sociedad enfrentamos, tales como: la inseguridad, la violencia, la crisis económica y el desempleo, entre otras, sumado a la desconfianza y apatía de muchos, hace que el abstencionismo se convierta en otra amenaza seria para nuestro proyecto de vida comunitaria.

Por eso afirmamos que el no votar es una falta grave de responsabilidad y constituye un pecado de omisión que fractura los vínculos solidarios y fortalece las amenazas que nos intimidan como cuerpo social.

La Iglesia Católica, que no se identifica con ningún partido político, ofrece a los ciudadanos católicos los principios y criterios que brotan del Evangelio, para que ellos, con plena libertad, decidan de manera responsable sus opciones políticas.

El instrumento ciudadano para las elecciones es el voto. Un derecho y una obligación que debe ejercerse con responsabilidad. Este voto debe ser personal, secreto, libre, consciente y razonado.

Hemos de tener en cuenta los siguientes criterios fundamentales: El voto no puede inducirse a cambio de dádivas o de ofrecimientos de beneficios posteriores; el voto no se compra ni se vende; el voto tampoco puede ser corporativo; es decir, no puede ser comprometido por los líderes o sindicatos; el voto no se puede obtener por presiones o por amenazas de represalias; el voto no se puede condicionar.

Todas estas prácticas son deshonestas, censurables y constituyen una falta moral grave, pues con ella se manipula a la persona, hiriendo su dignidad, más todavía cuando se especula con su pobreza o su ignorancia.

Votar responsablemente exige conocer y valorar los programas políticos de los partidos, la calidad moral de cada candidato: sus antecedentes, su capacidad profesional, su compromiso con la sociedad, su honestidad y la rectitud de su vida personal y familiar.

Es importante conocer lo que proponen los candidatos respecto a los asuntos fundamentales de la comunidad. También hay que tener en cuenta que la difusión de las encuestas responde muchas veces, a estrategias publicitarias en las que se acentúa la imagen personal del candidato, aún por encima de la verdad, pretendiendo que los ciudadanos emitan su voto inducidos por los porcentajes que se atribuyen a cada candidato.

Es tarea de los partidos políticos, entre otras cosas, proponer un proyecto de estado, dar a los ciudadanos una formación cívico-política para el logro del bien común y en último término, alcanzar el poder y traducir en acciones de gobierno las demandas de la ciudadanía.

Por ello, en un sistema político como el nuestro, los partidos políticos y los ciudadanos son los protagonistas del proceso electoral.

Las campañas políticas, por su parte, tienen como finalidad de dar a conocer los programas de los partidos, su plataforma política (ideas, principios y propuestas) y presentar a sus candidatos a los electores.

Si un partido político o un candidato proponen políticas contrarias a la moral elemental, los católicos no pueden en conciencia darles su voto.

Los medios de comunicación por su influencia en la opinión pública, tienen la responsabilidad de informar veraz y objetivamente sobre las campañas de los partidos. Es inmoral y deshonesto el que los directivos de los medios, los comunicadores y líderes de opinión, manipulen la información para favorecer o privilegiar a un candidato o a un partido.

Por lo cual, los invitamos a realizar su servicio informativo de una manera profesional y apegados a la ética, informando de manera objetiva, honesta, equitativa y veraz, cuidando de no difundir propaganda manipuladora que busque favorecer intereses de grupo a costa de los intereses superiores de toda sociedad.

El éxito de estas elecciones dependerá de la participación responsable de todos, de la conciencia cívica de los ciudadanos, del apego a la ley y del orden que se guarde, evitando toda violencia.

La Iglesia, por su parte, tiene como derecho y deber enunciar los principios éticos básicos que regulan los cimientos y el correcto funcionamiento de la sociedad. Por eso, la participación de nosotros, los sacerdotes, en el proceso electoral se limita a iluminar las conciencias, invitando a la población a vivir los valores de la democracia.

A los dirigentes políticos les recordamos que su actividad política es un servicio indispensable para la vida democrática y para la construcción del bien común, que ha de realizarse honestamente.

A nuestras hermanas y hermanos chihuahuenses que tienen derecho a votar les pedimos que acudan a las urnas a depositar su voto, seguros de estar contribuyendo así al bien de todos. Háganlo con libertad, siguiendo únicamente lo que les dicte su conciencia en la elección de los candidatos que mejor puedan servir con honestidad y eficiencia en la sociedad. Pidamos a Dios Nuestro Padre sabiduría y acierto en la elección de nuestros gobernantes.