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Miércoles 26 de octubre de 2011

Paga bien la DEA a informantes: ex agente

Paga bien la DEA a informantes, pero el riesgo es increíble: ex agente


Paga bien la DEA a informantes, pero el riesgo es increíble: ex agente

A pesar de que el Gobierno de EU negó el martes que participe en acciones directas en contra de la delincuencia organizada en México, un alto ex funcionario de la Agencia Antidrogas norteamericana (DEA), aseguró que sí existen los informantes, y que éstos reciben un alto pago debido al riesgo que representa su trabajo.

“La fuerza más dura que tenemos en México es la del informante que está involucrado con los cárteles”, dijo Phil Jordan, ex director del Centro de Inteligencia de la DEA en El Paso.

“Y los carteles no tienen ninguna idea. El peligro es increíble cuando una persona se pone en esa posición, pero se les paga bien”, agregó.

La polémica surgió luego que The New York Times publicó un artículo —reproducido por este medio— en el que afirma que la DEA había infiltrado a bandas mexicanas de narcotraficantes para lograr la captura de sus líderes.

Casi de inmediato, la embajada de EU en México se abocó a desmentir al periódico neoyorkino, aunque insistió que el gobierno de Washington coopera contra el crimen trasnacional en la región.

“En acuerdo con las leyes mexicanas, el Gobierno de los Estados Unidos no realiza operaciones de procuración de justicia en México. Ese es un trabajo para las autoridades mexicanas”, precisó la representación estadounidense.

En contraste, para Jordan, quien fuera director de la DEA, entre otros cargos, en El Paso, el trabajo del informante es el que genera el mayor peso para la agencia en territorio mexicano.

Sobre lo publicado por The New York Times, afirmó que ese esquema existe desde hace muchos años.

“Desde los días de Pancho Villa eso está pasando en México. Probablemente, por mi experiencia con la DEA, tengo una persona en Dallas que siempre va para México con órdenes de dos agencias federales. No de la DEA. Lo que sí te puedo decir es que la tontería que hacen las agencias es no avisarle a la DEA. Porque la DEA tiene que estar informada”, dijo.

Jordan, quien trabajó al menos 30 años con la Agencia Antidrogas y quien en la actualidad mantiene una relación empresarial con las oficinas de seguridad de EU, explicó que existen dos tipos de informantes: los que fueron arrestados por narcotráfico y los que los que trabajan por el dinero.

“Están los informantes que quieren ayudar para que se les rebajen cargos y otros son los que lo hacen por el puro dinero. Luego los mismos que trabajan para el gobierno también lo hacen por el dinero”, dijo. “Si el informante entrega a Chapo Guzmán, va a recibir millones a cambio”.

El rotativo de Nueva York publicó ayer que conforme EU ha instalado nuevos puestos de avanzada en cuanto a la aplicación de la ley e inteligencia por todo México en años recientes, las redes de informantes de Washington también han crecido, de acuerdo con funcionarios de seguridad de ambos lados de la frontera.

Jordan afirmó que al menos el 80 por ciento de los informantes se compone por detenidos relacionados con delitos contra la salud. El resto se forma por gente que se acerca a las agencias federales y demuestra que puede proporcionar datos de interés gubernamental.

Aseguró que un informante de las agencias antidrogas de EU gana entre el 15 y el 20 por ciento de las cargas de dinero decomisadas.

Este tipo de figura, agregó, percibe ganancias de acuerdo al nivel de información proporcionada a agencias como la DEA, ICE o FBI, pero algunos llegan a ganar cientos de miles de dólares por año.

El semanario mexicano Proceso publicó este año que la declaración de guerra al narcotráfico por parte del presidente Calderón facilitó la entrada de agentes estadounidenses de la DEA y de otras agencias, y por primera vez, de servicios de inteligencia militar.

“En total nueve agencias civiles y militares están desde fines del año pasado concentradas en Reforma 265, a unos pasos de la embajada de Estados Unidos en México (Proceso 1776), cerca también de la PGR”.

La PGR reservó 12 años el dato sobre el número de agentes de la DEA en el país, pero según funcionarios de la Procuraduría el gobierno estadounidense ya tiene en México unos 500 efectivos de diversas agencias, según publicó el 18 de abril pasado el periódico Excélsior.

Para el año 2005 sólo había 60 de ellos. En el primer año de gobierno de Calderón su número llegó a 227, según informó el entonces director de la DEA, Anthony Placido, ante el Congreso estadounidense. Desde entonces no ha habido captura de algún jefe del narcotráfico en México en la que el organismo estadounidense haya estado ausente.

De acuerdo con los cables de WikiLeaks, publicados por el periódico mexicano, La Jornada, la DEA ha admitido que en sólo dos años, entre el 2007 y principios del 2009, unos 120 colaboradores o informantes suyos y del Buró Federal de Investigaciones (FBI) han sido asesinados por las redes del narcotráfico.

Este medio ha publicado durante el 2011 varias historias relacionadas a “Sonia”, seudónimo con el que se identifica uno de los espías del gobierno estadounidense en Ciudad Juárez, quien reveló varios secretos durante las conversaciones.

Para nutrir de información “clasificada” a sus superiores en Washington, afirmó, no sólo ha grabado cientos de llamadas telefónicas en Juárez, sino que también se ha hecho pasar por vendedor ambulante, chofer de camión de urbano, lector de tarot, consejero cristiano o vendedor de joyas.

“Desde hace un año nos liberaron para que diéramos toda la información, pero nadie se interesa. Ahora lo de WikiLeaks fue una bomba”, dijo. “Nosotros le damos la información a nuestros superiores. Ellos hacen intercambio, pero es un lenguaje lacónico (breve, conciso)”, dijo en enero del 2011.

No obstante, varios testimonios de informantes del gobierno estadounidense han coincidido luego de ser arrestados: son por Washington por motivos específicos y con el tiempo terminan abandonados.