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Jueves 4 de diciembre de 2008

Pena de muerte, nueva polémica


Por si algo faltara en Chihuahua, además de la violencia, los levantamientos de ministeriales y la presencia de diputados histéricos calificados como potenciales delincuentes en el Congreso del Estado, ahora se abre una nueva polémica, la pena de muerte.

Desgraciadamente hasta el Secretario de Gobierno, Sergio Granados le entró a los cocolazos sobre el tema de la pena de muerte para los secuestradores.

La polémica fue iniciada por el Gobernador del Coahuila, el priista Humberto Moreira, quien envió la iniciativa al Congreso del Estado, Poder que al final de cuentas la aprobó.

Ahora la discusión nacional ha dividido no solo a representantes de partidos, entre los diferentes organismos, ya que el PAN ha señalado un rotundo no a la propuesta, sino al interior de los mismos debido a que el PRD y el PRI se han dividido en sus posicionamientos internos.

Si bien es cierto que en estos momentos existe el caldo de cultivo para que una propuesta así entre como cuchillo en mantequilla, debido a los altos índices de violencia, en los hechos la propuesta va en contra de la concepción ética y moral de la sociedad mexicana.

Analizando a fondo la propuesta de instaurar la pena de muerte, en caso de hacerse realidad, iría en contra de la propia historia del pueblo mexicano, conformado por una comunidad de creyentes regularmente apostados en contra de la violencia, por lo tanto sería un contrasentido la aprobación, por lo menos eso pienso Yo.

Mientras son peras o manzanas, lo que queda claro es que, si prospera la iniciativa, México daría un giro en su forma de vida, apostando por la teoría anticristiana del "ojo por ojo" y "diente por diente".

Pasando a otro tema al parecer la crisis ministerial se ha agudizado.

Resulta que tras el resultado de la reunión entre los ministeriales de Chihuahua con la Procuradora, Patricia González, en Ciudad Juárez también se realizo un levantamiento, solo que este silencioso.

Al parecer los ministeriales no sintieron el apoyo ni el respaldo de si jefa para corregir los errores, sino todo lo contrario, sintieron la presión y decidieron mejor quedarse callados para no ser despedidos, como sucedió a los de Chihuahua.

Veremos pues que resulta de sus demandas, las cuales son graves si tomamos en cuenta que aseguran no tener ni siquiera armamento para enfrentar a las bandas de delincuentes.