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Martes 18 de septiembre de 2007

Persisten los despidos


Mientras en algunas áreas del Gobierno del Estado, están corriendo gente por cuestiones políticas y falta de apoyo en la pasada elección, las que están levantando ampollas al interior de la administración son Lupita Chacón, la flamante secretaria de Educación y Cultura y la procuradora Patricia González.

Resulta que el trabajo de las mujeres esta resaltando al interior del gabinete estatal, al grado de que ya los secretarios hombres, particularmente el autollamado super secretario, Cristian Rodallegas y el de Ecología Marco Quezada, han levantado antenas ya que el avance femenino lo empiezan a ver peligroso para el proceso que se avecina en el 2010.

Esta consideración la toman ante la buena imagen de ambas funcionarias, quienes se han apoyado en sus equipos de comunicación para responder a tiempo a los cuestionamientos que se les presentan.

Las fuentes al interior de gobierno también señalan que internamente otros que están siendo presionados son Pedro Domínguez y Miguel Ángel Rodríguez.

Aseguran que se encuentran hay interés de dejarlos fuera de la jugada y para lograrlo se quieren colgar de la imagen del secretario de fomento social Carlos Carrera quien ha logrado sobrevivir después de las elecciones internas en las que perdió contra Alejandro Cano.

En fin los despidos están a la orden del día y a nivel de la chiquillada ya van cientos de funcionarios que poco a poco han ido saliendo de la administración, tal y como en su momento lo anunció el propio gobernador, José Reyes Baeza.

En otro tema La que dio una muestra de valentía el pasado lunes fue la senadora Teresa Ortuño, casualmente otra mujer, solo que ella panista.

Resulta que, ante la ola de críticas sobre la reforma electoral, al haber afectado los intereses de los mandones en la radio y televisión, doña Tere decidió organizar una reunión a cientos de panistas para explicar las ventajas de la misma.

La Senadora dejo claro que los cambios no afectan la libertad de expresión, al contrario, obligan al político a bajar al pueblo para poder ganarse el voto sin mantenerse apoyado un desordenado gasto en televisión y radio, como era antes de esta reforma.