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Viernes 18 de septiembre de 2015

Planeación: fundamental para asegurar educación profesional

El costo de una carrera en una universidad privada en México aumentó 19% con respecto al 2014


El costo de una carrera en una universidad privada en México aumentó 19% con respecto al 2014

Durante el reciente regreso a clases, los padres de familia sintieron nuevamente el impacto al bolsillo derivado del costo de las colegiaturas escolares que en algunos casos registraron incrementos hasta de doble dígito. Conforme los hijos crecen y avanzan en su nivel educativo esta situación puede volverse más compleja, y pensar en costear estudios universitarios pareciera una misión imposible. Una estrategia de planeación financiera a largo plazo puede ayudar a mitigar los gastos asociados con la educación de los hijos, sobre todo si ésta se establece aun antes de que el niño entre en edad escolar.

“Ante la incertidumbre que genera el aumento en el costo de la educación, es necesario tomar medidas de planificación de ahorro con tiempo, para no dejar al azar el futuro de los hijos. Para esto, los seguros de vida que ofrecen planes de ahorro permiten construir una base sólida para que los estudios universitarios sean una realidad”, señaló Mónica Contreras, directora de mercadotecnia de Seguros Monterrey New York Life.

En el último año se registró un incremento promedio de hasta 19% en los costos de las matrículas en las universidades privadas, esto según un informe del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO)[1]. Si a esto se le suma el cupo limitado en las instituciones públicas de educación superior, el panorama no parece alentador para las generaciones que recién inician su educación básica.

El estudio de opinión México y los retos del futuro, desarrollado por Seguros Monterrey New York Life, destaca que 54% de la población desearía que sus hijos lleguen a cursar estudios universitarios, sin embargo, esta encuesta también reveló que el primer objetivo para el que ahorran los mexicanos, es para cubrir imprevistos, dejando el tema de la educación en tercer lugar, después del ahorro para el retiro.

En la actualidad, si se desea estudiar en instituciones privadas una de las 10 carreras más solicitadas como Arquitectura, Ciencias de la Computación o Ingeniería Civil, se necesitan aproximadamente 300,000 pesos; y si la opción elegida es Medicina, la inversión se incrementa hasta los 900,000 pesos[2].

Contreras destacó también que, aun cuando existen organismos que ofrecen becas, éstas son limitadas y las posibilidades de obtener una se reducen debido a la demanda tan alta que presentan. “Una herramienta como el seguro educativo permite, como su nombre lo indica, asegurar una cantidad específica a futuro, permitiendo que tu hijo o hija tenga una oportunidad real de estudiar la carrera profesional que elija”, agregó.

“El ahorro debajo del colchón es una alternativa poco recomendable si se quiere reunir el dinero necesario para que los hijos puedan estudiar en el futuro. Si el seguro educativo se adquiere en udis, el dinero que se acumule mantendrá su valor a través del tiempo, por lo que cual sabremos que una vez que llegue el momento de estudiar la universidad, nuestros ahorros respaldarán que esta etapa se desarrolle con éxito”, expresó.
El mejor momento para comenzar a ahorrar, recomendó, es cuando los hijos acaban de nacer; pues de esta manera, se puede tener mayor tiempo para poder cumplir con el objetivo, y las cantidades que se destinen al seguro serán menores. Para ejemplificar de forma más clara la importancia de comenzar temprano este proceso, se enuncian a continuación dos casos de cómo el largo plazo juega a nuestro favor:

“Guadalupe”
 Una persona de 30 años, con un hijo de 1 año.
 Con una suma asegurada de 264,621 pesos (50 mil UDIS) pagaría alrededor de 730 pesos mensuales hasta los 18 años de edad. (8,754 pesos al año)

“Carlos”
 Una persona de 30 años, con un hijo de 10 años.
 Con una suma asegurada de 264,621 pesos (50 mil UDIS) pagaría alrededor de 1,463 pesos mensuales durante 8 años (17,564 pesos al año)

Esta herramienta, añadió Contreras, también funciona como un seguro de vida que en caso de fallecimiento o de sufrir un incidente que impidiera al padre o la madre volver a trabajar, otorgaría una suma económica en ese momento. Una vez cumplidos los 18 años, los hijos recibirían el monto previsto para cubrir su educación en un solo pago o mensualmente, asegurando con esto que se cumpla con el compromiso que se plantearon.

“Los seguros nos brindan tranquilidad y confianza en el futuro, pues son parte fundamental para la construcción de nuestro patrimonio y de nuestra estabilidad financiera, y definen el tipo de futuro económico que queremos facilitar a nuestros hijos.”, concluyó.