Política y narcotráfico de la mano

"El narcotráfico siempre ha estado vinculado con la política, pues sabe que el político es quien toma las decisiones, que hay mucha gente que tiene precio y que al que no compra lo desaparecen", manifestó ayer el ex alcalde de Medellín, Colombia, Sergio Fajardo Valderrama, enfatizando que si Chihuahua entiende la experiencia colombiana se ahorrará muchos golpes vividos en carne propia.

Indicó que la negociación del Gobierno con la delincuencia sólo traerá fracasos o éxitos parciales, pues se trata de una decisión demasiado grande que debe ser tomada únicamente por la sociedad.

En entrevista con El Heraldo de Chihuahua el también profesor de cinco universidades internacionales comentó que los delincuentes buscan cada vez más recursos para impactar socialmente, pero también para comunicarse con los ciudadanos a través de mensajes que siembran el miedo, a través de un terrorismo psicológico.

Al visitar esta capital para exponer su conferencia "Del miedo a la esperanza", el alcalde de Medellín en el periodo 2004-2007 platicó con esta cada editora sobre la importancia de romper con la corrupción, principalmente en la clase política, enfatizando que es ahí donde se toman todas las decisiones de una sociedad.

Ante la pregunta de si es recomendable que la sociedad y los gobiernos negocien con el crimen organizado con el fin de frenar la ola de violencia, Fajardo Valderrama comentó que Colombia tiene varias experiencias de este tipo, donde al final sólo se obtuvieron soluciones temporales.

"Es muy importante que se examine la experiencia de Colombia, donde ha habido fracasos y éxitos parciales. Es una decisión muy difícil el sentarse con quien tiene el poder ilegítimo y decir no fuimos capaz de derrotarlo, vamos a buscarle una salida a esto", manifestó el entrevistado.

Asimismo, agregó que de acuerdo a los análisis en México no hay una unión nacional en el combate contra el narcotráfico, por lo cual cualquier negociación sería un "acabose" finalmente.

Sobre este tema explicó que Colombia tiene algunas experiencias, pues en 1980 se negoció con la guerrilla durante el mandato del presidente Belisario Betancourt y se terminó con un proceso que no funcionó. Después se negoció otra vez y algunos criminales se reincorporaron a la sociedad pero no fue suficiente.

En medio de la avalancha terrorífica del narcotráfico el presidente César Gaviria negoció con la cabeza del narcotráfico y eso terminó en una negociación momentánea que terminó en fracaso.

Asimismo, Álvaro Uribe en el 2003 negoció nuevamente con la cabeza del narcotráfico y paramilitarismo en Colombia, pero algunos con los que negoció fueron extraditados a cárceles de Estados Unidos, rompiendo nuevamente las negociaciones.

"Colombia tiene experiencias de negociar, pero una negociación tiene una responsabilidad muy grande que tiene que ser tomada por una sociedad. El poder tiene un nivel muy grande, pero enfrenta a gente que tiene una fuerza que desborda la capacidad del Estado", comentó Sergio Fajardo.