Por los que no tienen voz

De cara al maltrato ejercido en México contra animales, la iniciativa de Ley General de Bienestar Animal, presentada en 2007 en la Cámara de Diputados está detenida. Mientras tanto, cualquier tipo de maltrato animal se castiga sólo a nivel administrativo. Es sancionado con multas, arrestos de máximo 36 horas, aseguramientos, amonestaciones y clausuras. Únicamente la afectación de hábitat por sustancias tóxicas y el tráfico ilegal de especies protegidas ameritan castigo penal.

Gustavo Larios Velasco, abogado penalista, ha señalado que “La tortura a los animales está íntimamente ligada a la peligrosidad del sujeto, similar a la de asesinar a un humano. Por eso debería ser contemplado a nivel penal”. Para el también ambientalista se trata de un tema que afecta a todos, no sólo desde el ámbito ético: “A nivel criminal está probado que una sociedad es más violenta cuando está habituada a torturar animales y es indiferente al dolor”.

Sin duda este es un problema del que no se ha hablado mucho y por el cual sus protagonistas nunca podrán hacerlo. Se trata de la fauna en general, esa que ha sido olvidada por toda clase de autoridades de los tres niveles de gobierno y por gran parte de la ciudadanía.

En el marco de las Marchas por los Derechos de los Animales que a nivel nacional se están llevando a cabo y que en Chihuahua se realizará este 29 de mayo; pongo en la mesa este tema, y contrario a lo que muchos puedan pensar es de suma importancia dado que siendo Chihuahua uno de los estados con más violencia de la República Mexicana y quizá de Latinoamérica debiera ponerse especial interés en castigar el maltrato hacia los animales puesto que diversos estudios a nivel mundial han convencido a sociólogos, legisladores y a las cortes de países desarrollados como estados Unidos e Inglaterra de que los actos de crueldad hacia los animales merecen atención ya que éstos son un factor que predispone a la violencia social y es la primera alerta de una patología violenta que incluirá víctimas humanas

A últimas fechas, las ejecuciones presuntamente vinculadas con el narco han acaparado la atención de la ciudadanía en general, pero no debemos perder de vista que la violencia se manifiesta de diferentes maneras y en diversos sectores de la sociedad, por lo que la reforma y aplicación de la Ley de Protección a los Animales para el Estado de Chihuahua es un asunto que requiere de atención inmediata.

El decreto de esta Ley en Chihuahua data de la Administración de Francisco Barrio Terrazas y fue publicada en el Periódico Oficial No. 52 del 29 de junio de 1994. Aunque esto fue un gran avance, desde ese tiempo no ha sufrido reforma alguna y ni siquiera es aplicable en los términos de la propia Ley por carecer de reglamento.

Los legisladores federales, los gobernadores y los congresos locales no pueden ni deben minimizar este tema porque de ello podría depender el comportamiento de la delincuencia en un futuro. Esto lo asegura Robert K. Ressler, quien desarrolló algunos de los perfiles de asesinos en serie para el FBI, y quien dice que Un asesino comienza matando y torturando animales. Por otra parte, como ya se mencionó, adicionalmente, el FBI determinó que el maltrato a los animales es una característica común en violadores y asesinos.

Para muchos, quizá este sea un tema sin importancia; sin embargo, es una herramienta fundamentada que podría ayudar a la prevención de la violencia en cualquiera de sus manifestaciones y que en un futuro a largo plazo ayude en la recuperación de la paz social que tanto nos hace falta en el país y especialmente en Chihuahua.

La actual Ley para el estado de Chihuahua en su artículo 29 señala que se impondrá una ridícula multa por el equivalente de 10 a 50 días de salario mínimo general vigente en la Capital del Estado a quien maltrate, mutile o de muerte a un animal.

Teniendo como base las opiniones de los expertos y los serios estudios señalados; este debiera ser un tema de prevención a la violencia en el cual el próximo gobernador y legisladores debieran poner especial atención. Es necesario trasladar el maltrato animal al código penal y aplicar sanciones más severas.

Uniéndome con este editorial a las manifestaciones en pro de los Derechos de los Animales, concluyo dando mi voz a quienes no la tienen para recordar con una frase de Albert Schweitzer, premio Nobel de la Paz 1952, que “cualquiera que esté acostumbrado a menospreciar la vida de cualquier ser viviente, está en peligro de menospreciar también la vida humana."

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