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Martes 8 de diciembre de 2009

"Retan narcos a soldados"

Retan narcos a soldados como si fueran otro ejército: analistas


Retan narcos a soldados como si fueran otro ejército: analistas

Distrito Federal— Los cárteles mexicanos de la droga desafían de manera abierta a las autoridades con acciones armadas más propias de un ejército privado que de una organización narcotraficante tradicional, coincidieron varios analistas.

El pasado viernes en Nuevo León, doce sicarios y dos civiles murieron en un enfrentamiento entre delincuentes y el Ejército Mexicano a plena luz del día en las calles del municipio de Juárez, conurbado a la capital Monterrey.

Los hechos tuvieron lugar cuando un grupo numeroso de presuntos sicarios del crimen organizado se enfrentó a muerte contra una unidad de militares en un rancho, del que se tenía información que funcionaba como un escondite de secuestrados.

Al llegar, los soldados fueron recibidos a tiros por alrededor de cincuenta delincuentes armados hasta los dientes. En ese punto fallecieron siete de los presuntos delincuentes y nueve más fueron detenidos.

Otro grupo de decenas de criminales logró darse a la fuga a bordo de unas 15 camionetas, empuñando sus armas largas por las ventanas de los autos, y en su huida se topó con un contingente de 30 militares enviado para apoyar a los otros soldados, lo que derivó en un nuevo choque armado, en el que murieron cinco sicarios más y un civil al ser impactado por una bala perdida.

Esa acción es sólo un ejemplo del comportamiento del narcotráfico mexicano, que ataca estaciones de policía, embosca convoyes de agentes federales y soldados, irrumpe a sangre y fuego en cárceles para liberar a sus cómplices y se pasea por las ciudades en caravanas de camionetas de lujo con fusiles de asalto, bazucas, granadas y armas antiaéreas.

A juicio de Jorge Chabat, académico del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) y experto en narcotráfico y seguridad nacional, el enorme poder económico de los narcos mexicanos y el continuo ataque de las fuerzas del Estado explican que estos grupos reten directamente a las autoridades en operaciones de campo.

“A un poder organizado como el Ejército responden con otro poder: con ejércitos privados y con una capacidad de fuego que busca equipararlos”, señaló Chabat en entrevista con Efe.

El gobierno mexicano ha desplegado a 45 mil soldados y 20 mil policías federales en los estados más conflictivos del país para combatir al narcotráfico.

Chabat recordó que algunas organizaciones de narcotraficantes mexicanas han reclutado en sus filas a militares desertores.

Tal es el caso de Los Zetas, fundado por ex militares y considerado por las autoridades mexicanas como el brazo armado del cártel del Golfo, que “efectivamente tienen entrenamiento y disciplina militar, y experiencia en el manejo de armas de alto poder”, dijo el experto, quien, no obstante, advierte que este no es el caso de todas las organizaciones dedicadas al narcotráfico en el país.

El cártel de Sinaloa y Los Zetas han incluso reclutado a antiguos soldados guatemaltecos de élite conocidos como “kaibiles”.

“Hay otros cárteles más tradicionales con menos capacidad militar, que si bien tienen armas de alto poder, la logística que desarrollan no es tan sofisticada”, explicó.

José Luis Piñeyro, sociólogo de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), destacó, en cambio, que los ataques “de tú a tú” del narcotráfico contra las fuerzas armadas es un fenómeno reciente de hace apenas un año.

El experto dijo a Efe que la intención de los narcos es mostrar que pueden llevar a cabo este tipo de acciones y desnudar la debilidad de las autoridades.

Hay un “reto abierto y casi sistemático a las fuerzas armadas: a violencia respondemos con más violencia, a acciones de arresto colectivo, respondemos con liberaciones colectivas, una acción y reacción que antes no existía en México”, apuntó.

Sobre los ataques a penales para liberar delincuentes, consideró que hay de por medio una cuestión de prestigio de las organizaciones de traficantes de droga, que desean enviar el mensaje a los policías corruptos: “si son capturados, serán rescatados”.