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Lunes 27 de abril de 2009

Se impone uso de mascarilla

La mascarilla o "tapabocas" se ha convertido en un complemento indispensable a la hora de ir a trabajar


La mascarilla o "tapabocas" se ha convertido en un complemento indispensable a la hora de ir a trabajar

Distrito Federal— La mascarilla o "tapabocas" se ha convertido en un complemento indispensable a la hora de ir a trabajar, debido a la epidemia de gripe porcina que recorre México, donde sus habitantes esperan si las autoridades paralizan las actividades de la capital.

"Día a día estamos en contacto con muchas personas y no podemos detener eso, porque a fin de cuentas es nuestra forma de vida, pero sí es algo un poco delicado", dijo a Efe Anayansi Saucedo, que trabaja como abogada para una empresa española en Ciudad de México.

Por el momento, se ha cancelado la actividad sobre todo en los sectores de ocio y cultura, pero la empresarial sigue viva, en espera de ver qué decreta el Gobierno según avance la epidemia.

La lógica es evitar concentración de gente en lugares públicos para prevenir el contagio. Una posibilidad es el trabajo desde casa, vía conexión a Internet.

Por el momento se registran 149 muertes probables por el virus en todo el país, la mayoría en la capital, el territorio donde las medidas son más estrictas.

La mascarilla más común, un pequeño trozo de tela azul con gomas, la que reparte gratuitamente a la población el Ejército, protege efectivamente durante un par de horas antes de que uno empiece a tragar sus propios gérmenes, según especialistas en salud.

Se comercializan otras que duran un día, y hay quien usa mascarillas de fumigación o para pintar como protección.

"La gente que llegó al trabajo en transporte público tuvo que regresar a sus casas, los que llegaron en coches particulares se quedaron pero con tapabocas", apuntó, mascarilla sobre boca y nariz, Carlos Bolaños, trabajador de una empresa constructora con sede en el céntrico Paseo de la Reforma, una de las arterias capitalinas.

"Repartieron desinfectante de manos y están recomendando lavarse las manos a cada rato", dijo, consciente de que la situación es "delicada".

A pocos pasos, un bolero desempeña su trabajo con normalidad, sin mascarilla, "porque estamos al aire libre". Admite que con la crisis ha descendido algo su actividad y vuelve a frotar con energía los zapatos del cliente, que lee el periódico, sentado, con mascarilla, claro.

Jaime López y Ana Belén Vargas, trabajadores de la limpieza, declaran que se les exige llevar protección para trabajar y que su empresa les provee del material.

"Hacemos lo de siempre, pero nos exigen el cubrebocas", dijo López. "En mi caso, ahora utilizo más el cloro (como desinfectante), para los sanitarios", añadió sobre su labor diaria. "No tenemos miedo, entre más nos protejamos es más fácil que no nos contagiemos", completó su compañera.

A los pies de la Torre Mayor, el edificio más alto de Latinoamérica (225 metros) y uno de los centros de negocios capitalinos, Héctor, un ejecutivo del Grupo Financiero Ixe, toma una pausa para fumar.

"La gente está con cubrebocas, hay revisiones de médicos, al momento de que alguien se sienta mal están yéndose a su casa, en general (tomamos) las medidas que el Gobierno está pidiendo", apuntó sobre su oficina.