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Jueves 5 de mayo de 2011

Segunda vuelta electoral

Nuestro país en ningún momento superó el nivel de democracia que la mayoría de los países latinoamericanos


Nuestro país en ningún momento superó el nivel de democracia que la mayoría de los países latinoamericanos

Aunque el PRI presume que durante su reinado en 70 años del siglo pasado, México era el líder de América Latina, lo cierto es que nuestro país en ningún momento superó el nivel de democracia que la mayoría de los países latinoamericanos ya vivían desde mediados del siglo XIX. La alternancia en el poder en las naciones hermanas en historia y lenguaje era práctica común, salvo los períodos en que los militares se ocuparon los gobiernos.

Todos los países latinoamericanos tienen en materia de comicios presidenciales un sistema de elección por mayoría absoluta con segunda vuelta electoral, con lo cual aseguran en principio que no tendrán problemas postelectorales y que será el voto del 50 por ciento más uno el que elija a su máximo gobernante.

En la iniciativa de reforma política del presidente Calderón contempla la figura de segunda vuelta electoral en la elección presidencial, para evitar los problemas postelectorales como los que vivimos en 2006. Ya conocemos que el PRI frenó con su mayoría la reforma política del PAN porque cuida primeramente sus intereses políticos y de grupo y sobre el tema de la segunda vuelta electoral en la elección presidencial, el PRI no quiere ni siquiera mencionar el caso por las hipótesis siguientes: en 2012 si el PRI queda en primer lugar con menos del 50% de los votos, será necesario ir a una segunda vuelta, y quedando el candidato presidencial del PAN en segundo lugar, es seguro que los perredistas votaran por el PAN porque no querrán contender en el futuro con un restablecido poder presidencial autoritario y antidemocrático y sobre todo con un PRI que será renovado como partido de Estado, cuya política electoral será la utilización indiscriminada de los recursos públicos para la competencia electoral.

Una segunda hipótesis sería que el PRD con el jefe de gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, como candidato presidencial, quedara en segundo lugar y en ese caso, estoy seguro que los panistas preferiremos la lucha electoral en el futuro con un PRD, que aunque heredó muchos de los vicios del PRI, no los tiene tan enraizados como en el caso de la familia revolucionaria.

Mi tercera y por lo pronto, última hipótesis, sería que el PRD con Andrés Manuel López Obrador, como candidato presidencial se colocara en el segundo lugar y entonces si, el grito seria, “Sálvese quien pueda” porque habría que escoger entre la vuelta del autoritarismo priista o la llegada del populismo también priista. En el primer caso, la democracia estaría en peligro y en el segundo caso, la economía nacional estaría en un gran riesgo. En ambos casos, la dictadura de partido estaría de regreso, con todos los inconvenientes que ya vivimos en la larga noche de los 70 años del PRI en el siglo pasado.