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Lunes 31 de octubre de 2011

Ser alcalde ’es un suicidio’: senador Galindo

El presidente de la comisión de Desarrollo Municipal del Senado se refirió al ataque de hoy contra el edil de Montemorelos


El presidente de la comisión de Desarrollo Municipal del Senado se refirió al ataque de hoy contra el edil de Montemorelos

Distrito Federal — El presidente de la comisión de Desarrollo Municipal del Senado, Ramón Galindo Noriega (PAN), consideró que es necesario fortalecer la autonomía de los municipios para mejorar sus condiciones y, al mismo tiempo, sancionar al mal servidor público.

Ante la situación de inseguridad y violencia que existe en el país, Galindo Noriega reconoció que ser alcalde hoy en día "es un suicidio". Por ello, pidió trabajar en el diseño de instrumentos que permitan al munícipe enfrentar a la delincuencia.

Lamentó que los presidentes municipales no tengan injerencia en la aplicación de sanciones o la impartición de justicia al no contar con una policía con capacidad de investigación. La policía municipal, explicó Galindo, generalmente atrapa a los delincuentes, pero debe delegar la responsabilidad a otras instancias para que éstas le den seguimiento.

En conferencia de prensa, el senador panista afirmó que en necesario construir figuras de poder ciudadano para dotar de más instrumentos de autonomía a los municipios.

El senador del blanquiazul se pronunció por avanzar en las iniciativas que permitan fortalecer la autonomía del municipio y a los alcaldes resolver los problemas de estas comunidades. Y consideró necesario destrabar el debate de enviar o no policías federales y militares para garantizar la seguridad de los municipios.

Reconoció que el reto mayor está en la administración de los recursos, pues se maneja mediante un "triángulo maldito" entre quién lo da, quién lo recibe y quién lo maneja, lo que crea una mayor dependencia y menor responsabilidad en su manejo. Y además, genera mayor opacidad y mayor fracaso de las funciones públicas.

Otro de los problemas que señaló es el asunto fiscal, pues aseveró que los estados no tienen la responsabilidad directa de cobrar, pues nadie lo revisa, sin embargo "los gobiernos viven con la mano extendida permanentemente", y actualmente están más preocupados por pedir más dinero, en vez de más facultades.

Esto al mencionar que en muchas de las ocasiones no hay esfuerzo "ni ganas de comprometerse", cuando son ellos -los gobiernos estatales o municipales- quienes deben "enfrentar sus propios demonios".

Concluyó que el mayor error es tratar a los estados por igual, cuando éstos son "brutalmente diferentes" debido a las condiciones en que viven y se manejan.

Y aseveró que el país no puede seguir avanzando de esa forma, pues si municipios grandes se enfrentan a esta clase de problemas sin solución: "¿qué pueden esperar los que son más pequeños?", expresó.