"Temor e incapacidad, el tricolor"

“En una evidente manifestación de temor e incapacidad, el tricolor hace uso de su candidato, y de sus actores políticos para contrarrestar la aceptación de las propuestas de Carlos Borruel entre los chihuahuenses”, expresó Miguel Carreón, coordinador general de la campaña del candidato a gobernador del Partido Acción Nacional.

“Veo a un candidato del PRI desesperado, que requiere hacer uso de la denostación para ocultar los graves huecos en la oferta política que le acompaña. Veo a un candidato priísta que necesita bailar, cantar e incluso hacer actos que rayan en la comicidad para despertar simpatías”, dijo.

En cambio, agregó Borruel no necesita comparsas, porque su propuesta surge de los mismos planteamientos de los ciudadanos que demandan del próximo gobierno un actuar con responsabilidad social y con un firme compromiso de apoyar el desarrollo de la economía de las familias, objetivos que persiguen cada una de las propuestas de campaña del candidato panista.

“Todo cuanto Borruel propone tiene viabilidad, y en muchos casos está vigente en otros estados del país a través de su aplicación por gobiernos estatales, incluso del mismo PRI. La tenencia por ejemplo, se eliminó en Querétaro. Se puede, y los chihuahuenses están cansados de pagar un impuesto que en 1968 el fallido gobierno priísta de Gustavo Díaz Ordaz impuso como medida temporal a propósito de las Olimpiadas, y que 42 años después seguimos pagando”, manifestó Carreón.

Agregó que pareciera que las propuestas orientadas a mejorar la economía de las familias, incomoda al Revolucionario Institucional que durante décadas ha apostado a impedir el desarrollo de las familias para ejercer control político y social.

Finalmente apuntó que Borruel continuará trabajando en llevar sus propuestas a cada hogar y rincón de los diversos municipios del estado, manteniendo siempre firme su alianza con los ciudadanos y con el bienestar de las familias de la región; dispuesto en cualquier momento a atender los llamados a debate que marque la autoridad electoral, y jamás el capricho, la desesperación o las rabietas que pudieran hacer otros candidatos.