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Martes 6 de noviembre de 2012

Trompudos e incongruentes

Los promoventes de la transparencia sindical a rajatabla exigen lo que no están dispuestos a conceder.


Los promoventes de la transparencia sindical a rajatabla exigen lo que no están dispuestos a conceder.

Dice un refrán: No hay borracho que trague lumbre. Los promoventes de la transparencia sindical a rajatabla exigen lo que no están dispuestos a conceder.

Ha corrido tanta tinta y saliva en torno a la reforma laboral que el torrente de líquido arrastró las escasas bondades que contenía la iniciativa presidencial. Lo que dictaminen los diputados federales va a reducirse a la simpleza de sus socorridos pretextos: “la política es el arte de construir lo posible”.

Pero hoy no quiero ahondar sobre la paternidad, bautizo, confirmación o excomulgación de una de las reformas estructurales estancadas desde hace muchos años. Hoy quiero centrar mi análisis en la congruencia de quienes proponen la transparencia sindical a plenitud.

El PAN y los partidos de izquierda le enderezaron la plana a los diputados federales del PRI y sus satélites, cuando reincorporaron en el senado el tema de la transparencia sindical, que en términos llanos busca terminar con mafias y cacicazgos perenes como los que protagonizan la Gordillo, el Romero Deschamps, Ayala, Esparza, Neyra, Juárez, Rodríguez Fuentes, por citar los más notorios, y cuyas filias encuentran resonancia principalmente en el tricolor y el PRD.

Cuando se le pregunta al ciudadano común ¿estás de acuerdo con la reelección?, la respuesta abrumadoramente mayoritaria es NO. De hecho, la frase “Sufragio efectivo, No reelección”, la acuña Francisco I. Madero y la plasma en el Plan de San Luis, como lapida contra la perpetuidad que representó la dictadura de Porfiro Díaz. Hasta los beneficiarios de la lucha armada revolucionaria, es decir, el PNR, su hijo el PRM y su nieto el PRI, la hicieron propia en sus documentos básicos.

Los antecedentes sobre los orígenes democráticos en los que se hace referencia al voto directo, que datan desde la Revolución Mexicana e involucran a los bisabuelos políticos del puñado de legisladores plurinominales que hoy se enfrascan en la disputa por ver quién es más desvergonzado para sepultar los ideales de honradez y ética intelectual; nos sirven para exhibir la desfachatez e incongruencia de la clase política mexicana.

Señoras y señores legisladores, amos de las dirigencias partidistas, que no líderes, les recuerdo que existe memoria en lo mexicanos, y también las enciclopedias, libros, redes sociales y hasta el Wikipedia, que conservan los contenidos de esa importante etapa de nuestra historia.

Pobre México que es rehén de las decisiones de unos cuantos sicarios de la democracia, que parapetados en detrás de un cubil disfrazado de Congreso, reniegan de su pasado histórico sólo para granjearse el aplauso barato, unos, y mantener le vergüenza corporativista, otros.

Ya quisiéramos ver esa valentía retadora refundida tras el fuero, en exuberante talante para treparse a tribuna, por acuerdo del paraíso que representa la Junta de Coordinación Parlamentaria (JUCOPO) en ambas cámaras, y presentar la iniciativa de transparencia partidista. Tal cual como la que se exige a los sindicatos.

Quiero ver a todos esos entacuchados como catrines y a esas entaconadas como la Isabel Perón, pronunciarse y someter al veredicto de sus bases militantes, sin laberintos o tangentes, el encumbramiento de las dirigencias partidistas. Quiero ver a los legisladores inspirarse en Madero y la Revolución Mexicana, para poner fin a la reelección de tanto chapulín plurinominal que brinca como chango de circo de una cámara a otra, a los congresos locales y a la Asamblea del D. F.

A ver si es cierto que son tan “chichos” y ponen a consideración del escrutinio público los estados financieros de los partidos políticos. ¿Qué tanto son congruentes los y las señoras legisladores para exigir lo que en los hechos están negándole al pueblo de México?.

Pura verborrea. Lástima de tanta labia y papel desperdiciado pregonando elecciones democráticas y Ética. Bah, son trompudos e incongruentes.

P.D. Esa mentada reforma laboral huele a letra muerta. Todavía no nace, pero parece que está excedida en el término.