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Viernes 1ro de julio de 2016

UACH una mina de oro; Enrique Rascón también aspira a Rectoria

Indispensable lograr un cambio en el sistema educativo de la Universidad y el manejo discrecional de recursos y plazas desde Rectoria


Indispensable lograr un cambio en el sistema educativo de la Universidad y el manejo discrecional de recursos y plazas desde Rectoria

Si a muchos les ha parecido extraña la lucha interna en la Universidad Autónoma de Chihuahua, o más bien la insistente defensa del poder que llevan a cabo en este momentos los directores de facultades y los mismos funcionarios de rectoria, en los hechos existen razones muy bien fundamentadas para que esa situación ocurra.

Para empezar la UACH tiene un presupuesto superior de dos mil 400 millones de pesos anuales, más que el presupuesto del Municipio de Chihuahua; ese presupuesto es manejado en forma discrecional, con una transparencia insípida que permite tener margen de maniobra a quienes controlan los presupuestos, ya que al final de cuentas los estados financieros que se publican no permiten ver en quien y con quienes se gastó el dinero, tal y como ocurre con otras dependencias.

Lo anterior a pesar de los grandes avances en materia de tecnologías de la información, los cuales al parecer no alcanzan para transparentar la aplicación de los presupuestos, ni tampoco el reparto de plazas en diferentes condiciones y los tiempos que se otorgan a maestros de tiempo completo, etc.

Ya que entramos a los tiempos completos se debe hablar también del manejo político de los mismos, el cuál permite a un maestro, aun en contra de la justicia y la ley, tener un maestro sustituto, como aquellas madrinas de la vieja Policía Judicial Federal, que les atienden el trabajo con la esperanza de acceder a una plaza para irse a hacer política partidista (por ejemplo).

Con ello el manejo de la Universidad y la estructura de poder resulta altamente atractivo cuando se trata del control de una masa de más de dos mil funcionarios, entre ellos 800 maestros de tiempo completo, bien pagados y con canonjías como no asistir a clases.

Sin duda el tema va a dar para más, por el momento basta observar la pésima recepción que han hecho desde rectoria y las direcciones a los nuevos candidatos a ocupar el puesto de rector, buscando cerrarles la puerta para mantener el control de la Universidad al servicio del PRI, partido que durante mucho tiempo ha mantenido el control por medio de diversos personajes y familias completas instalados en la UACH.

Asimismo los aspirantes a rectoria siguen brincando, aprovechando el cambio de la estructura política, para buscar romper la inercia de la Universidad, la cuál señalan los aspirantes debe luchar por ser autónoma en los hechos, aunque esto signifique sacar del poder a personajes que insisten en mantenerla estancada.

El maestro Enrique Rascón, conocido como El Bronco Universitario, por sus constantes señalamientos a la actual directora de la Facultad de Contaduría y Administración, Liliana Álvarez, se apunto para el cargo de rector.

Luchador insistente y persiste, Enrique Rascón tiene atorados a más de tres con recursos legales que señalan los errores cometidos desde que el Gobernador pidió que se le diera el cargo de directora de la Facultad a la ex-sindica Municipal, los cuales en dado momento podrían incluso invalidar el nombramiento de la directora y todos los actos que ella hubiera realizado en su ilegal gestión.

Por el momento Enrique Rascón, el priista Alfredo de la Torre, el ex secretario de Educación en tiempos de Francisco Barrio, Jesús Robles Villa, la catedrática de la Facultad de Ingeniería y ex directora de obras públicas con Juan Blanco, Cecilia Olague, son algunos que están buscando romper ese monopolio político que ha estancado y vulnerado las posibilidades de desarrollo de la Máxima Casa de Estudios, la Universidad Autónoma de Chihuahua.