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Chihuahua, Chihuahua



Viernes 10 de agosto de 2012

Un roto para cada descocido

Tras las elecciones presidenciales, cada partido libra su propia batalla según las circunstancias que viven.


Tras las elecciones presidenciales, cada partido libra su propia batalla según las circunstancias que viven.

Como consecuencia de los resultados obtenidos en las urnas, y la manera en que los obtuvieron, los tres principales partidos de México delinean la estrategia interna y externa que los lleve a brincar el primero de diciembre cuando tome protesta el nuevo presidente, y con miras a los procesos electorales, que son muchos, de 2013 y 2015.

Comienzo con el partido que obtuvo los votos suficientes para ganar la presidencia de la república. El PRI, que avanza en la repartición del pastelote que consiguieron tras la elección. Por lo pronto ya designaron a los pastores de sus bancadas en el senado y en la de diputados. Sin sobresaltos, le cumplen a Manlio Fabio Beltrones y lo nombran coordinador en la baja, mientras que a Emilio Gamboa en la alta.

Caso aparte que considero vale la pena destacar es el colmillo mostrado por los priístas, que a sabiendas de no contar con los diputados suficientes para tener mayoría simple en San Lázaro, ni con la alianza tras bambalinas con el PANAL de Elba Esther, se volcaron a pelearle al PAN o al PRD el distrito que necesitaban para alcanzar los 251 requeridos. Lo lograron al quitárselo a los perredistas, ¿dónde más?, en Edomex. Aunque falta la resolución del Trife, al menos ya se relamen los bigotes por la hazaña.

Sin dormirse en sus laureles, EPN y su equipo se organizan para retomar los Pinos, pero también están muy atentos a la revolcada que AMLO y sus allegados le propinan un día sí y el otro también, con eso de que compraron la elección presidencial. Las denuncias formales y mediáticas del Movimiento progresista traen greñudos a los copeteados con los casos Monex, Soriana y las multimillonarias triangulaciones bancarias presuntamente ilícitas en favor de la campaña de Peña Nieto.

Como medida de despresurización para atenuar el impacto negativo ante la opinión pública y que seguramente le está afectando en ese paseo por las nubes que soñaba sería el regreso, el candidato electo decide impulsar como su primera propuesta la creación de la Comisión Nacional Anticorrupción, una promesa de campaña que pretende bajar a México del deshonroso lugar número 100 que ocupa en el ranking mundial, y desterrar esta nociva práctica que tienen al D. F. y al Edomex en el primero y segundo lugar a nivel nacional.

Pero la propuesta anticorrupción coincide precisamente con las denuncias que el movimiento de López Obrador viene haciendo, lo que delata el desgaste y merma aún más la imagen del ganador. Este tema está a la alza porque se acumulan las sospechas sobre los orígenes y montos de los recursos de campaña empleados por EPN. El caso más reciente es el del narcotraficante detenido en España, que aparece en una foto con el ex gobernador mexiquense, y éste habría nombrado coordinador de candidatos a diputados federales.

Andrés Manuel y la izquierda que lo secunda le apuestan a la exposición pública de la inequidad, ilegalidad y la falta de certeza de la elección, y del candidato electo Enrique Peña Nieto.

Yo veo imposible que logren anular dicha elección dado el entreguismo y proclividad de los órganos electorales hacía el PRI, pero de que están dejando evidencia de las maniobras de Peña para hacerse de la presidencia, no existe la menor duda, ni defensa creíble.

El PAN con su tercer lugar debate, ya no las causas de las constantes y estrepitosas derrotas, mucho menos trasladar el regreso de los orígenes a la militancia, sino qué bando se queda con el control del partido u obtiene más y mejores espacios dentro de la Institución.

De la autocrítica que algunos destacados miembros realizaron abiertamente en un principio, la atención fue arrastrada por Felipe Calderón y Gustavo Madero al terreno de las vencidas por ganar a su favor el mayor número de dirigencias estatales y consejeros nacionales con miras a establecer dominio uno sobre el otro por el futuro mediato del partido.

La dureza de trato de Madero Muñoz con los legisladores electos, la postergación de la designación de los coordinadores parlamentarios y la nula intención de involucrar a las bases en la renovación del PAN, profundiza el sentimiento de frustración de una militancia cada vez menos activa. ¿Una apuesta inventariada?. Esa determinación y coraje postelectoral era la que se esperada durante la contienda.

Calderón no se queda atrás, y aunque nadie apuesta por su permanencia en el país después de entregar la banda, continúa con sus reuniones partidistas en los Pinos. Sin escatimar esfuerzos ni recursos, aprovecha los meses restantes como presidente para convencer del giro en caliente y el rumbo del PAN. Pero también de prepararse para las contiendas internas del 2015, de la que se necesita, según sus palabras, de nueva militancia, que no cobre por ser representantes de casillas, con candidaturas de altura y no pigmeas, y 3 mil millones de pesos; ¿what?, creí que el límite de gastos de campaña para presidente de la república era poco menos de 400 millones de pesos.

Como podemos apreciar en este sencillo análisis de las batallas que libran las tres principales fuerzas políticas del país, cada una las atiende según sus necesidades.