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Martes 19 de julio de 2016

Valdrá el perdón de Peña Nieto?; El Destape de Carlos Reyes

El único camino real que tiene el Presidente, para que los mexicanos consideremos válido su perdón, será apoyar el proceso en contra de los gobernadores salientes


El único camino real que tiene el Presidente, para que los mexicanos consideremos válido su perdón, será apoyar el proceso en contra de los gobernadores salientes

Mientras la discusión en México es la corrupción de los funcionarios públicos; desde el propio Presidente de la República, hasta los gobernadores, secretarios de gobierno, diputados, hasta el tradicional tránsito, el doctor del IMSS que se lleva al paciente a su clínica particular, etc, etc, etc. Peña Nieto pide perdón.

Así como se oye, el Presidente pidió perdón porque dice que sintió que los mexicanos se ofendieron con el tema de la Casa Blanca, aquel palacio que compró apenas entrada la administración a un proveedor del Gobierno Federal.

La pregunta es, si está tan convencido que ofendió y si está tan convencido de su arrepentimiento, al grado de llegar a pedir perdón, porque no mejor pidió licencia o porque no preguntó al pueblo que querían que él hiciera, a partir de ese hecho tan lamentable.

No definitivamente el arrepentimiento no es válido, no es válido porque solo viene acompañado de un acto público donde se están aprobando leyes en contra de la corrupción, pero no trae nada más alrededor.

Más que pedir perdón, en un hecho que al final fue más claro que el agua, aquí valdría pedir la validación de su gobierno, o de plano la renuncia al cargo por haber cometido ese error, en caso de que realmente lo considere así.

Porque es precisamente este el tema que lastima a los mexicanos, la desvergüenza del político que comete la fechoría y se sale con la suya.

En dado caso, el único camino real que tiene el Presidente Peña Nieto, para que los mexicanos consideremos válido su perdón, será apoyar el proceso en contra de los gobernadores salientes, los cuestionados por corrupción.

Proceder contra Cesar Duarte y Javier Duarte, de Chihuahua y Veracruz, así como el de Quintana Roo, Roberto Borje, quienes registran evidentes errores administrativos cometidos que tienen hundidos a sus estados, avanzan bajo una nube negra que presume una corrupción desmedida sobre ellos y sobre todo han generado un inmenso malestar social a una sociedad deprimida, que les reprueba y rechaza.

Para Peña Nieto, en definitiva está será la prueba de Fuego, porque aquello de pedir perdón así nomas, como que no es justo, más aun cuando el tema de la corrupción esta pendiente y sediento de justicia, en una sociedad tan lastimada como la mexicana y la chihuahuense.

Los ciudadanos en definitiva estaremos al pendiente de que ese perdón de Peña Nieto se refleje en acciones verdaderas en contra de la corrupción, la cuál regreso con los malos priistas hace tres años, sin que nada la pueda detener hasta el momento.

Donde las cosas empiezan a tomar forma es en el PAN, con aquello que de la importancia de suplir al dirigente estatal, antes de que inicie el nuevo gobierno encabezado por Javier Corral.

Carlos Reyes, el único candidato serio visible, ha dado muestras de fuerza y apoyo del panismo, tanto en redes sociales, como en medios de comunicación y en las expresiones de los actores políticos del partido, quienes ven en él la carta más fuerte para ocupar el cargo.

Empresario y panista de la vieja guardia, el ex presidente de Coparmex representa orden interno, hacer a un lado vicios en la organización, pero además el regreso de un sector que durante largo tiempo ha estado alejado del partido azul, los empresarios.

De cara al 2018, en definitiva al PAN le viene bien esta posibilidad, la cuál daría gran soporte al gobierno de Javier Corral, habido de alianzas fuertes y con verdadero peso político, internas y externas, más por lo delicado del gobierno decadente que tendrá que asumir. afectado por el saqueo y la pésima administración pública.