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Nubes Dispersas

Chihuahua, Chihuahua



Sábado 22 de septiembre de 2007

Valentía

A Sergio lo ha caracterizado una profunda pasión por la profesión que ejerce


Tal y como nuestro escudo lo dice en Chihuahua hay gente valiente, noble y leal. En realidad es los chihuahuenses tendemos a la valentía por naturaleza, por las condiciones de nuestra tierra, difíciles que nos han forjado un carácter fuerte y, como dicen los del sur, “muy bronco”.

Todas las profesiones tienen cierto riesgo y éste es asumido por quienes las ejercen con valentía, en mayor y menor medida y pocas veces las reconocemos.

1985 es un año que en la Gran Tenoch se recuerda con horror, pánico y tristeza. Esto derivado de aquel terrible terremoto de 8,1 grados en la escala de Richter que ocurrió el 19 de septiembre de hace 22 años y que dejó heridas que, en la capital de nuestro país, aún no sanan del todo.

Durante ese acontecimiento todos los habitantes de esa ciudad sacaron a flote su valentía y solidaridad; hombres y mujeres, obreros y empresarios, amigos y enemigos, se unieron para rescatar de los escombros a todo aquel que fue presa del mortal movimiento telúrico.

La valentía de la sociedad rebasó al gobierno y dejó importantes lecciones para el futuro así como la creación del grupo de rescate “Topos de Tlatelolco”, voluntarios de aquella catástrofe que se organizaron y capacitaron para ser una de las mejores organizaciones de rescate en catástrofes del mundo. Hombres nobles, pero sobre todo valientes.

Un lustro después del terremoto en la Ciudad de México, nuestra querida Chihuahua fue presa de una tragedia que, hasta la fecha, recordamos con tristeza a quienes nos tocó verla o vivirla de lejos o de cerca. Fue aquel 22 de septiembre de 1990 cuando el agua cayó de manera intensa y estrepitosa.

El agua pronto inundó muchísimas calles de la ciudad, el canal del Río Chuviscar alcanzó un nivel que yo no recuerdo haber visto antes y la fuerte corriente que se formó derrumbó bardas, viviendas y arrastró a personas, automóviles y todo lo que se pusiera en su camino, causando una desgracia de enormes proporciones; muchas pérdidas humanas y millonarios estragos en la capital de Chihuahua.

Ante lo intenso de la tormenta y el caos que generó durante su transcurso, la ciudadanía reaccionaba llamando a los cuerpos de seguridad, pero las verdaderas consecuencias se conocieron al día siguiente, seguidas por historias de personas que murieron intentando salvar a otras, un intensísimo operativo por parte de los gobiernos municipal y estatal y la gran valentía de los chihuahuenses quienes se atrevieron a salvar muchas vidas, poniendo en riesgo la propia y en muchos casos, perdiéndola.

Los chihuahuenses se unieron ante tal tragedia que derivó en importantes enseñanzas de todo tipo, en especial, en materia de atención a desgracias e infraestructura urbana. Los chihuahuenses recordamos con tristeza esa desgracia pero reconocemos la valentía de aquellos que arriesgaron su vida y de quienes la perdieron. Muchos compañeros periodistas recuerdan ésta tragedia que les tocó documentar con libreta o cámara en mano.

Reconociendo la valentía de los mexicanos en ambas tragedias, es justo también reconocer la valentía de un oficio que ha sido muy perseguido y afectado en nuestro país: el periodismo.

El periodismo es una actividad de alto riesgo, al igual que policías y bomberos. Ejercerlo ha costado la vida de muchos compañeros en el pasado lejano y en el muy reciente. Pocos periodistas se atreven a indagar en temas complicados, ríspidos y secretos.

Explorar en hechos e historias ocultas y exponerlos a la consideración del público tiene un riesgo cuando se toca a los ricos y poderosos; sin embargo son verdades que deben conocerse.

Es por ello que quiero reconocer la trayectoria y valentía de un compañero periodista: Sergio Armando López Castillo.

A Sergio lo ha caracterizado una profunda pasión por la profesión que ejerce pero, en especial, por su gran habilidad para investigar y documentar hechos desconocidos que logran llegar a la luz pública gracias a su habilidad con la pluma.

Destaca su trabajo literario, “Quimera de Papel,” que aborda de una perspectiva poco conocida la historia de aquel célebre rotativo, “Novedades de Chihuahua.”.

Además de sus 22 años de trayectoria en el medio que lo han llevado a laborar en distintos medios locales como en Radiorama, El Heraldo de Chihuahua, Novedades-Vanguardia, El Heraldo de Delicias, Canal 9 de televisión, Radio Noticias 920 donde fue conductor y coordinador editorial en aquella etapa de la “Voz de Chihuahua”.

A su vez se ha desempeñado como corresponsal de diarios de la capital del país como Cuestión, unomásuno y Ovaciones.

Sergio ha asumido los riesgos de su profesión. Ha indagado en temas un tanto “incómodos” y por ello ha sufrido represalias. Sin embargo no se raja ni un pelo y decide seguir trabajando con más intensidad. Es un analista crítico y severo del acontecer político y a pesar de que algunos califican al periodismo como una profesión ingrata, Sergio sigue adelante, con tropiezos y satisfacciones, por lograr un mejor periodismo en Chihuahua, al cual dice debe de ser valiente.

Reconozco en él un periodista valiente y profesional quien tiene muchas más historias que escribir y libros por editar.

Por todo lo anterior catalogo a septiembre como el mes de la valentía, misma que nunca debemos de perder.