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Caridad... Hasta por Conveniencia

30 de mayo de 2013, 05:35, por Cristina Rincón S

Hola José. Es un gusto encontrar gente que se preocupe por difundir lo mas valioso del ser humano, la caridad. Gracias.

Hoy deseo compartir una experiencia personal.
Trabajé en una empresa financiera, muy buen sueldo, excelentes prestaciones, magníficas instalaciones, semana inglesa, servicio médico, comedor, horas extras, prima dominical, prima vacacional... El paraíso!
Aunque la mayoría creía que mas merecía, tu servidora lo valoró plenamente.
A la hora de comer siempre había mucha gente, que a diario le encontraba todo tipo de defectos a la comida. Yo me preguntaba: ¿En verdad comen mejor en su casa?. Convivían diversos niveles socio-económicos, pero los que mas se quejaban eran los "fresas impostores" (Nivel medio bajo). Yo soy de la "clase alta", pertenezco al nivel "marginado ALTO" jeje.
El comedor se encontraba instalado en el mismo edificio, muy higiénico, mesas y sillas, limpias y cómodas. Tenía una barra para auto-servicio, incluía ensaladas frescas, agua a base de frutas y natural; todos los días presentaban dos menús diferentes, describiendo su valor nutrimental y calórico.
El día de paga, disfrutaba de un comedor vacío. La mayoría salía a comer "comida rica" (tacos y hamburguesas "McDonald’s"), jajaja.
Uno de esos días observé; una compañera, terminando de comer, partía un pan blanco, lo rellenaba del sobrante y lo envolvía en una servilleta de papel. Mi curiosidad me empujo a preguntar ¿Por qué?. mi mente malévola me decía: "ya se lleva su cena". Ella respondió: "Camino a mi casa me encuentro con un indigente, es para él"
Que te digo, mi maxilar inferior cayó de tal forma de la que nunca podría haberme imaginado, estuve a punto del llanto...
A partir de ese momento insté a mis 3 amigos a seguir su ejemplo o a cooperar con la "torta". A veces lo hacían, a veces no.
Durante 3 años comieron varios indigentes, yo prefería dar, lo que pudo haber sido "basura", a una familia de indígenas; Papá, Mamá e hijito. El pago... "Gracias, que Dios le dé mas", la satisfacción personal, el suspiro de alivio que, junto con la sonrisa en mi faz, me dan gran parte de mi felicidad.
En la actualidad, mi situación económica precaria, ha desarrollado mi capacidad de inteligencia para observar y elegir a quién quiero ayudar. Intento reconocer al farsante charlatán.
Ayudo con una fruta, un taco, agua embotellada y en último de los casos una moneda; a inmigrantes sudamericanos en su paso a los EEUU, a personas de edad avanzada que trabajan vendiendo sus productos chinos y a los niños explotados por sus padres o "tutores".
Me gasto una fortuna en alimentar 3 perros propios y 6 callejeros.
Por supuesto, me duele y mucho, desprenderme del dinero que tanto trabajo cuesta hoy ganarse. Pero mas me duele la situación de abandono que sufre la gente y los animales.
Sólo algunos familiares, amigos y vecinos me califican de "tonta", "por eso no tienes dinero", "te la pasas ayudando a todo el mundo y nadie lo agradece" dicen.
Tal vez tengan razón, no tengo dinero, pero soy millonaria, tengo el cariño de niños, adultos y perros.
Yo contesto: "Lo hago por conveniencia... Hoy por ellos, mañana por mi"...

Sé que sabrás disculpar mis textos tan extensos.

Te envío saludos afectuosos.