Que Siga la Bola

Hola, hola, mi estimado José.
Parece que la ilusión del "Candigato Morris" se acaba de esfumar, como cualquier sueño guajiro; esa utopía, cada vez mas lejos, a la que hoy, mas que nunca, nos aferrarnos por seguir albergando ese hálito de esperanza, que las cosas cambien para bien de todos.
Así nos lo hace saber el periodista Julio Astillero en una investigación reciente, "Candigato Morris, creado por Alejandro Sobrevilla Viveros, empleado de la Secretaría de Educación de Veracruz (SEV), quien en su empresa de desarrollo Web, Soluciones Hipermedia, tiene como notables clientes a candidatos y agrupaciones priistas".
Fue muy bello para ser verdad.

Apoyándome en el título, de una de las mejores películas mexicanas de la época de oro: "¡Ay que tiempos, señor don Simón!" en donde participó, a mi consideración, el mas grande y completo actor de aquellos días, Joaquín Pardavé, traigo a mi mente, con ese ejercicio de abstracción que intenta colocarme en el lugar y espacio, de cuando los políticos "de verdad",, conformaron el Congreso Constituyente de 1856.
Actores políticos en serio! (Los de hoy son actores cómicos o comediantes de la política). Exponentes de gran talla! (Sin pretender aludir de nuevo al señor Carstens).
Hombres ilustres, inteligentes,políglotas, juristas, poetas, escritores, periodistas; seres humanos imperfectos con altos valores morales como la sencillez, convicción, humildad y sobre todo la humanidad, que se nos escurre de entre las manos. Lograron reformas muy avanzadas para las condiciones tan adversas que imperaban en aquellos tiempos. Nada que ver con los "diputables" y "servidores públicos" en la actualidad.
Cuando mi raciocinio me permitió investigar y analizar a Salinas como eje central de la matanza del 68, "el halconazo" del 71, la masacre de Acteal en 97, y, mucho mas! Mi cuerpo enfermaba, se retorcía de indignación, mi pobre hígado era atacado por el derrame de bilis. ¿Qué podía yo hacer? NADA!
Podría insultarlo, como a muchos políticos de pacotilla (al verlo en mi pantalla de TV y desde mi sillón), sentir el deseo de "poncharle" las llantas de su limousin, romper los vidrios de su residencia en los pinos, discutir con quien lo defendía... NADA!
Para evitar tan enfermizo comportamiento masoquista, decidí disfrutar "el teatro de farsa" que representa hoy en día la política en México y el mundo.
¡Lo firmo y lo cumplo! Jajajajaja
Realmente es bueno divertirse, jugar y aprender, de ese mismo modo lo transmitimos y las nuevas generaciones crecerán SANOS, FUERTES, INFORMADOS Y FELICES!
Por algo la OCDE reporta que el pueblo mexicano es el mas pobre, pero el mas feliz!... Jajajaja

Te abrazo con alegría!