Con los huevos por las nubes

Vaya regreso a clases tan oneroso. Nos tienen agarrados de los huevos, de la tortilla y de los útiles escolares. Este vicioso ciclo escolar más caro no pudo ser.

No se sabe con certeza si son las predicciones mayas o la nula previsión del gobierno federal lo que nos trae con los huevos por las nubes. Lo que sí es una realidad es la escasez de uno de los tres productos básicos de la dieta de los mexicanos, cuyo precio se ha disparado de 17 a 40 pesos el kilogramo.

Desde que se anunció el cerco sanitario por el brote de la fiebre aviar en el estado de Jalisco, principal productor de huevo en el país, y el sacrificio de 8 millones de aves para evitar la propagación del virus de la influenza H7N3, la Secretaria de Economía no pudo implementar las medidas preventivas contra la espiral alcista de los también conocidos como blanquillos.

A falta de esta previsión y prevención, las consecuencias están resultando funestas para la economía familiar. A diferencia de las medidas precautorias tomadas por la Secretaria de Salud, en esta emergencia y en la del virus AH1N1 en 2009, que evitó la propagación de la enfermedad de transmisión entre los humanos, la dependencia al mando de Bruno Ferrari al parecer ignoró las deshonestas prácticas de productores, distribuidores, intermediarios y especuladores, que tienen a los huevos lejos del estómago de millones de mexicanos.

Siendo nuestro país el principal consumidor de huevos en el mundo, y con una de las mayores matrículas escolares de Latinoamérica, los responsables del encarecimiento de tan preciado producto simplemente encontraron su agosto prefecto.

Con la bronca encima, Don Bruno anuncia la eliminación de aranceles a la importación de huevos de USA, China, Malasia y Rusia con el fin de provocar la estabilización del precio en 17 pesos el kilo. También advierte a quienes estén coludidos en el alza de los huevos, que sufrirán las consecuencias de la fuerza del estado. Que hueva de amenazas, los especuladores de siempre se han de carcajear de lo dicho por el secretario.

En descargo por esta escalada vertiginosa de precios, organismos que agrupan a productores reviran a la dependencia federal argumentado que los alimentos de las aves, como es el maíz, han sufrido un incremento del 40%, por lo que el alza en el precio del blanquillo no es más que un ajuste de precios, o de cuentas con cargo al consumidor.

Además de la desesperada medida de autorizar la importación de 211 mil toneladas de huevo hasta finales de diciembre para estabilizar el precio, Ferrari sugirió que se deje de consumir tan preciado alimento con tal de castigar a los especuladores; es decir, que esos 6 de cada 10 mexicanos que tienen como base de su dieta los frijoles, la tortilla y el huevo, eliminen de su ingesta este último y que los chamacos vayan a la escuela enfrijolados pero sin yemas ni claras, a ver si pasan de panzazo.

Por andar a las carreras, el secretario seguramente olvidó implementar medidas contras la escasez y la especulación. Le apostó todos los huevos a una sola canasta.

Ahora que habrá tanto huevo chino, que son más chiquitos, esperemos que los precios bajen, pero debemos tener cuidado de que nos sean piratas. O el que prefiera los huevos de los gringos, tendrá la posibilidad de encontrase alguno con doble yema y enriquecido con cannabis para hacerse un omelette a la Popeye.

Los que sí podrán justificar los 300 pesos por dos huevos revueltos, es la cadena Four Seasons, que cobra esa cantidad por cada sentada para consumirlos.

P.D. Bruno Ferrari le sacó filo a las advertencias y amenazó ir contra los responsables de la espiral de aumentos en productos de la canasta básica, que ya impactó al índice de precios al consumidor. A ver si es cierto, porque algunos de esa rentable cadena productiva le ponen muchos huevos a las campañas, por eso tienen agarrados……de las manos a ciertos políticos.