Miércoles 17 de julio de 2024
Manila, Filipinas.- Un acuerdo firmado hace poco abrirá una línea directa de comunicación entre las oficinas presidenciales de China y Filipinas para intentar impedir que nuevas confrontaciones en el mar de China Meridional se salgan de control, según puntos clave del acuerdo a los que tuvo acceso The Associated Press el martes.
En el pasado, China y Filipinas han establecido líneas telefónicas similares de emergencia en nivel inferiores de su burocracia para gestionar mejor sus disputas, en especial en dos atolones agriamente disputados en los que Filipinas acusa a las fuerzas chinas de acciones cada vez más hostiles, y China dice que los barcos filipinos se han adentrado pese a advertencias reiteradas.
Sin embargo, las disputas territoriales han continuado sin control en el último año, avivando el temor a un conflicto armado más amplio que pueda implicar a Estados Unidos, que ha advertido de forma reiterada que está obligado a defender a Filipinas, un crucial aliado de tratado en Asia, si las fuerzas filipinas sufren un ataque armado en aguas disputadas.
El general estadounidense Charles Brown Jr, presidente del Estado Mayor Conjunto, se reunió el martes en Manila con el jefe del ejército filipino, el general Romeo Brawner, y ambos hablaron sobre formas de estrechar sus lazos de defensa y mejorar la capacidad de sus ejércitos para operar de forma conjunta, según el ejército filipino.
Durante una confrontación entre fuerzas chinas y filipinas en el atolón Second Thomas ocupado por Filipinas en agosto de 2023, el gobierno filipino dijo que no había podido contactar con funcionarios chinos en varias horas a través de un “mecanismo de comunicación marítima” mientras se producía el altercado. Esa línea de emergencia se habilitó después de que el presidente de Filipinas, Ferdinad Marcos Jr., se reuniera con el presidente de China, Xi Jinping, en Beijing en enero de 2023.
Funcionarios chinos y filipinos que lidian con las disputas territoriales mantuvieron conversaciones cruciales en Manila el 2 de julio tras un violento incidente en el atolón Second Thomas en el que supuestamente guardacostas chinos emplearon cuchillos, un hacha y lanzas improvisadas en un caótico enfrentamiento en el que efectivos de la Marina filipina resultaron heridos y dos de sus lanchas sufrieron daños. Las fuerzas chinas también se hicieron con siete rifles de la marina filipina, indicó el jefe del ejército filipino, que exigió que China devolviera las armas y pagara los daños.
Ambas partes “reconocieron la necesidad de fortalecer el mecanismo de comunicación marítima bilateral en el mar de China Meridional” y firmaron un acuerdo “sobre mejorar los mecanismos de comunicación marítima de Filipinas y China”, indicó el Departamento filipino de Asuntos Exteriores en un comunicado tras las conversaciones en Manila, aunque no ofreció una copia ni dio detalles del acuerdo.
Una copia de los puntos clave del acuerdo a la que tuvo acceso AP decía que “proporciona varios canales de comunicación entre Filipinas y China, específicamente sobre cuestiones marítimas, a través de representantes a ser designados por sus líderes”.
Las conversaciones también podrían hacerse “a través de homólogos del Departamento de Asuntos Exteriores y el Ministerio de Asuntos Exteriores, incluidos los niveles de ministro de Exteriores y viceministro de Exteriores o a través de sus representantes designados”, indicó. El texto añadió, sin entrar en detalles, que las autoridades filipinas estaban “en conversaciones con el lado chino sobre los protocolos que regirán la aplicación de este acuerdo”.
También había un plan para establecer un nuevo canal de comunicación entre guardacostas chinos y filipinos “una vez el memorando de entendimiento correspondiente” se haya completado, según el acuerdo.
Durante las recientes conversaciones en Manila, los dos países acordaron otras dos medidas para ganar confianza e intensificar “la cooperación entre sus respectivas autoridades de Guardia Costera” y la posible organización de un foro marítimo entre científicos y líderes académicos de ambos países.
“Ambas partes reconocieron que hay una necesidad de restaurar la confianza”, indicó el comunicado del Departamento filipino de Exteriores tras las reuniones, aunque reconoció que “quedan diferencias significativas”.